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Pasados unos días de haber publicado el vídeo, Taylor no ha vuelto a aparecer por la Universidad.

De camino al centro no paraba de pensar en que Jc parece que no termina de complacer las necesidades de Taylor, cuando ella le engaña con el subdirector. Yo le advertí.

En vez de pensar en su asquerosa vida, debería de pararme a meditar sobre mi falta de sueño, teniendo en cuenta que es la tercera vez que llego tarde a clase.

Al llegar a la Universidad, fui hasta el aula de Francés. Al llegar entro un poco avergonzada. Mi mirada se centra en la sonrisita que tenía Alain, y me siento en las mesas del principio para poder apreciarlo más de cerca y así poder empezar bien el día.

Después de media hora de clase, siento que alguien me golpea repetidamente el hombro. Me doy media vuelta algo molesta, encontrando los ojos penetrantes de Jc mirándome con complicidad.

Me entregó una hoja doblada, la cogí y volví a mi antigua posición. La dejé a un lado de la mesa. En verdad no me importa mucho lo que tuviera que decirme, cuando tenía a ese profesor delante mía.

Al ver que no miraba la nota, volvió a golpear mi hombro con fuerza. Gemí con un poco de dolor y desdoblé el papel lentamente.

"Espérame al acabar la clase, bella durmiente. Tenemos que hablar"

Me quedé un poco sorprendida, al ver que el gilipollas este, después de lo que me hizo, quisiese hablar conmigo.
Le respondí un "vale" y se la devolví.

Mierda, me acabo de acordar de que tenía que hablar con Alain.

Al acabar la clase, tardé en guardar las cosas para poder quedarme a solas con el profesor.

Cuando vi que la clase estaba vacía, me levanté a su mesa, pero él estaba bastante ocupado, así que decidí no molestarlo.

Me dispongo a salir de clase y me doy cuenta de que alguien me está cogiendo del brazo y arrastrándome hasta llegar a un lugar donde casi no había nadie. Me da media vuelta quedándonos cara a cara. Era Jc, se le veía enfadado.

—¿¡Pero a ti qué te pasa?! —le grité, fulminándolo con la mirada.

—¡No sé si te acuerdas pero habíamos quedado para hablar después de clase! —me chilló.

Mierda es cierto.

—¿Y qué narices quieres? —pregunté.

—Primero, que dejes de hablarme así —me miró con el ceño fruncido.

—Y lo segundo...

—Que tenías razón —me quedé en shock.

—No sé de qué me hablas —seguí pensando en el profesor.

—Que tenías razón en lo de que Taylor es una guarra.

—Ah, sí, ya.

—G-gracias por hacérmelo ver —se le veía nervioso. Como se nota que nunca tuvo que darle la razón a nadie.

—Ah, pero... La verdad es que no lo hacía por ti, si no porque quería vengarme de ella.

—Ah, vale, me tengo que ir —se fue tras decirlo.

¿De verdad era solo para esa idiotez? Me quedé alucinada.

Tengo que ir a la residencia porque había quedado con Luke.

Al llegar a la habitación, vi que Raven estaba llorando. Inmediatamente me encontré a su lado.

—Hey, ¿qué te pasa? —no respondía, y le quité las manos de la cara para que me mirara a los ojos. Tenía todo el rímel corrido.

—¿Qué pasó? —pregunté.

—¿Te acuerdas que me gusta Luke? Pues fui a decirle todo lo que siento y me dijo que era una chica genial —se paro y se sonó la nariz— pero que no quería nada conmigo.

Me quedé súper sorprendida.

—¿Sin darte ninguna explicación? —asintió.

Me parecía raro, Luke no era de esa clase de chicos.

—Sin darme ninguna más —dijo en voz baja, pero algo más tranquila.

—Bueno, yo quedé ahora con él, si quieres le pregunto por qué lo ha hecho —se le iluminó la cara.

—¿Harías eso por mí?

—Claro que sí.

—Gracias —me abrazó fuertemente.

Al separarme le dije que me iba a duchar.
Me di una ducha rápida, y fui a la habitación, me vestí con unos vaqueros y una sudadera.

Llegué al parque donde estaba Luke. Me saludó con dos besos.

—¿Por qué rechazaste a Raven?

—Qué directa —rió— A ver, como te lo digo...verás —rascó su nuca algo nervioso— soy gay.

—Madre mía —suspiro riendo— me había preocupado muchísimo.

—¿Pasa algo? —preguntó.

—No, tan solo es que no me lo esperaba.

—Ya, nadie lo sabe, así que por favor, no se lo digas a nadie.

—Claro, pero se lo tienes que decir a Raven, está destrozada.

—Está bien —me sonrió.

—¿Me acompañas a trabajar?

—Claro, vamos —dijo. Yendo hacia el bar, me contó cómo supo que era gay.

Al llegar me fui a poner algo más cómodo y me até el delantal, salí y me despedí de Luke.

Al cabo de media hora, noto abrirse la puerta. Me giro y veo a las amigas de Taylor. Se acercan a la barra y empiezan a tirar todos los vasos que hay en esta.

Salgo hecha una furia.

—¿Por qué no te metes el dedito por el culo?

—Que fina eres —puso cara de asco.

—Y tú qué guarra.

—¿Pero qué te crees que dices? —me pilló desprevenida y me tiró del pelo.

—¿Pero qué haces? —le doy un puñetazo en la cara y se cae al suelo.

Me siento a horcajadas encima suya y le empiezo a golpear, hasta que noto unas manos al rededor de mi cintura. Me incorporo, todavía enfadada, y me giro viendo a Jc agarrándome hasta alejarme de ellas, notando un escalofrío recorrer toda mi espalda, directo hacia mi nuca, provocando que se erice toda mi piel.

Usually Donde viven las historias. Descúbrelo ahora