17. Teoría del Hilo rojo: o de siempre hay un roto para un descosido

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Llegué a casa casi a la carrera. No había dejado de pensar en lo que Liam me había dicho. Nunca pensé que querría hacerle caso a un niño como él, pero sin duda estaba más intrigada de lo que hubiera creído. Lo cierto era que se había instalado dentro de mí como una pequeña esperanza o algo así. Prácticamente corrí a mi habitación, quité del escritorio el montón de ropa que ya estaba allí perenne y, debajo, encontré la carátula de la cinta que Noel había grabado. Ahí, con su letra, se podía leer: «Lista del cumpleaños de Aura». Podía ver las canciones que había seleccionado para la cara A, que ya conocía por escucharlas tanto, y las canciones de la cara B. No encontraba nada raro, a pesar de que me parecía un chico detallista porque había utilizado dos colores para escribir la lista de canciones. Comenzaba la primera letra con bolígrafo negro y luego continuaba con bolígrafo azul el resto del nombre de la canción. No sabía por qué habría hecho eso, aparte de por dedicar un poco de tiempo a que quedara más bonita. Comencé a leer la lista otra vez.

"LISTA DEL CUMPLEAÑOS DE AURA

CARA A

Dont forget to Dance- The kinks

You've got everything now- The Smiths

A Town called Malice- The Jam

Kashmir – Led Zeppelin

Nowhere fast- The Smiths

Old Man- Neil Young

Waterloo Sunset- The kinks

I don't want to talk about it – Rod Stewart

Mr. Clean- The Jam

CARA B

Hey Jude- The Beatles

Unchained melody- Elvis Presley  

Non Stop Dancing- The Jam  

Get Back- The Beatles

Unhappy girl- The doors

Pretty Vacant- Sex Pistols 

Ohio–Neil Young  

Nightclubbing– Iggy Pop  

 Union City Blue- Blondie". 


Por más que traté de sacarle cosas en común a las canciones, no me fue tan sencillo. Quizá la chica infeliz de The Doors era yo. Podía ser que él no quisiera hablar más de su corazón roto, como Rod Stewart. A lo mejor era yo la del corazón roto. Sin embargo, no tenía sentido Pretty vacant de los Pistols. Tampoco tenía ningún sentido el hombre viejo de Neil Young. Intenté pensar en las letras de las canciones para ver si había algún mensaje en ellas, pero tampoco lo hallé. Al menos no a priori. Le di varias vueltas, pero no le encontraba ningún sentido a lo que Liam quería que mirara. Sólo era una cinta con canciones. Sólo era lo que en un principio supuse: un pedacito de Noel. Una manera de conocerlo un poco más.

Desistí en mis intentos por convertirme en Sherlock Holmes. Por poco estuve a punto de llamar a mi hermana, a ver si ella metiéndose en el papel de Watson daba con la tecla, pero no estaba en casa y, de haber estado, quizá me hubiera llamado paranoica.

Puse la cinta en mi radiocasete y comencé a escuchar. No había nada raro entre las canciones y tampoco creía que si la rebobinaba despacio habría un mensaje oculto al revés, como se comentaba de los discos de los Beatles, eso sería extravagante hasta para él. Me quedé mirando al techo mientras la música sonaba y pensé en Noel. Pensé en lo mucho que me había gustado nuestro primer encuentro. Y, por primera vez en dos semanas, pensé en lo atrevido que había sido, pero desde un punto de vista positivo. No lo veía como si me hubiese estafado, sino que me puse en su piel. Y de repente sonreí un momento. Era un tipo curioso, no cabía duda. Volví a mirar la carátula de forma tonta. Sí que era curioso que la primera letra de cada canción estuviese escrita con boli negro y lo demás con boli azul. Era un tipo curioso y creativo. Un poco raro. Me pregunté si tendría más manías de esas. Y de repente lo vi. Ahí estaba. ¡Claro! La primera letra de cada canción estaba en otro color. Me recliné y me quedé sentada mirando la lista. Fruncí el ceño leyendo cada letra por separado. Tomé mi libreta de purpurina y escribí las primeras letras juntas.

¿Qué sabes de Noel Gallagher?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora