Capítulo 26

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Trato de no tropezarme con el vestido mientras sigo a los chicos por el pasillo.
Entran como un vendaval a la sala del trono y casi me caigo al toparme con sus espaldas.

—Tardaron demasiado —Nea está sentada en el trono como si tuviera un pedazo de hielo metido donde no entra el sol.

—Estábamos ocupados —Tarik me jala a su lado y me aprieta de la cintura.

—Su vida amorosa o sexual no nos importa hijo mío, así que pon atención y calla que esto es importante.

Me dan ganas de aplaudirle a Nea pero después recuerdo que me odia y se me pasa.

—Como saben niños, tú no pequeña Zaya, dentro de unos días se hará el desfile de los faraones en honor a la diosa Bastet —trato de no poner los ojos en blancos al escuchar el tono despectivo de Nea, pero a pesar de lo que ella cree, si se sobre la celebración—. Deben desfilar los príncipes y claro sus prometidas. Pero necesito que su amor sea convincente, el pueblo no cree lo que tú madre vino a contar y necesitamos que lo crean sino el poder se nos escapara de las manos...

—Deberíamos de mandar a Tau de vacaciones —al escucharlo de los labios de Tarik abro los ojos como platos.

—¿Qué? ¿Por qué? —me apresuro a decir pero me calmo un poco al ver la cara de mi prometido—. O sea Tau no hace ningún daño, y el pueblo no lo repudia... Además, es parte de tu familia y él debe de estar aquí apoyando en la boda...

—Y así es mi bella joya, pero lo pueden ver cómo una esperanza para revelarse —Tarik aprieta la mandíbula al decirlo y escucho sus dientes rechinar—. Por lo tanto es considerado como una amenaza para futura monarquía.

—Es tu hermano —vuelvo a repetir y sé que es una idiotez al escucharlo ya que no hizo nada para impedir que le quitaran la corona—. Es tu familia...

—¿Qué sabes de la familia? —Nea alza una ceja con la mandíbula apretada—. Nada pequeña basura insignificante, así que guarda silencio y no te metas en estos asuntos.

—Tengo el derecho de opinar desde el momento en el que me llamaste a esta reunión —miro desafiante a Nea quien se levanta del trono colorada—. Si no querías mi opinión, no me hubieras hablado.

—Te hable porque tenía que dejarte en claro el lugar que tú presentas aquí —los colores parecen subirle al rostro mientras me envenena con la mirada—. No me importa que seas la prometida de uno de mis hijos, puedo pedir que te maten en este mismo instante si yo lo quiero.

—No tengo porque estar lidiando contigo Nea —me quito el agarre de Tarik y comienzo a caminar hacia la salida—. Ni aunque me ofrecieran todo el reino, nunca aceptaría ser familia tuya y mucho menos casarme con esa bestia que llamas hijo.

Casada con el faraón. [J. R. 1]  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora