CAPITULO 9:

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Pensar que él era un demonio era imposible pero mis ojos no me mentían... Ya no podía echarme atrás. El pacto estaba hecho y eso supone tener que seguir con esto hasta que él se canse de jugar a las "casita" con una humana. Si esto llegara a pasar ¿como no sé que luego no irá a por mi padre después de que me haya "comido"?

A la misma vez que era confuso también era misterioso. Desde pequeña mi madre siempre me hablaba sobre seres no existentes pero lo hablaba como...si ella hubiera conocido alguno. Francamente esta situación era demasiado rara para que la comprendiera... Y solo comencé a recordar...

~ Flashback ~

La melodiosa voz de mi madre junto con el piano siempre solían alegrarme. La suave y hermosa melodía que sus dedos tocaban siempre me reconfortaban al igual que su hermosa voz acompañaba la melodía del piano. Mis pequeños dedos posados sobre las ligeras teclas mientras estas eran pulsadas me llenaba de satisfacción.
Mi madre me enseñaba piano desde que tenía memoria con mis siete añitos. También me enseñaba a entonar y a cantar igual que ella. La música desde que era pequeña estaba en mi vida...hasta que ella murió.

- Muy bien, ____. Hoy lo hiciste genial - Me sonrió mientras me acariciaba con delicadeza el cabello como si pensara que me rompería.

- Gracias - Le sonríe mientras le agarra de la mano - Cuentame de nuevo aquellas historias - Le dije emocionada.

- Esta bien pero antes preparate para irte a la cama. ¿Si, cariño? - Me dijo con un tono de dulzura en su voz.

- ¡Si! - Salí rápido de la sala de música y fue rápido hacia mi habitación.

Me bañé y me puse mi pijama para luego esperar a mi madre para que viniera para arroparme. Me tumbé  en mi cama mientras ella me arropaba y se sentaba a mi lado, notando como la cama se hundía en cuanto ella se sentó.

- Bien, ¿que quieres que te cuente? - Me miró.

- Hm... Cuentame una nueva - Le sonreí.

- Bien, dejame pensar - Miró un momento hacia un cuadro que yacía en mi pared. En el se podía apreciar una princesa y un elegante y apuesto príncipe - Bien ya tengo una - Me sonrió.

Mi cara de emoción no tardó en reflejarse.

- Era se una vez una chica tan hermosa que cada vez que alguien la veía quedaba rendido a sus pies. Un día aquella hermosa chica cayó gravemente enferma, sus padres asustados intentaron que se recuperara pero la enfermedad que su hija tenía era incurable. Los días pasaron y aquella hermosa chica comenzó a desfallecer por aquella terrible enfermedad. Sus padres llenos de dolor intentaron por cualquier medio que aquella chica volviera a como siempre lo estuvo. Unos días mas tarde un joven forastero bastante apuesto, hizo mención de ir a ver aquella hermosa chica. Al llegar a donde se hospedaba aquella chica se quedó enfrascado con su enorme belleza pero no debía enamorarse o hallaría algo peor que la muerte. Aquel muchacho con cabellos azabaches y brillantes ojos negros, se acercó a aquella muchacha, sacó un pequeño puñal de cristal y se quitó la capa que llevaba en su espalda, de allí salieron dos hermosas alas blancas. La chica se sorprendió al ver aquellas alas que brotaban de la espalda de aquel muchacho. El muchacho la acalló con uno de sus dedos en sus labios mientras cortaba una pequeña pluma de sus alas y después se la daba - Si quieres recuperarte deberás llevar siempre ésta pluma con vos o volveréis a enfermaros - Le dijo aquel muchacho mientras volvía a ponerse aquella capa - Tampoco debéis nunca de contar nada de lo que hoy vuestros ojos vieron - La chica asintió con la cabeza y fascinada le preguntó - Sois un ángel ¿Porque una criatura tan majestuosa como vos vino a salvar a una chica tan insignificante como yo? - Le dijo anonadada -  Porque vos tenéis un alma muy pura y nunca debe caer en malas manos - Y tras decir aquello, aquel muchacho se marchó pero rompió una de las leyes al enamorarse de aquella joven. El castigo fue cortarle las alas y el destierro. Pero la historia no acaba aquí... Volvió a por su amada pero ella estaba con otro, tras aquello lo último que se sabe de él fue la última pluma que dejó a su amada.

- Es triste mami. ¿Porque la chica hizo eso? - Le pregunté a penada.

- Quien sabe cariño, todos los cuentos no terminan igual. Venga vamos a dormir ¿si? - Me besó la frente.

- Espera...cuentame otro - Le supliqué mientras ponía ojitos.

La escuché suspirar.

- Esta bien, pero no muy largo.

Sonreí ante aquello y besé su mejilla.

- Era se una vez una pequeña princesita de no más de unos siete años de edad. Ésta vivía feliz con su familia pero a los doce años su madre tuvo un terrible accidente de coche. Tras aquello el rey no tenía tiempo para su pequeña princesita y comenzó a contratar a un mayordomo tras otro pero la princesita empezó a hacer que despidieran a cada mayordomo que su querido padre contrataba. Pero... Había uno que no consiguió echar. Un apuesto joven de ondulados cabellos negros y ojos negros como la noche, pero éste chico tenía un terrible secreto que nunca debió la princesita de descifrar... Ella investigó y con un terrible monstruo se encontró. Pero ella demostró que aquel monstruo encontró su amor, enamorada de él un pacto formó y cuando aquel monstruo se hartó, la mató. Pero la historia no terminó con la muerte de la princesita ya que ella en realidad aquel monstruo no la mató, si no la ocultó de un verdadero mal que sufrirá.

- Y...¿termina así? - La miré.

-Eso es algo que descubrirás con el tiempo, cariño. Puedes cambiar tu futuro si sabes que hilos debes tirar. Ahora debes dormir - Me sonrió y me besó la frente.

La miré extrañada mientras la observaba levantarse de la cama. Observé como de su cuello una pequeña pluma asomada.

- Mamá - Al decir aquello me miró.

- ¿Qué ocurre? - Me miró.

- ¿Aquella pluma es la del cuento? - La miré fascinada.

- No cariño, vamos duerme.

~Fin del Flashback ~

Me desperté desorientada.
Sin darme cuenta me había quedado dormida plácidamente recordando aquella escena de cuando era pequeña. Me estiré y abrí los ojos platos, no podía ser... Aquél último cuento...no era un cuento cualquiera...era mi futuro... Miré hacia la puerta y observé a Ace mirándome fijamente.

- ¿Tuvisteis una pesadilla? - Me miró mientras se acercaba a mí.

- No...solo recordé algo que olvidé - Lo observé acercarse hasta mí.

- ¿Entonces...de que se trata, pequeña princesita? - Al escucharlo mi sangre se heló.

- ¿Qué? ¿Qué dijiste? - Pregunté sorprendida.

- Pequeña princesita - Me repitió - Así te solía llamar tu madre ¿no? - Una sonrisa se formó en sus labios mientras se quedó frente a mí, agachándose y posando una mano en el colchón.

- Estáis...demasiado cerca... - Le dije mientras se acercaba más a mí obligándome a tumbarme en la cama y él posaba su otra mano en el otro lado de mi cuerpo, dejándome acorralada.

- ¿y? - Se acercó más - Dime algo pequeña princesita. ¿Donde está la pluma perdida? - Se quedó a centímetros de que nuestros labio se tocaran.

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Chan chan chan~ ya vais descubriendo mas cosas~

Bueno espero que os haya gustado!

Nos vemos en la próxima

Mi Mayordomo (Ace x tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora