♦ Capítulo único

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Baekhyun jamás había entendido a Kyungsoo. Tampoco se había dado el tiempo de pensar muy bien en su comportamiento o en sus extraños hábitos. A sus ojos y punto de vista Kyungsoo tan sólo era Kyungsoo, y la mayoría del tiempo no tenía que darle una doble lectura a aquel hecho.

Se conocieron el segundo año de secundaria, en ese entonces Baekhyun era la clase de adolescente divertido y bromista que no era por completo el centro de atención, pero que era demasiado conversador y sociable para ser ignorado por el resto de sus compañeros. Kyunsgoo personalmente creía que era un completo payaso. Pero por alguna extraña razón, congenió demasiado bien con él, y aunque a Baekhyun al principio le pareció un poco extraño, por no decir un completo bicho raro con gafas y mofletes enormes, algo en él le había llamado la atención.

Jongdae siempre decía que Baekhyun era demasiado bondadoso con la gente inadaptada— como si ellos en verdad no lo fueran—, pero en verdad sólo lo decía para burlarse de él. Junto con Chanyeol eran el trío más raro de la escuela, y bueno, ese año Kyungsoo se les unió sólo porque había llegado a mitad del semestre y no tenía con quién más hablar en los recesos.

Al principio Kyungsoo era la clase de chico que se sentaba en la orilla de la mesa del comedor, con un libro en mano y audífonos puestos mientras comía su almuerzo, ignorándolos. Chanyeol no entendía su comportamiento, bueno, nadie la verdad. Pero a Baekhyun le caía bien su nuevo compañero, de alguna manera encontraba interesante su conducta, como si fuera su propio animal de estudio. Kyungsoo una que otra vez le había mostrado sus otras facetas y eso lo hacía mucho más fascinante, cuando quería era adorable y muy gracioso, cuando no, mejor ni acercársele.

—Lo que Kyungsoo tiene de gracioso y adorable, Chanyeol lo tiene de guapo—dijo una vez Jongdae, mientras sorbeteaba su ramyun tras escuchar los halagadores comentarios de Baekhyun sobre Kyungsoo, y luego comenzó a agarrarse a manotazos con Chanyeol, que se había sentido demasiado ofendido por su comentario.

—No es un mal chico—repuso, pensando en esa sonrisa que había visto hacia dos días atrás mientras caminaban en dirección a sus casas. Baekhyun se había tropezado con una piedra del suelo y Kyungsoo se río de él por casi dos horas seguidas. Jamás lo había visto tan guapo.

—No digo que sea un mal tipo—dijo Jongdae, ahora apuntándolo con sus palillos—, es sólo que es rarísimo. El otro día Oh Sehun, el chico seseo de primero, le golpeó con error con el balón de Futbol en el receso, y creo que Kyungsoo lo dejo colgado en el arco de la escuela por casi dos horas.

— ¡A mí me golpeo en la entre pierna el otro día!—gritó Chanyeol—, maldito enano.

Jongdae y Baekhyun se pusieron a reír a toda voz, porque vale, esa vez había sido muy entretenido. Y Chanyeol se lo merecía, como todos esos golpes que Kyungsoo le había propiciado alguna vez. Su gigante compañero, con más altura que cerebro, pensó por un segundo—no pensó, la verdad— que Kyungsoo no se iba a enfadar si él bromeaba con sus lentes y luego lo levantaba en el aire y le decía cuán pequeño era—de estatura, por cierto.

Oh inocente y tonto, tonto, tonto, Chanyeol.

Luego de recordar la imagen de Chanyeol agonizante de dolor regado en el piso mientras se reían, concluyeron que Do Kyungsoo era un misterio, y lo catalogaron como amistoso pero a su vez demasiado peligroso para no estar pendiente de sus movimientos. Que a Baekhyun le caía muy bien el niño loco, y que Jongdae con Chanyeol le debían su mayor respeto. Más Chanyeol que Jongdae, pero ustedes entienden.

Cuando pasaron algunos años —dos, para ser exacto— Baekhyun y Kyungsoo se hicieron mejores amigos. Nadie entendía muy bien cómo, siendo que Baekhyun era insoportablemente hablador y Kyungsoo, bueno, era Do Kyungsoo; el chico que hablaba lo justo y lo necesario, y si no entendías con las palabras, con una mirada te dejaba todo claro.

De confesiones y amistades rotas [BaekSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora