Capitulo 10

321 13 0
                                    

-Nena, acabo de encontrar el grupo de ayuda que tanto busque.- dice Max inmediatamente cuando yo abro los ojos. Mire el reloj que esta encima de la mesita de noche y son las once del día y yo recién despertando, lo admito, soy una floja.

-Mmm...Es muy tarde y tu no me despertaste, tenía que ir al trabajo Max.- le digo aprovechando de estirarme los más posible en la cama.

-¿Puedes tomarte el día?,yo me lo tome.- dice muy relajado, el claramente no se tiene que preocupar.

-Solo por que seas jefe, no puedes faltar cuando se te plazca.

-Claro que puedo, es una gran ventaja.- dice y me el guiña el ojo a lo que yo gruño.

-Vale, vale.- acepto y me levanto de la cama directamente al baño.

-Hey, no te enojes, lo decía en broma.- dice Max golpeando ligeramente la puerta del baño.

-Te creo, ahora déjame arreglarme.- por un largo rato me quedo en silencio y al no escuchar nada más doy por hecho que Max se corrió de la puerta. Comienzo a lavarme los dientes rápidamente y cuando terminó, comienzo arreglar mi cabello que aún que no esté del todo desordenado, sigo pareciendo un nido de pájaros y más aún con mi tono de cabello claro.

Cuando salgo, ya veo la cama hecha, bien, menos trabajo para mí.

Salgo de la habitación y soy alzada por Max que me agarra en el momento que cruzó la puerta.

-¡Max, bájame!.- chillo y me remuevo tratando de que me baje, el sabe cuánto odio que me tomen.

-Eres muy mala conmigo, señorita.-dice mientras camina hacia la cocina.

-Soy señora, estoy casada, ¿recuerdas?.- digo mostrandole mi dedo anular en dónde está mi anillo. El ríe y me deja en el suelo.

-¿Así?.- dice poniendo los platos con el desayuno en la mesa.- ¿Quien es ese hombre que se casó contigo?, debe de ser un hombre muy afortunado por estar con una mujer tan hermosa como tu.

-Eres tu, tontito.

-¡Oh!, Si es cierto.- dice logrando hacerme reír de forma escandalosa. Cuando logro tranquilizarme, me siento con el en la mesa y comenzamos a comer.

-¿De qué es ese grupo que tanto buscaste?.- le pregunto y continuó comiendo mi sabroso omelette, Max es un exelente cocinero.

-Es un grupo de ayuda.

-¿Y en qué supuestamente necesitamos ayuda?.- pregunto confundida.

-Sophie.- dice tomando mi mano.- sé que tienes un problema contigo misma, sobre no poder quedar embarazada y aún que no te guste ir a psicólogos, necesitas ayuda y siento que yo no lo estoy haciendo.

-Max... Ya hemos hablado de esto y sabes que contigo me basta y me sobra.

-No, no es suficiente nena, necesitas ayuda y creo que va a tener resultados ya que son personas que han pasado lo mismo que nosotros, además voy a acompañarte.

-No Max, no es tu problema, puedo ir yo sola.

-¿Cómo que no es mi problema, Sophie?- pregunta con molestia.- Cuando pierdes un bebé yo también lo pierdo, cuando te embarazas, ambos estamos en la espera, no literalmente pero yo quiero estar allí Sophie, no me alejes.

-Max, esto es difícil para mí, no me presiones.

-Vale, no lo haré, pero quiero asistir aún que sea una vez, no me lo niegues.

-Claro, cariño.- digo soltando su mano y me levanto de mi silla para sentarme es su regazo.- no es que te este alejando o negando, solo que necesito conocer el terreno yo primero, podrás ir, claro que irás, pero yo no sé con que me encontraré, déjame lo a mi primero, ¿si?.- finalizó y tomó su menton, haciendo que el levante su cabeza, mirándome con esos ojos tan intensos, ¡diablos!, este hombre nunca  me terminara de gustar.

NegativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora