#OneShotYaoi
P. O. V. Omnisciente
Fiesta en la casa de aire. Seis palabras que emocionaban y daban miedo por igual. Las fiestas de esos chicos eran una combinación de la mente de la alcohólica de Géminis, la lista de contactos infinita de Libra y Acuario. Eso daba miedo.
Ya a mitad de la noche, Virgo y Capricornio trataban maniaticamente de alejar a unas borrachas Cáncer y Piscis del micrófono de karaoke, donde cantaban You Suck a viva voz. Escorpio y Géminis se habían ido a siete minutos en el paraíso hacia mas de una hora. Tauro estaba sentada en una esquina, con una bolsa de Ruffles, declarando su amor. Leo y Libra se daban el lote en la piscina (nadie sabía como habían terminado ahí).
Lo que nos dejaba con unos muy, muy, MUY, borrachos Aries y Acuario en el suelo de la cocina. Se pasaban mansamente una botella de vodka medio vacía -o medio llena, pensaba Aries- mientras reían. No, no se de que se reían. No, ellos tampoco estaban seguros.
Acuario tenía los pomulos cubiertos de escarcha dorada, lo que hacía lucir sus ojos verdes realmente asombrosos, a pesar de estar enrojecidos. Por su parte Aries tenía una corona de flores en su, de por si despeinado, cabello castaño.
Ambos chicos se veían, en su estado de risas ebrias, pensando. Aries pensaba en lo tierno que se veía el otro chico con escarvha en sus mejillas y su playera verde con dibujos de aliens. Acuario pensaba que él, el chico raro y sin corazón, siempre se sentía nervioso cuando estaba cerca del chico de fuego. Acuario se había declarado gay hace tan solo unos meses, Aries era bisexual desde siempre y desde que se habían conocido, el carnero no podía dejar de pensar en lo terriblemente sexy que el acuariano era, lo gracioso y raro y tan decidido y libre. Era perfecto. Además tenía esos labios tan... ¿Cómo se sentirían?
Acuario había pensado que Aries era lindo. Lindo en plan deportista/chico malo/fuckboy, pero con una sonrisa bobalicona como la que tenía en ese momento -idéntica a la del propio Acuario-, parecía mas un niño pequeño y completamente inocente.
—Acuario... — rio Aries —. Acuario... te quiero, viejo...
—Yo a ti no, man —respondió el otro, riendo también —, me enamoré de ti...
Los dos siguieron riendo durante dos minutos -No, aun no se de que se reían-, hasta que Aries se abalanzó sobre Acuario. Literalmente. El carnero se tiro sobre el cuerpo del otro muchacho, la botella rodó por el suelo y Acuario lo beso. Ninguno de los dos lo pensó, solo pasó. Asi eran ellos, ¿no?
Cuando Acuario se separó para tomar aire, escucho los aplausos. Sagitario los miraba a ambos desde la esquina, abrazando un modelo a escala del trono de espadas, probablemente salido de la habitación de Géminis, quien no iba a estar feliz al verlo cubierto de pintura rosa.
—Ya era hora, chicos. Se les notaba a kilómetros el queso* que se tenían —Aries había enrojecido, para variar, pero aun así entrelazo sus dedos con Acuario.
A la mañana siguiente se preguntarían que hacían en el suelo de la cocina, con las espaldas empapadas de vodka y con escarcha en la cara y una corona de flores. Pero no se preguntarían por que se tomaban las manos. Eso no hacia falta. Eso sólo debía ser.
*queso: expresión que se interpreta como tenerse ganas, gustarse o querer estar con alguien.
