Casada con el faraón. [J. R. 1] ✔️

Capítulo 87

Año 679 a. C.
Alto Egipto

—Zaya, ven a ver esto —Tau me sonríe desde el balcón mientras los rayos del sol iluminan su silueta como si fuera alguna clase de deidad.

Se ve hermoso y puro.

Me levanto de la cama y me acerco a pasos perezosos hasta dónde está mientras mis brazos rodean su cintura.

En verdad estoy muy cansada. Solo quiero dormir.
Pero esto en verdad merece que permanezca otro poco despierta.
Toda la ciudad, las calles y a lo lejos por el Nilo, varias luces comienzan a surgir.

Hace un año que Tarik murió.
Hoy se levanta nuestro velo de luto como lo harán las últimas oraciones de los sacerdotes a los dioses por su alma.
Y en verdad espero que Tarik esté gozando de una vida feliz y alegre en el paraíso. A pesar de todo lo que sufrimos, todo lo qué pasó entre nosotros... llegue a quererle.
Y siempre estaré agradecida con él por haberme salvado ese día.
Y verdad espero que desde donde esté descansando su alma, él pueda perdonarme.

—¿Dónde está Stet? —murmuro contra su hombro—. No la he visto en todo el día y Todd se pone muy inquieto cuando ella no está.

—Sabes cómo son las mamás con sus cachorros —siento su sonrisa en mi cuello junto con su aliento haciéndome cosquillas—. No les gusta dejar ni un solo momento solos a sus bebés, ni siquiera cuando papá está cerca y el cachorro ya tenga un año y dos meses.

—En verdad fue un gran gesto el de Narah al regalarnos a Bast —ignoro sus palabras y sonrío cuando la imagen de la enorme pantera se me viene a la mente.

—Así como también yo agradezco el gran gesto que tuvieron los dioses al ponerte en mi vida —cuando me ataca con besos no puedo evitar chillar y reírme.

—Tau, basta. Vamos a despertar a Todd —suelto una carcajada pero la sofoco con mi palma.

—Bien —me da una sonrisa ladina—, pero esto no queda así.

—¿Qué historia le contaremos a Todd cuando la gente comience a mencionar a Tarik?

—Le contaremos la historia de amor de sus padres y todo lo que pasó sin ninguna mentira —me da un beso en la nariz y suspira mientras me envuelve con más fuerza entre sus brazos y recarga su barbilla sobre mi coronilla, mirando por el balcón al anochecer—. Le platicaré lo mucho que yo te amo para que él busque a su pareja sabiamente y de manera libre, y cuando la encuentre que le cuente nuestra historia a su vez y ellos creen una nueva y se la cuenten a sus hijos, y sus hijos a sus hijos...

—Tu nunca me platicaste la historia de tus padres —me muevo y volteo mi cuello para poder verlo a la cara.

Las luces se le reflejan en los rasgos y sé que no todo proviene por parte de Amun. Su madre debió de haber sido muy bella si él es... así de perfecto.

—¿Alguna vez lo harás? —vuelvo a intentarlo al ver que no me responde.

—¿El qué? —siento su pecho estremecerse cuando suelta un suspiro.

—La historia de tus padres —murmuro mientras me inclino sobre su mano y depósito un beso en el dorso de esta—. Como se conocieron, que es lo que sucedió... Todo, quiero saberlo todo.

—A veces se me olvida lo curiosa que eres —en su tono distingo verdadera diversión—. Pero sí, algún día te contaré la historia de mis padres. Y sobre la historia de ella y de la familia. De mi tía Maat, de mi abuela, del abuelo, por qué es que me pusieron Menes... todo.

—Algún día no, mejor que sea hoy —me volteo entre sus brazos y me quedo mirando sus hermosos ojos mientras sonrío—. En verdad tengo mucha curiosidad por saber el significado de su nombre... "solo un simple erudito".

—Será otro día —me da un beso en la frente con una sonrisa—. Ya es noche y a pesar de que intentas esconder ese agotamiento, te conozco y sé cuando estás en tu límite. Además, quien sabe lo que nos puede deparar la vida y en el momento en el que verdaderamente lo necesites saber, te lo diré sin más. Porque esa es otra historia que necesita ser contada.

—¿Me lo prometes? —susurro acercándome poco a poco a sus labios con una sonrisa ladeada.

—Yo siempre cumplo mis promesas —murmura antes de unir nuestros labios en un tierno beso lleno de amor—. Y eso lo sabes.

Fin...