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Ya había pasado una semana desde que había llegado nueva a Roastford. He conocido a varios de los profesores que me iban a dar clase, y tengo que admitir que que el de Francés no está nada mal. Como siempre, después de lo bueno, viene lo malo. Tengo una profesora de Historia que es una amargada y necesita urgentemente un polvo. Es la típica señora mayor que apesta a tabaco y a porro.

Me levanto de la cama, maldiciendo mi camino a la ducha. Me arreglo para ir a clases y tras romperme la cabeza treinta minutos, decido ponerme unos leggins negros con una sudadera ancha, y mis zapatillas de deporte.
Al ver que Raven no estaba, supuse que ya habría ido a clases.
Salgo de la habitación con mi mochila y me dirijo a la clase de Francés.

—Hola —me dice Jc, al entrar en clase.

—¿Eh? —dejo las cosas en mi mesa, y veo como un chico al fondo me mira sonriendo.

—Ayer me contestaste —se cruzó de brazos—, y eso a mí nadie me lo hace.

Se acercaba a mi, con una mirada penetrante y seria.

—Bueno, eso debió de ser hasta que yo llegué nueva a esta Universidad —reí, irónica.

—No te das cuenta de con quien te estás metiendo —dijo, ladeando su cabeza, con la intención de hacer que me enterase.

—Sí, yo creo que con un chico que tiene la autoestima por los cielos porque todas las chicas del centro van detrás suya —dije, alzando una ceja—. ¿A caso me equivoco?

—No, pero al menos alguien viene detrás mía, y como tú bien dices, eres nueva en este centro, así que no te creas la reina del mundo —dijo, y me sonrió con un tono de burla, a lo que toda la clase dio un grito.

—¿Qué está pasando aquí? —dijo el profesor, entrando por la puerta.

No estaba emocionalmente estable para responderle a ninguno de los dos, por lo que salí del aula directa hacia los baños.

Me quedé en la puerta de estos, pensando en lo que me acababa de decir.

—Hey, ¿estás bien? —preguntó una voz grave a mis espaldas.

Me giré, y vi al chico que antes me sonreía.

—Si, tan solo necesitaba salir de ahí... —dije, suspirando.

—Soy Luke —me dedicó una sonrisa amable—, Luke Diamond.

—Encantada —le devolví la sonrisa—, soy Kylie, Kylie Granger.

El chico era guapo, pelo rubio, ojos marrones, juraría que era teñido.

—Deberías volver a clase.

—Debería —rodé los ojos y seguí el camino que llevaba al aula.

Tras acabar la clase, salí lo más rápido de ahí, dispuesta a volver a la residencia cuando alguien me agarró del brazo.

—Kylie —dijo Raven.

—Raven —puse la mano en mi pecho aliviada.

—¿Qué tal?

—Un poco mierda, para que mentirte —suspiré.

—Pues vas a levantar esos ánimos con la fiesta de esta noche —dijo.

—¿Fiesta? Ehm...,no creo que sea buena idea que yo...

—Vamos, va a ir mucha gente —dijo, interrumpiéndome—, y va a ser divertido, es la fiesta de principio de curso.

—Está bien..., pero no tengo que ponerme —dije, y comenzamos a caminar hacia la residencia.

—Para algo estoy yo —me guiñó un ojo divertida.

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