Capítulo 6

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Hay un largo silencio, en donde yo no puedo dejar de moverme y comer parte de mis uñas, evidentemente nerviosa. Solo puedo mirarlo, pero no me da ninguna señal de como reaccionara, nada.

-¿Cuando lo supiste?- Pregunta con cautela.

-Hoy, me hice un test, no se si quiero ir a hacerme un análisis de sangre. Yo...yo creo que es mejor ir al ginecólogo- Digo secando mis manos, con mis pantalones, he empezado a sudar.

-¿Que quieres hacer?

-Seguir, el bebé sabrá cuando quiera dejar mi cuerpo

-Ven aquí, nena- Dice Max rodeando con sus brazos y yo no resisto en soltar un sollozo, donde le siguen mas.-Podremos superarlo juntos, lo hemos hecho antes.

-Lo sé, solo que cada vez que pasa siento que mi corazón se rompe mas, y mi sueño de ser madre disminuye, ¿Para que quedar embarazada si solo lo haré sufrir matándolo después?

-Tu no lo haces con intención, cielo- dice mientras desliza sus dedos por mi cabello, acariciándolo.

-Pero me siento culpable, muy culpable.

-Aun que no lo creas, yo también.

-¿Por que?- pregunto sorprendida.

-No lo se, yo solo quiero verte feliz y siento que no lo eres.

-Lo soy Max, solo que tener un bebé es mi sueño, no quiero decir que no lo sea contigo, ni siquiera es tu culpa.

-Solo espero que estés hablando con la verdad, eh.

-Lo hago- digo mientras el me conduce hasta el sofá, espero que se siente para subirme en su regazo y tratar de unir mis manos en su ancha espalda.

-Creo que lo mejor sera ver al ginecólogo lo mas rápido posible- Susurra mientras acaricia mi espalda.

-Si, aparte de preguntarle si podré seguir con el tratamiento.

-Yo creo que si, aparte debes empezar con las inyecciones- rápidamente me tenso.

-Sabes que no me gustan las inyecciones.

-Ni me lo digas, me hace recordar la vez que te dio fiebre y te inyectaron suero- dice mientras comienza a reírse a carcajadas- Por dios, cielo ¡Estabas llorando!

Le doy una mirada antes de pararme del sofá y caminar a la cocina. Hasta aquí se escucha como se ríe, genial.

-¡Si te sigues riendo no habrá cena para ti! - grito lo mas fuerte que puedo para que me pueda escuchar aparte de su escandalosa risa.

-No te enojes, cariño- dice mientras oigo como se acerca hasta sentir sus manos rodeando mi cintura y apoyar su cabeza en mi hombro.

-Eres muy pesado a veces- digo y me remuevo de su agarre para quedar en frente de el y poner mis manos en mi cintura.

Al ver mi rostro vuelve a reírse, yo solo espero unos cinco minutos viendo mis uñas hasta que el para. Pasa una mano bajo sus párpados sacando pequeñas lágrimas de risa.

-Lo siento, lo siento. Solo que recordé todo, ¡Hasta te tuvieron que sujetar entre 5 enfermeras para hacerlo!- dice y yo ruedo los ojos, ahora seguirá todo lo que resta del día. Decido sacar los tallarines de la alacena para comenzar a hacer la cena. Cuando Max se da cuenta que ya no le tomare mas atención, da un suspiro y abandona la cocina.

Hecho agua a la olla y la pongo ha hervir. En un sartén pongo salsa de tomate, corto cebollas y algunas zanahorias con mucho cuidado, nunca me ha gustado manejar cuchillos.

Cuando finalmente el agua ya esta lista, agrego los fideos y tapó la olla. Realmente me gusta cocinar aunque no lo haga siempre, con Max nos turnamos en las tareas de la casa, en lo que es la cena, a veces el hace la comida y yo lavo los platos o al revés.

Hablando del mencionado, vuelve a rodear mi cintura con sus brazos.

-Lo siento, ¿si?

-Esta bien, pero no sigas- digo y hecho las cebollas y zanahorias picadas a la salsa.

-Esto huele delicioso.

-Pues más te vale que me halagues.

-Ya que tú estás haciendo la cena, iré a sacar la hora para el ginecólogo - dice.

-Bueno, pero por favor no le cuentes a nadie sobre esto, ni menos a tus padres.

-¿Y eso por qué?-Pregunta extrañado- se supone que eso los hará felices.

-Claro que no, sabes que ni siquiera he partido el tratamiento, el porcentaje de que esto llegue a termino es casi nulo- digo angustiada.

-Tranquila- dice agarrando mi menton- si no te sientes cómoda no lo haré, hasta que estemos seguros.
  

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