La noche era fresca afuera, pero en el club, el cuerpo sudado de la chica Aries brillaba bajo la luces tenues de neón. Los signos habían decidido salir esa noche, ir a bailar y beber unos tragos. Leo y Libra bailaban juntos en una esquina, Géminis y Acuario hablaban tranquilamente en la barra, probablemente de aliens, y Virgo y Escorpio habían llevado a casa a Cáncer y Piscis, que se habían emborrachado en tiempo récord y habían empezado a cantar unas de Adele. Tauro comía una botana en la barra, al lado de Capricornio que bebía tranquilamente mientras veía a Aries bailar sensualmente con su mejor amiga Sagitario.
Aries se le acercó con los ojos brillantes, dejando a su amiga Sagi bailando con un guapo moreno.
-Hola, Capri-capri -dijo la castaña con un toque divertido.
-No me digas así, A -el soltó un bufido, medio en broma, medio en serio, mientras ella se sentaba junto a él y pedía un chupito de tequila.
- Bah, eres un amargado, debes soltarte el cabello Capri-capri -la chica bebió de golpe el trago que la chica de detrás de la barra le puso enfrente. Capricornio alzó las cejas en desaprobación viéndola pedir otro chupito. Cuando la camarera se lo entrego, él se lo arrebato.
- ¡Hey! - ella hizo un mojin con su labios humedos del último trago y él puso una mueca de superioridad.
- Haz bebido demasiado, bebé -si, quizás el también había bebido de más. La chica compuso una sonrisa malévola y lo miró con superioridad.
- Hagamos un trato -empezó con voz firme-, si ganas, yo dejo de beber, pero si yo gano, tú debes bailar conmigo en la pista -el frunció el ceño y lo pensó un momento.
- ¿Y qué tendría que hacer? -preguntó desconfiado el signo de tierra.
-Chupito.
- ¿Chupito?
- Sip, bebe el chupito sin hacer muecas y no tocaré otra bebida en toda la noche -ella alzó las manos mostrando las palmas y el volvió a sopesar sus posibilidades.
Pocas veces bebía, mucho menos tequila puro... y sin embargo, el alcohol en su sistema nublaba su juicio. ¡Si, joder, quería ganarle a la pequeña orgullosa! Así que sin dudarlo, llevo el vasito a sus labios y echó la cabeza hacía atrás. El líquido le quemo desde dentro, produciéndole arcadas y dolor. El flash de un celular lo cego un momento y escucho el vitor de la ariana.
- ¡Oh Dios! Eres peor bebedor que Cáncer -ella de echó a reír, mostrandole la fotografía de él haciendo una mueca de evidente asco y dolor-. Te gane, Capri-capri - canturreo, levantándose del taburete-, así que mueve tu traserito respingon a la pista.
Ella contoneo sus caderas hacia la pista de baile, tomando la mano de el chico, que se había ruborizado con el último comentario. ¿Ella le miraba el trasero? Y si lo hacía, ¿Realmente le molestaba?
- Muévete un poco, Capri -dijo en su oído. El estaba un poco tieso, no le gustaba bailar y ella lo sabia. Asi que puso sus pequeñas manos en las caderas del chico y empezó a balancerlas lentamente, al ritmo de las suyas. Cuándo él empezó a bailar por su cuenta, ella se pego mas a él, poniendo las manos en sus hombros y bailando de una manera mas sensual, que no concordaba del todo con la música. Capricornio -quien, dicho sea de paso, ya estaba bastante embriagado con el perfume de Aries, las luces parpadeantes y el alcohol- colocó las manos en la cintura de ella, pegándose aún más.
Tenía su labios tan cerca, que podía ver lo húmedos y suaves que eran. ¿Y si la besaba? ¿Haría algún daño? Probablemente. ¿Pero le importaba? Llegados a este punto, no.
Asi que tomo el rostro de la chica entre sus manos, y la acercó hasta que sus labios se rozaron. Ella pareció sorprendida un momento, pero cuando su cerebro proceso lo que pasaba, le correspondió el beso.
¿Por qué no? -pensaron al mismo tiempo.
Quizás no tenía sentido, ni futuro, pero se sentía tan... correcto. Ella lo hacía sentir salvaje y a cambio, él la cuidaba y la mantenía a salvo. ¿Qué importaba si era un mala idea? Ella nunca pensaba en eso y él... bueno, ya lo había pensado demasiado.
Era el momento de dejarse llevar por la luces y unos labios con sabor a tequila.
