Capítulo 2

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Ya había salido de mi trabajo y estaba agotada, tuve que quedarme hasta tarde organizando juntas para mi jefe, trabajaba como secretaria.

Apenas llegue a casa, me di una ducha, necesitaba pensar.

Yo no creía que fuera buena idea el ir a casa de Victoria y Antonio, los padres de Max, ya me habían dejado claro que yo no era bienvenida allí, pero lo hacía por Nicole.

Una vez vestida, tenía que esperar a Max, ni loca llegaría sola.

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-¿Que hace ella aquí?- pregunto Victoria, apenas verme en la entrada de su casa.

-No hay ni un Hola - dijo Max, evidentemente enojado.

-No creo que sea necesario saludarla, no me agrada la idea que esta aquí.

Yo solo suspire, aquí vamos, otra vez.

-Madre, ella es parte de la familia, no empieces por favor - le dijo Nicole detrás de ella, Victoria solo abrió la puerta y me miro de una forma repugnante, Nicole nos dio una gran sonrisa y nos dio un abrazo a cada uno.

-A crecido mucho - le dije a Nicole, mientras posaba ambas manos en su vientre y le daba una media sonrisa.

-Como vez, ya quiero que salga de mi - dijo - llegaron justo a tiempo, la comida ya esta servida.

Todos caminamos por el gran pasillo, en donde habían varias pinturas, todas se trataban de caballos, por lo que Max me había contado, las había pintado su abuela, ya fallecida.

Entramos por una gran puerta, que daba hacia el gran comedor principal, en donde ya estaban sentados Will, esposo de Nicole y él padre de Max y Nicole, Antonio.

Cuando Will nos vio nos saludo a ambos con una gran sonrisa, el tenía una gran cercanía con Antonio, ya que el padre de Will era amigo suyo y estaba mas que feliz de que se hubiese casado con su hija, Antonio me miro de la misma forma que su esposa.

Cuando ya estábamos todos sentados, Nicole comenzó su gran discurso sobre su embarazo, lo que yo, no tome con mucha importancia, me sentía realmente mal.

-Será un varón - dijo Will lleno de orgullo.

-Estoy tan feliz por ustedes, de que por fin valla a ser abuela, ¡más si es un varoncito!-exclamó Victoria- nunca podría decir lo mismo por ti, Max.

-Ya vas a comenzar mamá, ¡Estoy cansado de tus idioteces!

-No le levantes la voz a tu madre, después de todo es cierto, ella- dijo Antonio señalándome- no sirve para nada, ni siquiera puede darte un hijo.

-Pero ella me da felicidad, lo que no cualquier mujer te puede dar y a ti obviamente no te importa.

-Te has vuelto un real marica, no como te enseñamos, Max - gruño su padre-. De que te sirve esa mujer, no seguirá nuestra familia, nuestro apellido, que por suerte, tu hermana será la única en seguirlo.

-Y así es como arruinas todo - dijo Max -. Por mas que quieran que me separe de Sophie no lo haré, me importa un reverendo rábano que no les agrade, lo siento mucho Nicole, pero nosotros nos vamos.

Sin decir nada mas, Max me guió hacia el auto, sentía tantas ganas de llorar, tenía impotencia, ¿es que nunca terminarían aceptando me?, Max me abrió la puerta del copiloto, yo entre rápidamente, esta situación seguía igual que antes, nada había cambiado y probablemente nada cambiaría hasta que yo me separara de su hijo.

-Lo siento- Susurro Max.

-No es tu culpa Max- Murmuré mientras acariciaba su rostro tenso.

-Yo siento como si fuera mi culpa, no me gusta que te desprecien, tu no te mereces todas esas palabras.

-Lo olvidaremos y dejaremos como que esto nunca paso.

-Se que todo esto te duele Sophie, no se de que manera pararlo, temo que algún día te canses y me dejes - murmuro

-Jamás te dejaré por eso Max, seria algo tan estúpido, recuerda que me costo conseguir tu atención- dije para tratar de aliviar el ambiente.

-Tu me tenías amarrado a ti- carcajeó mientras encendía el auto.

- Me costo conseguir te, si alguien abandonara, ese serías tu abandonando me- dije divertida.

-Nunca lo haría - dijo Max mientras entrelazaba nuestros dedos.

NegativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora