Capitulo 37

4.9K 99 4
                                    

Harry cerró la puerta de mi dormitorio, mientras yo rápidamente me dirigía hacia el otro lado del espacio oscuro. Mis dedos tanteando para encontrar el interruptor de mis luces tintineantes. Una vez las encontré la habitación estaba envuelta en un suave color rosa. Me volqué hacia Harry, quien ya se había quitado las llaves, el teléfono y la billetera del bolsillo trasero de sus jeans. La profundidad de sus impresionantes ojos me miraba mientras yo jugaba con mis manos, arrastrando los pies.
Yo sabía que mi nerviosismo era evidente, recibiendo una pequeña sonrisa de Harry.

“Ven aquí”.

Sus largos dedos se extendieron a mí, mis pies se movieron hacia él para aceptar el gesto. Me tragué mi ansiedad, mordiéndome el labio inferior. El brazo izquierdo de Harry se deslizó alrededor de mi espalda, suavemente poniéndome más cerca.

“Ahora estás a salvo. Voy a mantenerte a salvo.” Susurró.

Y yo le creía. Yo sabía que Harry no se detendría ante nada para protegerme. Era difícil describirle a alguien como nuestra relación había comenzado. Pero más en la forma en que se había desarrollado. Podía confiar en Harry con prácticamente cualquier cosa. ¿Es esto lo que se siente al estar enamorado? Estar tan envuelto con alguien, que quieres darle todo.
Harry ya me había entregado su corazón.
Un beso inocente fue intercambiado entre nosotros. Apartándonos, pero aún así nuestros labios seguían rozándose. Nuestras frentes apretadas mientras con cuidado pasaba mi mano por su estómago. Mis manos temblorosas mientras agarraron la parte inferior de su camiseta. La camiseta fue desprendida del largo torso de Harry, frunciendo el ceño cuando las heridas que había sufrido en la pelea se hicieron visibles. Pero a pesar de las imperfecciones todavía se veía impresionantemente hermoso. Su piel bronceada era suave mientras trazaba a través de las líneas definidas de su estómago.

“Tienes que ser un ángel.” Susurré, mirando a la cara de Harry.

Sus impresionantes rasgos iluminados por el resplandor de las luces tintineantes. Rizos oscuros, hoyuelos, hermosa sonrisa, asombrosos ojos verdes y labios carnosos. Él no se parecía a ningún otro hombre que jamás haya visto.

“No soy un ángel, bebé.” Sus palabras sosteniendo un atisbo de dolor, sus ojos cayeron a donde yo sostenía su mano.

Yo sabía que él había participado en algunas actividades cuestionables y yo todavía no estaba segura de si alguna vez volvería a ser libre de la oscuridad que lo poseía. Pero yo no quería que cambiara por mí.

“Bueno, yo creo que sí.”

Levanté su mano a mi boca, dejándole besos delicados hasta los nudillos.

“¿Por qué?”, Se preguntó confundido.

“¿Cómo puede alguien verse tan impresionante como tú y no ser un ángel.” Hablé en voz baja. “Esa es la única explicación que se me ocurre.” Sonreí.

Él se rió en voz baja por el comentario antes de besarme en la punta de mi nariz. Mis dedos se arrastraron sobre sus fuertes hombros y por sus brazos tonificados, apretando ligeramente en el músculo. Todavía no podía creer que había ganado la pelea. Aún asombrada por la habilidad que había mostrado en el ring de boxeo. Pero mi estado de ánimo rápidamente cambiando, mi mente enfocándose en la causa de su violento regreso.

“¿Qué te dijo?” Mi voz suave mientras miraba a Harry.

Yo no tenía necesidad de decir el nombre. Harry sabía. Su postura rígida, sus ojos fijos en mí. Mis dedos encontraron los suyos, tratando de consolarlo. Su cuerpo pareció relajarse un poco con mi toque.

“¿De verdad quieres saber?” Su tono era un poco duro.

¿Si quería saber? La información desconocida había estado rondando en mi mente desde que había sido testigo de su vuelco contra Scott en el ring. Mi deseo de descubrir el gatillo a la ira de Harry superando la parte sensata de mí, la que me decía que dejara el tema.

“Sí”.

Él me trajo más cerca, sus rizos cosquilleando mi piel en cuanto inclinó la cabeza.

“Te ahorraré los detalles.” Habló con disgusto. Sus verdes ojos fijos en los míos. “Me dijo que te llevaría lejos de mí.” La respiración de Harry se había incrementado.

El miedo se apodero de mi cuerpo, mis dedos se apretáron con sus palabras. Yo sabía que él podía decir que estaba asustada.

“Yo nunca dejaría a nadie hacer eso. Lo mataré si lo intenta …. Nadie te está llevara lejos.” La profundidad de su voz hizo que mi cuerpo temblara.

Llevarme lejos? ¿Qué significaba eso? Scott, amenazó con matarme? Harry me aferró a su pecho desnudo, el pánico tembloroso siendo absorbido en su cuerpo. Me sentí segura en sus fuertes brazos. Pero el caos arremolinándose en mi mente aún permanecía. Harry no dejaría que eso sucediera. Él mantendría a salvo. Él me lo había dicho en numerosas ocasiones.

Mis brazos se aferraron a su cintura. No estoy segura de cuánto tiempo estuvimos parados abrazándonos, pero el abrazo de Harry poco a poco calmándome. Su voz ronca silenciosamente me tranquilizaba, me reconfortaba. Besos fueron dejados en mi mejilla, tratando de atraer a una sonrisa.

“¿Estás bien?” Susurró Harry.

Yo asentí ligeramente mientras me apretaba.

“Bueno … ahora déjame hacerte el amor.”

Los eventos anteriores de la noche dejados en el olvido mientras yo tímidamente le sonreia al hermoso muchacho delante de mí. Con que rapidez podía convertir una situación. Di un paso atrás fuera de su control. Sus brillantes ojos verdes nunca me dejaron mientras cruzaba los brazos sobre mi estómago, las yemas de mis dedos encontrando el dobladillo de mi camiseta. Mi labio inferior fue tomado con dureza entre mis dientes mientras levantaba el material hacia arriba. Mi visión oscurecida mientras luchaba por quitarme la ropa en mi estado nervioso. Escuché una risa profunda antes de que sus grandes manos calientes descansaran sobre las mías, ayudándome a deshacerme de la barrera material. Una vez fuera, cayó al suelo.
El rubor en mis mejillas parecía calentar mi totalidad. Me quedé en sostén y jeans. Ambos topless mientras Harry cerraba la distancia. Labios suaves y carnosos instantáneamente sobre los míos, su lengua abriéndose camino en mi boca. No me resistí, mi cuerpo entregándose a él. Harry podía tener todo lo que le podía dar y mucho más. Yo era suya.
Mis manos se apoderaron de la parte posterior de su cuello. Mi corazón golpeando contra mi pecho mientras sentía sus dedos largos moviendo el botón de mis jeans. Di un grito ahogado en su boca mientras él tiró de la cremallera hacia abajo.

“Shh.” Harry consolando. “Está bien, bebé.”

Sus palabras susurradas tenían un efecto calmante, aunque mi respiración seguía saliendo temblorosa de mis labios entreabiertos. Dejó escapar una risa mientras me inclinaba para otro beso, nuestras narices chocándose. Pero me quedé congelada cuando sus dedos se engancharon en mis jeans, tirando de ellos hacia abajo sobre la curva de mi trasero. Mi contacto fue con urgencia sobre su pecho desnudo, rozando sobre las marcas que su oponente había infligido durante la pelea. Mi pulgar distraídamente rozó su pezón derecho. El gemido gutural liberado me tomó un poco por sorpresa. Repetí la acción antes de sumergir la cabeza.

“Bo”. Sonaba jadeante la voz de Harry.

Mis labios besaron la protuberancia sensible, chupando y lamiendo. Me vi obligada a perder el contacto en cuanto mis jeans se soltaron hasta alrededor de mis tobillos. Harry tomó mis manos y me guío fuera de la ropa. Me sostuvo cuando me tambaleé hacia él. Pero su agarre me liberó cuando él me dejó por mi cuenta. La longitud de mi pelo cayendo sobre mis hombros, ocultando mi sostén negro.

“Mierda.” Harry habló.

Sus ojos lujuriosos arrastrándose desde mi cabeza a los pies. Se tomó su tiempo, absorbiendo con amor las curvas de mi cuerpo. Nunca había sido una persona que se bronceara bien al sol y al lado de Harry parecía más pálida que nunca. Pero con él, nunca me había sentido tan hermosa. Miré su linda sonrisa aparecer mientras yo nerviosamente movía los dedos.

“Lindo color”. Alagó al barniz azul marino brillante de mis uñas.

“Gracias.” Susurré, con timidez.

Ansiaba sentir su calor. Yo no podía esperar más, inicié el contacto. La gran envergadura de las palmas de Harry por todo mi cuerpo mientras tocaba y acariciaba la suave piel. Él sonrió en el beso mientras yo arrastraba las manos hasta un lugar donde sabía que le gustaba ser tocado. Mis dedos instantáneamente serpenteando por los rizos que adornaban su cabeza.

“Eres tan hermosa.” Murmuró.

Di un grito ahogado, una mano quedando enredada en los rizos de Harry y la otra agarrando la parte de atrás de su cuello mientras él me llevaba hacia atrás. Nuestros pies descalzos tocándose cuando nos detuvimos al pie de mi cama. El beso apasionado fue roto. Había perdido la cuenta del número de veces que Harry me levantó de mis pies. Pero en todas las ocasiones el gesto hacia que en mi rostro estallara una sonrisa, una risa pequeña escapando.
Mi cabello se desplegó en torno a mí en cuanto Harry me puso de espaldas en el edredón. Su mirada era casi como con admiración. Sus ojos nunca dejando mi cuerpo.

“Harry.” Susurré con voz entrecortada.

Me acerqué a él, tratando de conseguir que se moviera más cerca. Él obedeció, de rodillas entre mis piernas dobladas mientras llevaba mi mano a su boca. Sus labios de color rosa dejando pequeños besos a la piel. Su gran mano rozando las pulseras decorando mi muñeca mientras su toque se deslizó hasta mi antebrazo y luego de vuelta a mi mano. Lo miraba fijamente mientras sus dedos empezaron a quitar cuidadosamente las joyas. Sus ojos se clavaron en mi cara mientras los brazaletes fueron sacados uno a uno. Mi brazo fue girado, Harry inclinándose para presionar su boca caliente en la parte posterior de mi muñeca desnuda.

Todavía seguía echada sobre mi espalda mientras Harry continuó con sus delicados toques. Mi corazón latía fuerte mientras él se cernía sobre mí, una pequeña sonrisa en su rostro mientras su pulgar rozó mi cuello antes de moverse a mi oído. El aro de plata fue retirado de mi lóbulo, sus acciones repitiéndose en cuanto su toque se desplazó al otro lado de mi cabeza.
Nuestros ojos encontrándose cuando se arrodilló más arriba. Mi pierna derecha fue levantada. Gemí cuando las cálidas manos de Harry corrieron por mi muslo, rodilla y pantorrilla. Al mismo tiempo dejando besos húmedos sobre la suave piel.

“Tan suave.” Murmuró.

Mi pie presionado contra su pecho. Miré mientras él desabrochaba la pulsera en mi tobillo, poniéndola a un lado donde el resto de mis joyas yacían. Yo no podía dejar de reír mientras Harry trajo mi pierna más arriba antes de chupar uno de mis dedos de los pies. Una sensación de cosquilleo. Él me sonrió, apareciendo los hoyuelos en sus mejillas.

“Harry”. Reí, tratando de conseguir que se detuviera.

Cuando terminó la única joyería que quedaba era colgante de Harry. El avioncito de papel descansa a salvo en mi pecho. Jugó con la cadena antes de inclinarse hacia mí, con los labios viajando a mi oído.

“Vamos a dejar este.” Su voz rasposa susurró.

Asentí con la cabeza en acuerdo. No me lo había quitado desde que me lo había dado, nunca salía de mi vista.
Sus manos rozando por mi cuerpo, tocando mis pechos y apretándolos suavemente. Cosquillas de placer estallando a través de mi piel en forma de piel de gallina. Él sabía exactamente qué efecto tenía sobre mí y estaba tomando el máximo provecho. Mi cabeza rodó hacia un lado, mi pecho subiendo y bajando rápidamente ante el contacto íntimo de Harry.

“No, mírame.” Ordenó.

Mis ojos parpadearon abriéndose cuando me encontré con su mirada intensa, sus dedos arrastrándose por encima de mi estómago. Cada toque diminuto parecía magnificado. La presencia de Harry lo abarcaba todo, abrumándome. Harry se había trasladado más abajo en la cama, dejando besos en mi piel sensible a su paso. Sus movimientos eran tan calientes y seductores. Si no estuviera echada, había una fuerte posibilidad de que me hubiera caído en un instante al suelo. Mi mente volvió rápidamente cuando sentí su toque en mi ropa interior.

“Sabes que me encantan estos”. Él jugueteó con el encaje. “Quiero sacarlos … pero todavía no.”, Añadió Harry con un guiño.

Antes de que tuviera la oportunidad de recuperar el aliento él bajó la cabeza. Sus manos atrapado mis tobillos, clavando los pies de la cama, con las rodillas flexionadas. Su boca colocada sobre la parte delantera de mi ropa interior. Aliento caliente filtrándose a través de la fina tela en cuanto él resopló a propósito.

“Mierda”. Maldije.

Mi cuerpo tembloroso trajo una sonrisa de satisfacción en su cara, sin poder mover las piernas y bajo su misericordia. Su risa se oía y se sentía en cuanto él mordisqueó la piel de la parte interna de mis muslos. Un tobillo fue puesto en libertad, su dedo índice enganchando mis bragas a un lado. Mis caderas levantándose en cuanto su lengua se adentró en mí. Yo no estaba en modo alguno preparada para sus acciones. Pero yo sabía que Harry se complacía viéndome en este estado. Sus labios y su lengua trabajando en conjunto para tenerme gimiendo su nombre. Mi mitad inferior levantándose del colchón un poco, desesperada por más contacto. Su risa retumbante vibrando contra mí, su lengua en zigzag a lo largo de mi centro dolorido. Mis manos desesperadamente tomando en puño el edredón de alrededor mío, aferrándose a cualquier cosa que podía mientras Harry continuaba la prendida tortura. Mi pecho constreñido, mi aliento enganchado mientras su boca se cerró alrededor de mi clítoris, chupando la protuberancia pequeña.
Harry se levantó por un poco de aire, sonriendo.

“¿Se siente bien?”

Asentí con la cabeza, incapaz de hablar. Mis ojos se cerraron, mi mano a ciegas viajando hacia abajo para buscar los rizos suaves en la cabeza de Harry para enredarlos entre mis dedos. Me sobresalté cuando su nariz rozó mi clítoris.

“No tienes idea de lo increíble que sabes.” Murmuró contra mí.

Sus palabras audaces estimulándome aún más, intensificando mi excitación ya aumentada. Yo sabía que no sería capaz de retrasar mi orgasmo durante mucho más tiempo, el hormigueo que significaba su aparición inminente, estallando a través de mi cuerpo. Algo que era cada vez más evidente para Harry mientras trataba de sujetar mis piernas alrededor de su cabeza. Su lengua caliente sacudió las sensitivas terminaciones nerviosas dos veces más antes de apartar mis piernas, alejándolas.

“Todavía no, Bebé.” Su tono seductor.

Sentí como si no podía moverme, mis miembros fláccidos cuando Harry se levantó. Él se recostó en las almohadas, sus manos sujetándome por las caderas para llevarme fácilmente con él. Mi espalda apretada contra su pecho desnudo mientras él doblaba sus rodillas, mi cuerpo tendido en la parte superior de Harry. Todavía estaba un poco cautelosa por sus heridas, pero las heridas no parecían molestar a Harry en absoluto.

Suavemente movió mi cabello hacia un lado, la longitud cayendo en cascada por mi parte frontal. Mis pechos fueron palmeados suavemente antes de que una de las grandes manos sea levantada.

“Chupa”. Retumbó la voz ronca de Harry debajo de mí.

Tomé el dedo extendido en el calor de mi boca. Gemidos podían ser oídos mientras yo arremolinaba mi lengua alrededor, la lubricando la longitud. Mis labios fruncidos cuando Harry lo sacó.

“Buena chica”.

No hubo pérdida de tiempo en el deslizamiento del largo dedo en la parte delantera de mi ropa interior. Grité en cuanto su índice se empujó dentro de mí, mis pies presionando sus muslos aún vestidos. Un fuerte brazo me sostenía a él mientras yo me movía con sus acciones implacables. Mi mano con fuerza sostuvo su bícep mientras él continuaba bombeando un dedo dentro de mí. Su pecho vibró en un gemido debajo de mí, ya que moví el trasero contra su entrepierna.

“H-Harry, por favor.”

Traté de rodar fuera de él, pero él no me dejó, su brazo apretándose más.

“No, no lo hagas. Bo, quédate conmigo. “Él me dijo con voz entrecortada.

Mi cabeza cayó hacia atrás sobre su hombro en la derrota, pero su toque aún causándome retorcerme encima de él. Harry gimió con la fricción que estaba creando contra su entrepierna. Un creciente prominente bulto presionado contra mí. El retumbar de su corazón, se podía sentir en mi espalda. Nunca había experimentado nada como esto antes.

“Voy a tratar dos.” Él me informó.

No le respondí, incapaz de hacerlo. Mis músculos se tensaron cuando intentó entrar en mí de nuevo.

“Bo, necesitas relajarte.”

Mis ojos completamente cerrados en cuanto un segundo dedo se hundió en mí. Mi emoción le hizo un poco más fácil a Harry poder moverse dentro de mi calor apretado. La nueva sensación era incómoda, extendiéndose mientras Harry profundizó la acción de bombeo. Era amable, no quería forzarlo. No podía controlar los gemidos que salían de mis labios. Mis talones se clavaron en sus muslos mientras el ritmo aumentaba gradualmente.

“Estas tan estrecha”. Él dijo jadeante.

La mano libre de Harry agarró la mía, acepté agradecida el gesto reconfortante. Mi boca entreabriéndose mientras mantenía sus dedos inmóviles dentro de mí, dejándolos de bombear. En lugar de eso, luchó por girarlos. Le oí maldecir por debajo de mí cuando mis paredes involuntariamente apretaron alrededor de su intrusión. Los suaves movimientos de Harry dejaron mi mente en un lío, sus largos dedos acariciándome por dentro. Cuando los curvó lancé un chillido. Sus puntas tocando un punto que nunca supe que existía. El placer que sentí fue mucho más de lo que podía imaginar.

“H-Harry. Quiero besarte. “Supliqué.

Odiaba no ver su rostro. Quería verlo, disfrutar de cada uno de sus detalles. El aire fue inhalado fuertemente cuando Harry cuidadosamente sacó sus dedos de mí. Su brazo se liberó de mi cintura permitiéndome rodar fuera de él y hacia un lado. Me sentía agotada, mi respiración convirtiéndose solo en exhalaciones. Mi cabeza perezosamente se volcó hacia el impresionante muchacho que me había llevado cerca del orgasmo dos veces en un período de tiempo increíblemente corto.
Mis ojos se ampliaron cuando fui testigo de Harry llevando sus dedos a la boca, cerrando los ojos mientras los metía por sus labios de color rosa. Sus largas pestañas revolotearon antes de que su cabeza se volcara hacia mí, chupando desesperadamente. Cuando los retiró renuentemente de su boca, la lengua de Harry se deslizó hacia fuera, seductoramente lamiendo alrededor de sus labios hinchados mientras tarareaba complacido. Sus brillantes ojos verdes siguieron mirándome, él desabrochando su cinturón. El botón fue pronto abierto, la cremallera bajada.

“¿Vas a ayudarme?” Él preguntó juguetonamente.

Levanté el pelo de mi cara, buscando fuerzas y arrastrándome. Besé su mejilla antes de agarrar la parte superior de sus jeans. Sus caderas se elevaron, lo que me permitió bajar la tela por sus largas piernas. Me reí, tratando de retirar el material antes de que Harry se retorciera con éxito antes de tirar la ropa al suelo.
Hoyuelos aparecieron a cada lado de su sonrisa mientras miraba a Harry. El hermoso muchacho echado sobre mis sábanas. Él era el mío. Mi peleador, mi protector, mi ángel.

“Me estoy sintiendo solo por aquí.” Harry juguetonamente dijo con un puchero. “¿Vas a venir a acompañarme?” Sus ojos brillaban con diversión.

Una profunda risa ronca hizo eco por toda la habitación en cuanto una sonrisa incontrolable apareció en mi cara. Mi cuerpo fue rápidamente encima de Harry. Nos encontramos en un beso provocador, mis dientes suavemente tirando de su labio inferior. Mi contacto fue sobre él, deslizándose sobre su fuerte pecho que subía y bajaba a un ritmo creciente debajo de mí. Apenas sentí los dedos de Harry arrastrándose por mi espalda, mi postura rígida en cuanto el broche de mi sostén fue abierto bruscamente.

Mi cuerpo se apartó un poco. Él se deslizó suavemente las correas de mis hombros, mi boca empezó a secarse. Seguía sobre su regazo mientras Harry se movió para sentarse. El encaje negro cayó de mi forma temblorosa.
Sus ojos verdes sosteniendo los míos. Sus grandes manos se colocaron alrededor de mi espalda, animándome a acercarme. Mis pestañas revolotearon cuando nuestros pechos desnudos entraron en contacto. Mis pechos presionados firmemente a la dureza del torso de Harry. Su cabeza rodó hacia atrás, un suspiro de satisfacción fue liberado. La plata fresca de su cadena atrapada entre nuestros cuerpos ahora húmedos.

“Harry”.

Su piel estaba caliente, me encantaba estar envuelta en sus fuertes brazos. Me aproveché de su estado debilitado, colocando suaves besos por su cuello al descubierto. El embriagador aroma de Harry abrumando mis sentidos, sumergiendo mi rostro al hueco de su cuello. Nunca quisiera que me dejara ir. Mis labios se perdiéndose a lo largo de su mandíbula definida, poniendo mis manos en sus hombros mientras suavemente le animaba a que se acostara. Harry obedeció, sosteniéndome con fuerza. Sonreí cuando con dulzura frotó nuestras narices antes de darme un beso en la boca. Mis dedos apartaron los rizos que caían sobre su frente.

“Soy tuya”. Apenas susurré.

Los labios de Harry se entreabrieron con mis palabras, apretando los ojos cerrados mientras absorbía la profundidad.

“Te voy a mostrar lo mucho que me importas.”

Me dio la vuelta, mi totalidad a merced de Harry. Mis ojos azules atentamente observando mientras él bajó la cabeza, sus rizos cosquilleando mi piel. Inspiré profundamente mientras los cálidos labios dejaban besos delicados a la cicatriz en mi pecho izquierdo. Él sabía que yo todavía no estaba totalmente cómoda con cualquier tipo de contacto con el recordatorio espantoso. Pero Harry también estaba consciente de que él era el único que me había tocado. Yo confiaba en él.
Mis bragas fueron cuidadosamente bajadas por mis piernas, a la vez que Harry no dejó ninguna parte de mi piel sin ser tocada por sus labios. Llenando mi cuerpo de afecto íntimo. Yo estaba completamente desnuda. La realidad de la situación siendo asimilada. El hermoso muchacho que había temido no hace mucho tiempo haciendo lentamente su camino hasta mi cuerpo desnudo. Uno de sus muslos descansaba entre los mías, su bulto prominente haciéndose cada vez más evidente a medida que apretaba las caderas con suavidad. No me había dado cuenta de mi falta de visión hasta que Harry me besó en la comisura de mi ojo derecho.

“Déjame ver esos bonitos ojos azules.” Susurró.

Mi visión parpadeó cuando Harry volvió a entrar en foco. Sus hoyuelos se establecieron en sus mejillas, una pequeña sonrisa apareciendo en sus labios carnosos. Mis manos parecían pequeñas en comparación con la suyas mientras él las guiaba a la banda de sus bóxers. Yo sabía lo que él quería que yo hiciera. Mi contacto fue débil; luchando para eliminar la última pieza de ropa entre nosotros. El tejido apretado, negro era suave contra mis dedos. La erección de Harry desesperadamente forzando los límites de sus boxeadores. Como saqué el material, no pude dejar de recordar cómo él sabía, su miembro grueso y pesado mientras Harry ayudaba en la eliminación de la ropa interior.
Mi pequeña mano lo agarró suavemente, Harry gimiendo mientras se inclinó sobre la mesita de noche donde había colocado los elementos de su bolsillo trasero. Empecé a bombear cuando él sacó un paquete plateado, cuadrado de su billetera. Me di cuenta que la cabeza de color rosa de su pesado miembro era casi del mismo color que sus labios. La observación me hizo sonrojar. Él sonrió, un beso fuerte fue presionado en mi boca antes de rodar abruptamente a un lado. Vi como sus dientes arrancaron la envoltura, los dedos de Harry realizando rutinariamente las acciones. Poniendo el condón por su miembro rígido y descartando el papel a un lado.
Pronto estuvo encima de mí una vez más. Sus palmas puestas a cada lado de mi cabeza antes de bajar hacia abajo. Inhalamos el cálido aliento del otro, mi corazón latía con fuerza en mi pecho.

“¿Estás lista?”, Preguntó Harry, sus ojos intensamente mirando los míos buscando cualquier duda. Pero él no la halló.

Asentí con la cabeza, sin confiar en mi voz. Mi atención se fijó en el rostro de Harry mientras su mano viajó hacia abajo entre nosotros. Sus ojos estaban entrecerrados, sus rizos cayendo alrededor de sus rasgos impresionantes cuando él rozó su punta contra mí un par de veces. Mis músculos se tensaron al sentir a Harry cautelosamente entrando en mí. Hice una mueca, lo que le obligó a intentar una segunda vez. Nuestros dedos rápidamente se entrelazaron a un lado de mi cabeza. Gemidos cayeron de mis labios entreabiertos, Harry empujando un poco más. La sensación era algo que nunca había sentido antes, desagradable de una manera extraña.

“Si pudiera lo sentiría por ti, lo haría.” Su voz tensa.

Apreté los dedos para tranquilizarlo, tratando de no dejar evidente mi burbuja de descontento a través de mis emociones. Harry estaba llenando mis extremos.

“Me gustaría eliminar el dolor, Bebé. Por ti, Bo. “

Y no tenia duda de sus palabras. Había demostrado una y otra vez a los extremos que llegaría por mantenerme a salvo. Esto no era diferente. Pero yo tenía la sensación de que Harry no solo se refería a la situación actual, si no a todo el dolor que había sentido alguna vez. Mis ojos llorosos explorando las contusiones sobre su piel bronceada.
Grité de dolor cuando Harry movió suavemente sus caderas hacia delante, presionando todo hacia adentro. Sostuvo es posición mientras yo gemía debajo de él. Levanté la mirada para encontrar sus ojos verdes llenos de culpa. Harry odiaba la idea de hacerme daño. Su labio inferior puesto entre sus dientes. Rizos oscuros colgaban alrededor de su hermoso rostro. Pequeñas lágrimas se asomaron sobre mis ojos, rodando por mis mejillas.

“No llores, Hermosa”.

Los labios de Harry dándome un beso limpiando las gotas saladas. Nunca había deseado estar tan cerca de alguien como lo hacía con Harry. Mis brazos se aferraron a él mientras se ajustaba un poco, intensificando la sensación incómoda mientras yo sollozaba silenciosamente.

“Lo sé, lo sé, cariño.” Harry desesperadamente hablaba, dejando besos en mis mejillas con la esperanza de distraerme.

El cuerpo desnudo de Harry parecía encerrarse a mí alrededor, creando un escudo de protección. Su cuerpo más grande bloqueando el mundo que nos rodeaba mientras él me envolvía. Tragué saliva mientras su rostro apareció sobre el mío otra vez, los labios de Harry silenciándome mientras me besaba. Necesitaba sentirlo.

“Hazlo otra vez.” Susurré.

“No.” forzó la voz ronca de protesta.

Su boca se abrió mientras me miraba. Nuestra respiración pesada, los pechos desnudos subiendo y bajando rápidamente. La cara de Harry hundiéndose en el hueco de mi cuello, sus labios gruesos dejando besos a mi piel caliente. Sus caderas inmóviles mientras él se quedó enterrado en mi interior.

“Por favor.” Rogué en silencio.

Sus rizos oscuros cosquilleándome la piel mientras negaba con la cabeza. Yo sabía que él no quería causarme dolor, pero no podía quedarme quieta por mucho más tiempo. Mi mitad inferior se levantó del colchón un poco, tratando desesperadamente de hacer que se mueva. Sentí un gemido vibrar por su pecho. Un jadeo cayó de mis labios en cuanto una de sus grandes manos apretó mi cadera, restringiendo mis movimientos.

“Pará”. Él habló desesperadamente.

Sus jadeos haciéndose más fuertes, tratando de negarme.

“Harry… Quiero sentirte.”

Levantó la cabeza, nuestras narices rozando. Su aliento caliente por mi cara. La intensidad de sus ojos temerosos me dejó sin aliento.

“Te necesito”. Susurré.

La mano en mi cadera fue retirada y desplazó hacia arriba, nuestros dedos entrelazándose. La frente de Harry descansando sobre la mía, apretando suavemente mi mano mientras lentamente se alejó. Mi piel se estremeció con la sensación de que poco a poco movía sus caderas hacia delante de nuevo. Las molestias habían disminuido, pero el dolor del entumecimiento leve todavía estaba allí. No nos besamos pero nuestros labios se rozaron continuamente.

“Lo siento.” Harry habló en contra de mi boca.

La cabeza de Harry se dejó caer contra mi pecho. Sus labios dejaron besos húmedos sobre mis clavículas. Sentí su boca suavemente chupando en la piel mientras se alejaba de mí. Mi otra mano agarró la parte posterior de su cuello, enredando mis dedos en sus rizos. Sus dientes rozaron el valle entre mis pechos mientras levantaba el colgante avioncito de papel entre sus labios. Me sonrió, dándose cuenta de que era el único objeto que estaba usando actualmente. Un gemido gutural fue emitido por Harry mientras se mecía de nuevo en mí. Yo duramente mordiéndome el labio para no gritar. Su rostro volvió al mío, sus ojos verdes fijos en los míos azules. Me permitió jalarlo hacia abajo. La fría plata del colgante presionada entre nuestros labios hinchados.

Mordí la cadena, la mirada lujuriosa de Harry parecía calentar mi cuerpo. Sus caderas aún continuaban moviéndose suavemente, pero el ritmo se hizo un poco más rápido. Luché para equilibrar mi respiración, el aire se sentía limitado, incapaz de satisfacer mis necesidades.

“Bo, e-estas tan estrecha.” Tartamudeó.

Mis dedos fueron liberados, la gran mano de Harry agarrando el cabecero encima de mí. Los músculos de su brazo se tensaban continuamente mientras sus caderas se encontraban con las mías. La cadena cayó de mis labios. Su respiración pesada saliendo, sus ojos completamente cerrados. Cuando los abrió, la oscuridad mostrada me llenó de temor. El verde brillante reemplazado con negro. Yo sólo lo había visto mirándome así una vez, mirando directamente a través de mí. Un sollozo escapó de mis labios cuando Harry dio un empuje particularmente doloroso. Mis uñas arrastrándose por su reluciente espalda desnuda. Él gimió en respuesta, agarrando mi cadera. Sus dedos profundamente presionados en mi piel, sosteniéndome en el lugar mientras continuaba adentrándose en mí. No hubo besos, nada íntimo en la situación. ¿Es esto lo que las otras chicas habían experimentado? Con otro fuerte impulso se hizo obvio para mí. Harry no estaba acostumbrado a ser suave. Él se cerraba a cualquier sentimiento relacionado con el sexo. Nunca había sido nada más que cosa de un día con él.

“Harry”. Dije con urgencia.

Las lágrimas por mis mejillas una vez más. Quería besarlo, descubrir el juguetón, cariñoso muchacho del que me estaba enamorando. Mis dedos rozaron desesperadamente por su cara, a toda prisa tratando de captar su atención.

“P-Por favor.” Gritó mi voz.

Mi toque le hizo sacudir sus rizos, sus ojos cerrándose, su ritmo al instante comenzó a desacelerarse. Lo bajé por el cuello, su frente presionando a la mía. Los movimientos de Harry se hicieron menos fuertes, el verde brillante de sus ojos volviendo gradualmente mientras me miraba. La transformación fue sorprendente y me hizo preguntarme si el muchacho bonito por encima de mí tenía la menor idea de lo que acababa de suceder. El alivio me inundó … Pensé que lo había perdido.

“Bo”. Susurró.

Sus labios fervientemente cubriendo los míos en un beso apasionado antes que salpicaran pequeños besos por toda mi cara. Harry soltó la cabecera de la cama, liberando mi cadera y apoyando su peso sobre sus antebrazos. Hacía tanto calor, el sudor goteando de sus rizos húmedos, por su cuello mientras me ocultaba con su cuerpo desnudo.
Su movimiento variaba de impulsos cortos y rápidos a lentos y tortuosos. Mi boca se abrió, luchando por respirar mientras su ritmo disminuía de nuevo. La sensación era tan intensa, tan abrumadora. Pero nada como lo había sido hace unos minutos. Eso fue duro, doloroso. La respiración de Harry era pesada, con su vista en mi cara todo el tiempo. Atentamente me observaba, tratando de ver cómo reaccionaba a las diferentes velocidades.

“Te gusta despacio?” Susurró en confirmación.

Asentí con cansancio, sus acciones dejándome sin habla. Estaba haciendo el amor conmigo. Lento y romántico. No podía concentrarme en otra cosa que en Harry. Todavía se sentía incómodo, pero era soportable. Mis dedos se arrastraron por su espalda, sonrió, ligeramente gimiendo. Su fuerte cuerpo arqueándose hacia mí mientras repetía las acciones con mis uñas.

“Mierda”. Él gimió roncamente.

Mi cabeza fue empujada a un lado, Harry sumergiendo la suya en el hueco de mi cuello. Pequeños, suaves sonidos escaparon de mis labios mientras él mordía ligeramente en la piel sensible. Dejé escapar una risita forzada, cuando empujó su nariz contra mi mejilla mientras él gemía en voz baja, tratando de llamar mi atención. El segundo que volqué la cabeza, los labios hinchados de Harry fueron presionados con urgencia a los míos. El beso fue dulce y juguetón, un lado de Harry que sólo yo había visto, no había nadie más. Sus caderas todavía siguieron reuniéndose con las mías, el aire alrededor aumentando en la temperatura.

“¿Todavía duele?” Murmuró.

Su pregunta me tomó un poco por sorpresa y no tenía sentido en mentir acerca de la respuesta. Sus ojos verdes explorando atentamente los míos mientras esperaba mi respuesta. Harry recibió mi pequeño asentir. Alejando su espalda, su expresión era de dolor mientras absorbía mi revelación. Sus cejas en un ceño.
El fuerte cuerpo de Harry se movió por encima de mí, una mano grande rozando a través de mi estómago y hacia donde nos conectamos. Mis ojos se abrieron en pánico. Me apresuré a agarrar su muñeca. La preocupación brillando en su rostro.

“No puedo.” Le dije desesperadamente.

“Pero yo quiero hacerte sentir bien.” Harry habló, sus rizos cosquilleándome en la frente.

Mis dedos entrelazados con los suyos, tratando de mover su mano.

“P-Por favor, no, es demasiado.” Susurré.

La mirada de sus hermosos ojos me hizo creer que estaba desesperadamente pidiendo mi perdón. Pero mis palabras fueron mal interpretadas, Harry pensando quería detenerlo por completo. Cuando se movió a salir suavemente de mí, tomé su cadera.

“No.. Quiero sentirte.”

Yo sabía que él era consciente de lo que estaba pidiendo. Pero él todavía parecía reacio a cumplir.

“Por favor.” Sonreí débilmente.

Inclinándome hacia arriba, mis labios contra los suyos, mis dedos encontrando sus ahora húmedos rizos. Harry tarareó profundamente en el beso. Manteniendo el ritmo mientras seguía dentro de mí. El aliento caliente siendo emitido en el pequeño espacio entre nuestras bocas, vulgaridades saliendo de la figura de ángel encima de mí. Harry estaba luchando para aguantar, pero segundos más tarde grandes manos se deslizaron por debajo de mí. Di un grito ahogado, mi torso se levanto del colchón en cuanto Harry me abrazó con fuerza entre sus brazos. Mi cabeza cayó hacia atrás mientras me dio unas cuantas compresiones rápidas. Me envolví alrededor de su cuerpo.

“Mierda … Bo.” Harry gimió.

Mi respiración parecía salir a tirones de mi garganta mientras sentía a Harry temblar dentro de mí, liberando su calor en el condón. Nuestros pechos estaban apretados, el latido de nuestros corazones retumbando tan furiosamente como el del otro. Besos fueron presionados por su cuello, una vena prominente que sobresalía en cuanto Harry salió de su orgasmo.
Me puso con cuidado sobre las almohadas, mi cuerpo sintiéndose adolorido, completamente agotado cuando quede en el edredón. Harry dulcemente beso mis labios, antes de colapsar sobre mi.

Dark - Harry styles (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora