Capítulo 13 (Parte 1)

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P A O L A

— ¡Paola, deja ese celular ya! —grita mi madre acercándose poco a poco a la habitación. Rápidamente coloco el móvil debajo de la almohada, cerrando los ojos y actuando que estoy dormida—. Eres una cínica, dame ya ese celular.

— Mamá, estaba durmiendo —finjo sueño, bostezando.

— Mimi, istibi dirmiindo —carcajeo sin poder evitarlo, sintiendo las manos de mi progenitora tantear debajo de la almohada.

— Dámelo.

— No, te prometo que esta vez sí me duermo —imploro, abrazando su mano dejándola inmóvil. Actuando verdaderamente como una infante.

Estos días habían sido de lo mejor; si bien estaba en proceso de recuperación, me sentía mucho mejor psicológicamente. El no estar en constante alerta me gustaba, había encontrado la paz que tanto necesitaba.
Días en los que no podía dejar de pensar en la vida que dejaba en mi país, las personas que más adoraba y, sobre todo, la Paola que antes era.

Los extrañaría. Sin duda.

— Si vuelvo a darme cuenta de que estás de nuevo en el celular, te lo quitaré, ¿de acuerdo? —me apunta, asiento repetidamente con una sonrisa. También mi humor era más alegre y mi mente más positiva. Esto de verdad me encantaba.
Tamara besa mi frente, desea buenas noches y desaparece de mi vista.

Fijo la mirada en las puertas de cristal que dan una estupenda vista de Madrid. Me habían dejado la habitación que me daba el mejor acceso hacia la ciudad y, gracias a la luz de la luna y la luz detrás de mí iluminaba poco la habitación; no tenía sueño aún y, ya pasadas de las 12 de la noche, tenía que dormir. Hoy era mi primer día de clases, y no sé lo que me llegue a pasar. Estoy nerviosa completamente. El tener que volver hacer amigos hace que mis vellos se pongan en punta, pero era parte del cambio.

La circulación de varias fotografías del famoso youtuber "ElrubiusOMG" en internet había despertado mi curiosidad, pero me negué a ver de qué se trataba. Leía comentarios, mis amigos inclusive llegaron a decirme, pero ¿a mí qué me importaba? Se decía que eran fotografías en las que era infiel a su pareja y ¡puf! Decir que yo lo había visto justo antes de que pasara todo esto, aún no me atrevía a creer nada de eso. ¿Acaso era él el que se había prestado para tal cosa? ¿No era otra persona con un parecido extremadamente impactante? De todos modos no era mi tema, mi incumbencia.

 ¿Acaso era él el que se había prestado para tal cosa? ¿No era otra persona con un parecido extremadamente impactante? De todos modos no era mi tema, mi incumbencia

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— ¿Estás lista? —cuestiona mi padre viéndome aparecer por las escaleras con la mochila en hombro y el uniforme puesto.

No era tan desagradable como pensaba: una falda que llegaba un poco por encima de las rodillas, camisa blanca y un chaleco a juego con la falda, todo de color vino.

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