Me lanzas balas hechas de polvo con cada mirada.
Tu aliento alimenta mi alma.
Veo mi presente reflejado en tu rostro.
Acaricias mi espalda y mi piel se eriza en cuestión de nanosegundos.
Digo que no te quiero pero mi subsconciente me planta cara.
Quizá son las ganas que tengo de que me calles con un beso.
Ven y susúrrame al oído:
"tonta, te amo"