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Maldición. Hoy teníamos que representar Romeo y Julieta. No estoy nerviosa, solo que nunca había hecho esto antes. Además, iba a besar a Jc.
Sé que soy una bipolar al pensar que no estaría mal hacerlo, pero mi cabeza es un completo lío cuando se trata de él.
Espero que le pase lo mismo conmigo, porque no pienso quedar de arrastrada.

El otro día antes de que llegara el profesor, estábamos a punto de besarnos, y la verdad es que me alegro de que nos interrumpiese, más que nada porque prefiero mi beso con Jc de forma obligatoria a voluntaria.

Son las 11:00 de la mañana y a los que participamos en la obra nos han dejado ir a las 12:30 ya que la representación es a la 1:15.

Voy a mi armario donde tenía guardado el traje, que por cierto es absolutamente horrible. Gracias a Dios que solo me lo pondré hoy.

Me di una ducha rápida y me lo puse. Me calcé, me peiné como me había dicho el profesor, lo cual suma puntos a la horripilaridad del conjunto. Tenía que acabar de una vez con esto.

Tras terminar de prepararlo todo, salgo de casa con una bolsa para cambiarme luego. Cojo el bus urbano y llego al centro en 20minutos. Durante el trayecto, todo el mundo se quedaba mirándome muy extrañado. Y no me resulta nada raro. Si, gente, soy Julieta. Y ojalá ser más guapa.

Entro en la universidad rápidamente. De verdad que no creía que fuesen a verme todos haciendo esto. Se iban a reír de mi, y suele darme igual, pero no en esta ocasión.

Llegué al salón donde actuábamos y al cruzar el pasillo vi a Jc vestido de Romeo. Estaba gracioso, pero obviamente más guapo que yo, cosa que no es muy difícil que digamos.
Me miró y se quedó embobado.

—Vaya —me comió entera con los ojos.

—Estoy horripilante, no hacen falta comentarios —coloqué bien mi vestido.

—No iba a decir nada malo.

—Espero que nos hayan servido esas horas de ensayo, Cedric —dejé la bolsa de la ropa guardada.

—No me llames Cedric —dijo algo molesto.

—Que pena que no te guste, porque lo seguiré haciendo.

Llegó el profesor y puso todo en orden.

—Tenéis 15 minutos libres antes de que empiece la obra, chicos.

Me senté en un pequeño escalón que había delante del escenario y miré mi móvil. Mi madre me había mandado como 20 mensajes. Y en todos me recordaba que hoy íbamos a hablar.
No podía hablar con ella, no puedo ni mirarla a los ojos, nada, no soy capaz de nada. Por culpa de ella, yo lo había pasado francamente mal, llegando al punto de depresión.

Un día estaba con uno, otro día estaba con otro. Un día se le olvidaba comprar pastillas o condones.
¿Quién tenía que comprarle las pastillas? Yo.
¿Quién tenía que comprarle los condones? Yo.

Todo esto llega a un punto en el que se vuelve muy repetitivo y lo único que quieres es alejarte de todo. Le importaba más su novio que yo. Le llega a incluso a preocupar más que tipo de sujetador ponerse.

No quería hablar con ella, por esa misma razón. Porque me ha estado utilizando todos estos años. Todo el mundo me ha utilizado alguna vez. Odiaba sentirme utilizada. Y por eso odio todo.

Las lágrimas empiezan a salir sin control. Si seguíamos en las mismas no podía hacer esta obra así.
Voy a la parte trasera del escenario y bloqueo el móvil. Cojo mi bolsa con la otra ropa para cambiarme.

—¡5minutos! —grita el profesor.

No sabía que hacer.

Apoyo mi espalda en la pared y tapo mi cara con mis manos. En estos temas yo era inestable emocionalmente.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2017 ⏰

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