—Yo no le dije, Lib.
—Bueno, solo tu lo sabias.
—Bueno, pero yo no fui —sacudiendo su cabello y rodando sus ojos, Libra se fue.Capricornio y Libra habían sido los mejores amigos desde que se habían conocido en la fiesta de cumpleaños de Virgo, eso había sido cuando tenían 5 años. Ahora ambos tenían 18, estaban a muy poco tiempo de empezar la universidad.
La razón de su pelea, era que el crush de Libra la había invitado a salir y ella sospechaba que había sido porque Capricornio le había dicho algo.
En teoría, esto no tendría que acarrear una pelea para los mejores amigos.Pero la practica era mucho mas complicada.
Hacia dos años, Libra se le había declarado a Capricornio. Ella estaba enamorada, decidida a decirle la verdad. Pero Capri no lo vio así. El la quería, pero como a una hermana.
Y así se lo dijo.
Libra lo tomo con diplomacia, escondiendo todo el dolor y la indignación que esa declaración le había causado. No le hablo en un mes, necesitaba tiempo para que su corazón se calmara.
Finalmente habían vuelto a su amistad, pero algo había cambiado. Capricornio estaba mas tenso a su lado, no le hablaba de chicas, tenia una mirada mas calculadora.
Eso también la hería, pero de una forma diferente. Fue por eso que Libra le hablo tanto de ese chico, para demostrarle que ya tenia todo ese asunto superado.
Sin embargo el efecto había sido el opuesto. Capri parecía mas tenso todavía.
Libra no lo entendía.—¡Libra no te vayas si estamos hablando! ¡Yo no le dije nada a ese tipo!
Libra ni siquiera se dio la vuelta, estaba cansada de gritar.
—Como digas, Cap. El asunto es que hasta ayer, el no sabia de mi existencia y hoy me pidió salir y el único que sabia que me atrae eres tú— Libra le golpeo el pecho con su dedo índice, lo que obviamente Capricornio no se tomó bien eso. Rodeo la muñeca de Libra con sus dedos y la miro con esos ojos fríos que Libra adoraba y que no le daban ni una pizca de miedo. No a ella.
—¿Y por que coño le iba a decir eso? ¿Para que te invitara a salir, te viera toda lo maravillosa y preciosa que eres y se enamorará de ti? —le pregunto con sarcasmo y un deje de indignación —Jamas.
Libra boqueaba como un pez fuera del agua. Había algo en esa declaración que no le cuadraba, el no era así... Entonces que era... Las piezas encajaron en su cabeza.
—Estas celoso... Capricornio, ¿que pasa contigo? Deja tu estupidez. ¿O acaso olvidas que soy como tu hermana? —lo había dicho. El viejo resentimiento había salido.Claro que no lo había superado, joder, era el amor de su infancia, el chico de sus sueños, su mejor amigo. Nunca lo vería como un hermano.
—Demonios, Libra, ¿Sabes cuanto me arrepiento de haber dicho eso? ¡Era un idiota! ¡Si hubiese tenido medio cerebro me habría dado cuenta entonces de que te quiero! —Capricornio nunca gritaba, sin embargo esta vez había alzado la voz. Pero esa energía arrebatadora se había ido y ahora él se sentía débil. Cayó de rodillas, tomando la mano de Libra y mirando al duelo.
No era una postura de sumisión. Capricornio pedía perdón.
«Yo no... Yo no te veo como una hermana, Lib... Yo te quiero, ya no me alcanza con ser tu amigo.
Libra estaba tan impactada. Su amigo, el rey, estaba de rodillas ante ella. Se había rendido ante ella. Pedía clemencia en su castigo. Pero ahí no había nada que se pudiera castigar.
Ahí, en medio de una plaza desierta, Libra de tiro al suelo y abrazo a Capricornio.—Aqui estoy, Cap.
Su chico. Su rey.
—No te vayas, ¿Si?
Su paz. Su reina.
—Nunca.