Capítulo 7.

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* * *

El domingo al mediodía llegamos a Málaga. Cogimos un taxi para ir a casa de mis padres. A nuestro viaje se había sumado Treena, quien ya empezaba a odiar el frio de Madrid y había decidido no dirigirme la palabra por tiempo indefinido, aún seguía molesta conmigo porque no fui a los premios.

—Pablo— dijo cruzándose de brazos —podrías decirle a Gema que esta noche tenemos que ir a Sonora Beach por favor.

—Pablo y yo pensamos ir a cenar... ¡SOLOS! — contesté categórica. Treen había hecho que Pablo se sentara en medio de ambas para que le fungiera de mensajero.

—Pues Pablo, dile que lo vaya olvidando— chilló ella.

—Tú no eres...— iba a empezar a gritarle cuando Pablo me interrumpió.

—A ver ustedes dos— gritó fingiendo estar molesto. Sabía que la discusión lo divertía de lo lindo —¿Podrían calmarse? Por favor— el chofer del taxi nos observaba por el retrovisor—Katreena ¿Puedo saber que hay en Sonora? — preguntó.

—Olvidé decirte, Iñaki va a pinchar esta noche— contestó poniendo cara de fingidísima inocencia.

—Gema, ¿te apetece ir? — preguntó Pablo volviéndose a verme.

—Si— musité. Me sentía regañada.

—Pues entonces iremos y se acabó la discusión— sentenció categórico haciendo que el auto se quedara en total silencio hasta que estacionamos frente a la casa de mis padres.

Cuando nos íbamos acercando, pude divisar a mi papá metido de cabeza en su auto, lo estaba reparando, y ya cuando estuvimos frente a la casa el corazón me empezó a bombear fuerte y sentí como las manos me temblaban.

—¡Ay por Dios Gema! — chilló Treen tan sorprendida como yo y se volvió a verme. Pablo también hizo lo mismo, pero estaba ajeno de todo —¿Estás bien? — preguntó mi hermana abanicándome con las manos.

Yo no reaccionaba.

—¡Gema! — exclamó Pablo preocupado, pero no obtuvo respuesta —¡Gema reacciona! — gritó zarandeándome —¿Qué le pasa? — preguntó volviéndose a ver a Treen —¿Y... y de quien es ese auto?

El Mustang GT 2007 negro que era de Alex, estaba estacionado justo al lado del auto de mi padre.

—Se ha impresionado Pablo— la escuché decir titubeante.

Cerré los ojos y de pronto comencé a sollozar. Cuando los abrí de nuevo, vi a mi padre corriendo para meterlo al garaje.

—¿Estás bien? — me preguntó Pablo. Yo asentí y con los puños enjuagué las lágrimas que me corrían por las mejillas —¿Bajamos?

—Ujum— contesté moviendo la cabeza.

Treen bajó tras pagarle al chofer que nos miraba extrañado, y luego bajó Pablo y extendió su mano para ayudarme.

Mi padre salió del garaje para ayudarlo con el equipaje y mi hermana y yo nos adelantamos a entrar a la casa.

Mi mamá estaba sentada en el salón y en cuanto me vio su gesto se volvió sorpresa y no precisamente una agradable.

—¿Chi... chicas? ¿Qué hacen aquí? — preguntó levantándose del sofá. Primero besó a Treen y luego a mí.

—¿¡Sorpresa!? — dijo Treena fingiendo naturalidad.

—¿Por qué no han llamado? Iñaki pudo haber ido por ustedes.

—Descuida mamá— dije para tranquilizarla. Ella estaba nerviosa, sabía cuántos recuerdos me traía el auto de Alex —hemos venido en taxi, Pablo y mi papá se encuentran afuera bajando el equipaje.

Bésame o Mátame.Where stories live. Discover now