Capítulo único。

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Jimin en algún momento fue alguien roto. Con veinte años se dedicaba a ver los aspectos negativos de su vida en vez de vivir plenamente.

Su gato <Azúcar>, nombre puesto por el blanco de su pelaje, era un recuerdo desvanecido de su anterior amor, donde el daño predominó en vez del cariño. Salió destrozado de esa relación, y nunca más se volvió a hablar de ello. Jimin rogó para que nunca le recordaran su pasado.

Pero, aunque esos fueros demasiados sufrimientos combinados, él decidió quedarse con Azúcar, siendo el único buen recuerdo de todos esos malos momentos que vivió hace dos años atrás, cuando recién rondaba los dieciocho años.

Aún recuerda cuando él llegó, con el pequeño en sus brazos un día en que hacía demasiado frío. Eso le apenó, y decidió llevarlo a casa con lo que era su novio en esos momentos. Jimin estuvo sonriendo toda la noche, con su cabeza apoyada en el hombro de su novio y con Azúcar en sus brazos.

El gatito fue testigo de sus demostraciones de amor, siempre entre ellos dos, acompañándolos a donde fuera. Era como un "hijo" como lo llamaba Jimin cuando caminaba con él.

Dos meses pasaron y luego, estalló la bomba y después de eso tardó en recuperarse. Taehyung se encargó de eso, visitándolo cada día a pesar de los horarios que poseía por su difícil carrera en la universidad.

Jimin se lo agradeció, pero aun así insistió que no le visitara tan seguido, ya que descuidó sus estudios. El mayor aun así decidió cambiar su vida, olvidar todo el dolor sin importar cómo, lograría superarlo sin repercusiones.

Azúcar fue su pilar junto a Taehyung. Aunque era solo un gato, Jimin se divertía con él. Cada vez que podía, hablaba con él, contándole todo lo que se guardó durante esos años, el lado malo es que siempre terminaba llorando desconsoladamente nuevamente sin nadie en quién apoyarse.

Comenzó a salir de casa, no solo para ir a la universidad. La mayoría de las mañanas iba a desayunar a un café cerca de su departamento. El local tenía vista a la calle, aunque no era espléndido, al chico le agradaba hasta el punto de gustarle ver a la gente caminando y a los autos pasar velozmente. También gustaba del hermoso silencio que se hacía pos las mañanas, donde solo algunas personas iban a obtener tranquilidad. En días como esos Jimin solía llevar un extenso libro para comenzar a leerlo.

Pronto conoció nuevos amigos, Jin por ejemplo, era como su madre, solo que ahora era una de verdad si podría decirse así. Él lo cuidaba, le daba consejos y escuchaba sus penurias noche a noche, hablando por teléfono o hasta a veces quedándose a dormir con el pequeño.

Después de eso encontró una pequeña felicidad cada día.

De un momento a otro ya tenía la esperanza de que cada día iba a ser mejor que el anterior.

(...)

Agosto llegó, y con ello un nuevo Jimin.

Lo pasado ya se quedó en el pasado, ahora podía pensar en él sin sacar conclusiones horribles o desilusionantes sobre su persona.

Sus nuevos amigos fueron los más responsables en el cambio de Jimin, impulsándolo hacia arriba, sin dejarlo caer.

Sonreía, cada vez con más alegría. El encierro definitivamente le había hecho mal, pero aun así salió adelante.

Un día lunes se despertó sin la presencia de su mascota a su lado. Llamó a Jin asustado, preguntándole si lo había divisado cuando se fue tarde el día anterior. El mayor negó.

Perdido, salió de su departamento en el centro de Seúl, corriendo a ver si lo encontraba y entonces recordó que era un mes en que el gato se ponía un poco más necesitado que otros meses. Su felicidad había pasado por alto ese importante hecho, que años anteriores le hacía ser precavido con las puertas y ventanas.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2017 ⏰

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Azúcar ✧  YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora