Narra Bo
No podía dejar de reír contra los labios de Harry en cuanto él gimió. El timbre de su teléfono haciendo eco dentro del silencioso coche.
“Harry.” Murmuré.
Él no respondió, su boca continuaba dejando besos húmedos a la mía. Mis dedos presionándose en sus hombros, tratando de alejarlo. Pero en lugar de ceder, se inclino más hacia mí. Puse mi cabeza a un lado riendo. Suaves labios bajaron por mi cuello mientras pasaba mis dedos por la espalda de Harry. Él se rió entre dientes al sentir mi mano sobre su nalga tratando de sacar el teléfono que estaba en su bolsillo trasero. Lo saqué, entregándoselo a él. Él resopló juguetonamente tomándolo. Me sonrió, empujando hacia atrás algunos de sus rizos mientras me miraba.
“Contesta.” Susurré.
Sus dedos tocando la pantalla, sus grandes ojos verdes todavía fijados en mí. El teléfono estaba pegado a su oreja mientras Harry estaba sobre mi cuerpo. Apoyando su peso sobre su fuerte brazo.
“Hola”. Habló su voz ronca.
Su rostro cambió ligeramente ante la voz en el otro extremo de la línea. Harry inclinó el teléfono alejado de su boca antes de hablar.
“Tengo que tomar esto.”, Susurró.
“Ok.” Sonreí.
Me besó en la mejilla antes de que se moviera alejándose de mí. Mi cabeza moviéndose a un lado por la curiosidad mientras me esforcé por oír una voz desvaneciente “Es ella, es Bo?” preguntando a través del teléfono que el apretó con fuerza en su mano grande. Supuse que la tos fingida de Harry fue para tratar de cubrir la otra voz. La persona sabía de mí? Tenía la sensación de que Harry no le había dicho a mucha gente acerca de mí o nuestra relación. Todo era parte de su posesividad y protección. Pero a esta persona se le informó lo suficiente para saber que era yo la que estaba con él. Harry debe confiar en ellos.
Su largo cuerpo tropezó en la puerta que rápidamente acababa de abrir, y me dejó ahí echada, ligeramente confundida, en el asiento trasero. Me senté, moviéndome hacia la salida que Harry acababa de tomar. Mis pies se pusieron en contacto con el asfalto en cuanto baje de un salto. Vi a Harry caminar con el teléfono en la oreja.
“No, no estábamos haciendo nada.” Murmuró, con las mejillas ligeramente teñidas de color rosa.
Realmente, nunca había visto a Harry tan incómodo antes, el ligero rubor en su rostro le hacía parecer más joven. Se veía adorable, un aspecto que rara vez llegaba a ver. Yo no podía dejar de sonreír. Su cabeza cayó a mí, cuando cerré la puerta trasera de su coche. Parecía un poco preocupado. Pero le di una sonrisa tranquilizadora, su cuerpo se relajo un poco en cuanto me moví a la puerta del acompañante y me metí en la parte delantera. Lo observé a través del parabrisas antes buscar algo en la radio, mi cabeza recostada mientras cerraba los ojos y escuchaba a Jessie J.
Minutos después la puerta del conductor se abrió. Volqué la cabeza mientras Harry se subía.
“Todo bien?”
Él tarareó en respuesta, sus largos dedos corriendo por sus rizos oscuros.
“Pero estoy umm, voy a tener que llevarte a casa.” Parecía un poco culpable.
“Está bien. Mi madre llamó esta mañana y me dijo que vuelve a casa esta noche. “
Parecía satisfecho en cuanto me sonrió.
“Bueno”.
El motor rugiendo mientras me ponía el cinturón de seguridad.
***
El coche se detuvo al otro lado de la calle de mi casa. Las luces estaban apagadas, mi madre no estaba en casa todavía. Me volqué a Harry que estaba mirándome con curiosidad. Me desabroche el cinturón, notando que el suyo ya estaba desabrochado. La música de la radio seguía sonando tranquilamente. Pero no le di mucha atención en cuanto Harry tomó su labio inferior entre sus dientes. Cuando lo soltó su lengua se deslizó hacia fuera. Un hábito que me parecía simpático.
Me moví lentamente hacia delante, colocando mi mano sobre su muslo en apoyo e inclinándome hacia él. El calor que irradiaba parecía mandar un hormigueo por todo mi cuerpo. Bocanadas de aire caliente quedándose entre nosotros. Pero apenas mis labios se rozaron con los suyos, lo oí lanzar un gemido gutural. Las vibraciones corriendo a través de su pecho. Mis ojos se abrieron ligeramente al darme cuenta de que mi mano se había deslizado accidentalmente a su entrepierna. La presión de mi contacto, enviando oleadas de placer a través del cuerpo tenso de Harry.
“Oh Dios mío, lo siento.” Le dije preocupada.
Los ojos de Harry se mantuvieron cerrados durante unos segundos, con los labios entreabiertos. La sensación de mi gesto torpe persistiendo, a pesar de mis acciones rápidas para quitar mi mano. Quede un poco confundida cuando él se echó a reír.
“Q-qué?”, Le cuestione.
“La mayoría de las chicas no se disculpan.” Bromeó.
El calor sonrojando mis mejillas cuando me di cuenta lo que quería decir. Sería un hecho poco habitual para un hombre que se disgustara ante la idea de una chica poniendo las manos en su entrepierna. Mi cabeza bajando por la vergüenza, al no ser capaz verlo a los ojos. Una familiar risa profunda sonó antes de que unos dedos agarraran mi barbilla, inclinando mi rostro hacia Harry. Me encontré con su sonrisa con hoyuelos.
“Me encanta que te haga sonrojar.” Harry hablaba, sus dedos suavemente rozando mis mejillas
calientes.
Un suspiro escapó de mis labios mientras él acariciaba el hueco de mi cuello.
“Pero no hay necesidad de ser tímida.” Susurró.
No podía dejar los recuerdos de todos los momentos de intimidad que habíamos compartido que estaban inundando mi mente en ese momento, el pensamiento del contacto de Harry, que podía variar de suave y lento a uno con urgencia y desesperado, mientras nos perdíamos en nuestro propio mundo. Todo era nuevo para mí y yo sospechaba que Harry estaba disfrutando ser él con quien compartía mis descubrimientos. Yo estaba cada vez más consciente de mis sentimientos dependientes hacia Harry, mientras más tiempo pasamos juntos.
Fui traída de nuevo al presente en cuanto unos labios succionaban la cálida piel de mi cuello. Una sonrisa agraciando su rostro mientras se alejaba. Parecieron sólo segundos y él ya estaba abriéndome la puerta, ayudándome a bajar. Cogió mi bolso de la maletera, tomando mi mano y cruzando la calle. Caminamos juntos hasta mi casa, Harry inclinándose un poco para besar mi frente. Parecía un poco apresurado en cuanto me dijo adiós, caminando en línea recta hacia su coche. Me hizo dar aún más curiosidad por saber con quién había estado hablando por teléfono y a lo que tenía tantas ganas de asistir. Con mis llaves colgando en la cerradura, me volqué a verlo a punto de abrir la puerta del coche.
“Harry!” Le grité.
Él giró rápidamente, sus impresionantes ojos verdes instantáneamente clavados en los míos. Esperó a que yo continuara.
“Creo que es increíblemente sexy que seas entrenador de boxeo.” Sonreí, mordiéndome el labio.
Él se rió profundamente antes de proceder a flexionar sus músculos tonificados para mí. Yo en broma abanicándome la cara, fingiendo desmayarme. Pero me quedé mirándolo mientras se acercaba más, su caminata determinada llevándolo de vuelta a mí . En segundos, Harry estaba parado justo delante de mí. Nuestra proximidad casi inexistente. Mi boca se abrió mientras solté un suspiro. Sus fuertes antebrazos fueron puestos bajo mis muslos mientras él me levantaba sin esfuerzo, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura. La mirada presumida que tenía combinaba con su sonrisa satisfecha. Yo estaba cada vez más acostumbrada a los gestos bruscos que tenia Harry de levantarme de mis pies. Sus acciones dominantes no siempre demostrando ser una cosa mala. Sus ojos verdes brillaron en cuanto me sonrió. Mi espalda apoyada contra la pared a la izquierda de la puerta principal. Harry fácilmente me mantenía en el lugar, sus labios conectándose con los míos con fuerza. El beso apasionado, en un intento desesperado por sentirnos el uno al otro. Su lengua yendo hacia mis labios en cuanto él invadió mi boca. Un profundo gemido vibró entre nosotros, mis dedos tirando de los rizos de Harry. Mis manos posicionándose finalmente en la parte posterior de su cuello en cuanto él se alejo un poco.
“Me tengo que ir.” Murmuró sin aliento.
Nuestras narices rozaron mientras hablaba. Sonreí, presionando un pequeño beso en su mejilla. Mis dedos todavía entrelazados alrededor de su cuello mientras me bajaba, con los pies tocando el suelo. Rozando sobre sus fuertes hombros y continuando hacia abajo en sus brazos tonificados, apreté suavemente sus bíceps. Mis dedos apoderándose de sus manos.
“Ve”. Susurré.
Harry se inclinó colocando un beso húmedo en mis labios un poco hinchados.
“Te veré pronto, Bebé”.
Mi cuerpo se sentío frío mientras sus largos dedos se deslizaron de los míos. Lo vi cruzar la calle y meterse en el lado del conductor del gran vehículo antes de que se fuera.