CAPÍTULO 9

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CAPÍTULO 9

—Alto, alto, alto —intervino él antes de que la tensión aumentara—. Si no somos ordenados no llegaremos a nada, así que Sandra, explica tú primero.

—De acuerdo. Verás, Sonia, este chico se llama Demian y no existe... Bueno, sí existe pero no en carne y hueso... o al menos no ahora como lo ves... Es decir, ¿cómo te explico? Es un ente del más allá... aunque eso tampoco tiene mucho sentido porque, bueno... Eh...

Sandra estaba en apuros verdaderos al no encontrar las palabras adecuadas para explicarse y es que, a pesar de ser alguien que hablara mucho, la realidad era que tenía problemas para soltar las frases con fluidez y elocuencia.

—Estoy en coma —finalizó Demian un tanto harto de los balbuceos torpes de su ex.

—¡Oh, entiendo! —exclamó Sonia atando cabos de inmediato—. Significa que eres una especie de fantasma, ¿cierto? —Demian asintió—. Eso explica muchas cosas.

—Bien, ahora que eso ha quedado claro. ¿Cómo es posible que lo veas? —interrogó Sandra, interesada.

—¿Por qué lo ves tú? —preguntó a su vez Sonia.

—No necesito razones, soy la protagonista de la historia —declaró la castaña, orgullosa—. Deben pasarme todas estas cosas inexplicables a mí o la historia no tendría sentido.

—Muy bien, entonces creo que yo soy el típico personaje que de la nada resulta tener el mismo don que la protagonista para tener la excusa de hacer las cosas más interesantes —argumentó Sonia, firme.

—Excelente respuesta —halagó Demian, admirado.

Sonia le sonrió encantada e iba a darle las gracias, pero Adriana volvió a acercarse a ellas.

—¿Ya terminaste con lo tuyo, Sandra? Sinceramente ya me cansé de cargar esto —Le entregó su lonche a su hermana—. Además, se te va a acabar el receso para que almuerces. Deberías darte prisa. Y lo siento pero no pude esperarte más, yo ya comí porque me estaba muriendo de hambre.

—Adriana, ¿a que no sabes qué? Ella es Sonia —Sandra señaló a la chica, emocionada—. También puede ver a Demy. ¡Igual que yo!

—¿En serio? —Adriana alzó las cejas, asombrada—. Wow, ¿y cómo dices que se llama?

—Sonia.

—Vaya, parece que ese don diagonal maldición sólo lo tienen aquellas cuyo nombre empieza con S —comentó la morena con sorna.

—¿De veras? —A Sandra le sorprendió saber eso.

—No, Sandra, era broma —rectificó Adriana.

En eso, Sonia vio que sus amigas salían del baño, por lo que se despidió del trío para irse con ellas; claro que antes de desaparecer le lanzó una mirada de dulzura a Demian, pues admitiéndolo, el joven estaba como para comérselo enterito. ¿Hormonas alborotadas? ¿Dónde?

—Ay pobrecitas, las compadezco —se condolió Adriana en cuanto Sonia se alejó.

—¿Por qué? —Sandra alzó una ceja, confundida.

—Porque tienen que ver a Demian todo el día. ¡Qué horror! Pero bueno, eso de que Sonia pueda verlo también es un acontecimiento bastante extraño, ¿no crees?

—¿Qué? ¿Qué? —Sandra había estado distraída observando otro lado y no escuchó a su compañera.

Adriana frunció el ceño en ligera molestia por no tener la atención de su hermana y dirigió su vista a donde Sandra contemplaba con tanta insistencia, descubriendo a Víctor y sus amigos no muy lejos de allí.

Demian y SandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora