CAPITULO 8:

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Perspectiva de Ace: (como algunas me pedisteis~)

Mi primer error fue dejarme llevar por las ganas de matar a aquellos tipos, exponiendome a lo que sabía que iba a pasar pero claro, como soy tan listo (nótese la ironía) me dejé llevar, haciendo que ella viera lo que era pero claro no podía dejarlo pasar, no. Tenía que investigar sobre aquello, tsk, solo me queda ahora que terminar el juego.

La hice dormir, debía de hacer unas cuantas cosas y una de ellas no le gustaría nada. La cogí en brazos y desaparecí de allí con ella.

La lleve a aquel lugar en donde todo empezó, la dejé sobre el suelo con cuidado (por ahora) y fui a coger las cosas que necesitaba.

No sólo lo descubrió si no que hizo que su amigo empezara a desconfiar de mí, por aquel dichoso libro. ¿Que mierda hace ella con ese libro?. Chasquee mis dedos y apareció aquel libro ante mí. Lo dejé en el aire sustentándose por éste sólo, mientras pase las hojas.

Ella no sabía a ciencia cierta lo que era por lo que debió buscar en "Seres sobrenaturales" pero claro los demonios estamos en la rama de "Seres espirituales". Arranqué la hoja que ponía "demonio" y dirigí mi vista hasta donde estaba ella. Calciné la hoja y me acerqué hacia donde estaba ella, la agarré del pelo y la miré a la cara arqueando una ceja. Aguante mis ganas de quitarle su vida, ya que desgraciadamente estaría rompiendo la segunda regla. Maldije por no poder matarla y procedí a lo siguiente; la dejé en el suelo (de nuevo) y comencé a hacer un circulo a su alrededor con una tiza blanca, pero no antes de ponerle dos grilletes; uno en cada muñeca. Levanté su cuerpo unas cuantas veces en el aire para terminar aquello.

Solo fue teatro todo el tiempo, debía ganarme su confianza y trabajar como su dichoso mayordomo hasta que cumpliera lo dicho. Al principio me pareció divertido no puedo negarlo, pero después, empezó a volverse blanda y eso me comenzó a asquear. Odiaba todo lo que tuviera que ser bueno como a ese angelucho que me encontré en su habitación. Debió de quitarse del medio pero no...tenía que hacerse el bueno como siempre.

Golpee una piedra con fuerza haciendo que ésta se rompiera en mil pedacitos.

La miré nuevamente. Se vía tan indefensa ante mí y ante cualquier cosa ahora mismo que me hizo suspirar. No podía tocarla aunque quisiera, eso me frustraba. Podía ver su alma desde aquí, tan apetecible que a veces no sabía como me podía controlar. Aparté la mirada y suspire.

Me senté en el aire y la observé esperando a que se despertará.

Después de las horas me cansé de esperar y me acerqué a ella.

- Oye, despierta - La moví.

A los segundo la vi como por fin se comenzó a despertar.

- ¿Que ha...? - La vi levantarse rápidamente y alejarse de mí - ¡No te acerques! - Me gritó. Yo simplemente sonreí. Patético.

- Puedo acercarme todo lo que yo desee. Además, yo que tu no saldría de ese circulo, bueno aunque quisieras no puedes. Llevas unos grilletes, por si no lo has notado. Además de que si sales de ahí una descarga eléctrica recorrerá tu cuerpo matándote al instante - Le dije mientras me sentaba de nuevo en el aire y me cruzaba de brazos, viendo su cara de horror. Aquella expresión, me encantaba de los humanos.

Mi Mayordomo (Ace x tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora