GéminisxSagitario

324 23 4
                                    

Una cena solos. Un restaurante bonito. Una escapada de fin de semana a Las Vegas.
Yep, Géminis se sentía afortunada y no solo en el blak jack. Su novio era gracioso, guapo y encantador. No era celoso, ni controlador. Para enojarlo necesitaba un milagro y eso era muy bueno porque ella se enojaba con una rapidez aterradora.
Pero cuando pasaba él le apretaba los mofletes y sonreía,  entonces ella sonreía y todo pasaba. La hacia feliz.
Además, el sexo era asombroso.
- ¿En que piensas, Cabezota? -preguntó Sagitario, tocando su frente suavemente.
- En cuanto te odio, Loquito -pero su mirada embelesada le llevaba la contraria a sus palabras.
- Aja si, como si alguien pudiera odiar esta cara -le respondió, haciendo una "mueca-de-modelo-de-revista" que le lucia estúpida. Pero ella río.
- ¡Oh, es cierto, el gran Sagitario, el de perfil griego, por quien todas las mujeres suspiran!
-Uhmm, no necesito que todas suspiren, me basta y me sobra con que tú me quieras -ese comentario, dicho con tanta sinceridad, sin labia ni voces melosas, solo honestidad genuina.
- Si claro, como si te alcanzará solo con una -ella bajo la vista al mantel, recordando como era antes su ahora novio. Él había sido un fuckboy, sin novias antes de ella, solo noches de sexo. Aún habia una vocecita diciéndole que él se iría con otra, que volvería a su vieja vida. Entonces él habló:
-Me sobra contigo. No te merezco y no estoy seguro de porque me diste la oportunidad... Pero lo agradezco... Agradezco que me ames... - eso calento su corazón. Ellos no eran románticos. Su relación era mas como un geiser: explosivo, caliente, genial.
No había momentos cursis, a excepción de estos momentos. Eran únicos y lindos. Así que habia que matarlos con un mal chiste.
- Uff, me convenciste - él sonrió cuando ella echo su cabeza hacia atras exageradamente -, ya sabes, cuando quieras, me caso contigo.
Ella lo decía como una broma, claro. ¿Matrimonio? ¿Ellos? Ja.
Pero Sagitario tomo su mano sobre la mesa y la miro con intensidad.
- Si es contigo, me caso mañana. ¡No, me caso ya mismo!

Y así fue como el lunes en la mañana, Géminis llegó a su trabajo con una alianza de oro -posiblemente falso- y un nuevo apellido, sin mencionar su cara de alucinada.
Se había casado.
Con Sagitario.
Si lo pensaba mucho, aun boqueaba como un pececito.
Pero se le pasaba cuando pensaba en Sagitario tomándose una selfie con el padre Elvis el día de su... boda... ¿Como dejo que pasara todo eso?

One-Shot's Del Zodiaco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora