Verdades Envueltas

Cinco

(N/A: hay una playlist en spotify hecha exclusivamente para esta historia y como en el capítulo anterior recomendaría que la escucharan, para mejorar la comprensión de la trama...
Se titula: Verdades Envueltas (falling in words).

Dejaré el link en el primer comentario o bien, pueden buscarla.)

Los días pasaban y las acciones de Amanda mejoraban ante la situación. Todo era perfecto para ellos, sin embargo Hanzel quería entender todas las demás caras de la personalidad de ella fuera de la habitación. Se decidió por hacer una visita a aquellos lugares a los que solamente se podían acceder mediante dinero. Le comentó de forma vaga a donde iban para dejarlo como una sorpresa y ver su reacción. Deseaba que se sintiera cómoda con su cuerpo, ver sus sonrisas ante cosas banales que le podía brindar. Incluyendo el cambio de locación para que los días que quedaban todo fuera mejor que lo previsto.

Terminó de arreglarse luego de decidir a qué lugares irían y crear una lista pequeña en su mente. Salió del cuarto que ocupaba, el cual se encontraba separado del perteneciente a la mujer con la que compartía las sábanas, caminó y la halló cantando una canción de letra desconcertante.

La voz de ese cantante llenaba la estancia mientras Amanda se movía sutilmente como en aquel lugar en que había dejado de trabajar ya hacía más de una semana. Que vestida con un par de jeans ajustados, tenis tipo slip on negros, blusa azul cielo y un suéter negro cepillaba su cabello y entre cada bajada del cepillo burdeos sus caderas se movían de forma tan sensual que Hanzel dudaba de su plan.

La observó entre pensamientos profundos y recuerdos no tan lejanos. Fue entonces que se acordó de ciertos detalles que ella no sabía y harían que Amanda lo dejara. Una parte de él quiso decirle pero otra parte sabía que sería una pérdida de tiempo, por lo que decidió hacerlo al término del plazo en el documento firmado.

Sólo esperaba que comprendiera o no podría a volver ser el mismo.
De otra forma que con las anteriores a ella.

Tanto había ocurrido desde aquella noche, sus pensamientos habían salido sin esfuerzo y ella lo escuchó sin realmente entender que se abrió de la mayor forma para Amanda. Las tantas cosas dichas nadie se las llevaría y mucho menos el viento.

Había querido decir cada palabra, aún cuando en ese momento la ira lo consumió al recordar a Danielle, Eleana, Harriett y Jaqueline.

Recordó el tonto enamoramiento que había llegado a él en la edad de los veinte, como aquella mujer graciosa y lista se volvió su peor pesadilla y que lo había enviado directo al infierno. Danielle era una mujer en busca de dinero y nadie le impediría llegar a el aún cuando la falta de vida se opusiera. Por momentos la memoria de su muerte lo hicieron sentir culpable pero por primera vez, Amanda lo tranquilizó diciéndole que nunca sería su culpa aquel accidente de auto.

Al instante de hablar sobre Eleana y Harriett casi se rompió.

Esas dos mujeres, comenzando con la delgada y delicada Eleana; quebraron al buen caballero que un día había sido. Se arrepentía de haber tocado a Harriett hasta dejarla con moretones en el cuerpo. Sin embargo, no todo era lo que los extraños veían. Ellas se burlaron de él, los llevaron a los límites y lo quebraron.