I've flown a far beyond the sea,
To find the other side of me.
I've waited long and patiently...Tenía catorce años cuando me di cuenta y acepté que mi rango de gustos no era exclusivo del género masculino. Fue un momento muy difícil que quedó grabado por siempre en mi mente. Desayunaba con mis compañeras en la escuela cuando me quedé viendo a una de ellas atentamente; sus agraciados y femeninos movimientos, su piel levemente bronceada y bien cuidada, se veía muy bonita. Fue entonces que entendí que había algo más dentro de mí, que gustaba de algo o, en este caso, de alguien más.
Y ese momento especial revivió cuando recordé a la chica de ojos azules; algo en ella me había llamado poderosamente la atención y no podía dejar de pensarla. Su voz, su cara, sus ojos, sonaba a locura pero era una locura que tenía sentido. Sus ojos conectaron con los míos y algo pasó... de alguna extraña manera tenía sentido. Sonreí como tonta.
-Miss "Violet", ¿me puede decir lo que acabo de explicar?- Marie, mi maestra de idioms me sacó del trance en el que andaba.
-Es Violeta- dije. María, la chica rusa se echó a reír.
-¿Disculpe?- María muy discretamente me acercó su libreta de apuntes.
-Dije que mi nombre se pronuncia Violeta y que "sleep like a log" hace referencia a alguien que duerme profundamente- sonreí.
-Ponga más atención por favor- asentí.
-Gracias- le dije a la rubia.
-Pon más atención o será muy fácil ganarte- me sonrió retadoramente.
-Eso no pasará.-
-Ya veremos.-
Evité más distracciones y me centré en la mujer de ojos verdes y nariz grande. A pesar de su perfecto inglés a veces su acento italiano la delataba. Tenía una particular manera de dar clases que hacía casi imposible aburrirse. Decidí dejar de lado a Rachel y poner atención para evitar dar ventaja a la rubia a mi lado.
El día terminó y mi mayor temor era salir al abrasante calor del verano en Toronto. Dentro del edificio todo era amor y alegría pero podía ver las caras de fastidio de los alumnos al salir a la calle. Era ridícula la cantidad de calor. Pasé al Tim Hortons que tenía a unos pasos del edificio y pedí limonada. Tardé más esperando que me sirvieran que en acabar con el vaso con el líquido. Me encaminé al subway e hice mi camino a casa, una vez más con la chica de ojos azules en mi mente.
Llegué a casa arrastrando los pies, la puerta estaba abierta lo que indicaba que Michelle estaba ahí. Subí las escaleras, arrojé la mochila y me eché sobre la cama. Escuché bulla lo que hizo que me acercara a la ventana y me encontré a los niños de Michelle y otros chicos jugando fútbol. Cambié mi atuendo en un santiamén y decidí unirme a ellos. En cuanto Martine me vio sonrió ampliamente.
-¿Puedo jugar?- Pregunté.
-¡Sí!- Dijo de inmediato.
-Pero ella irá en mi equipo- me sorprendí al escuchar la voz de Christian. Sin pensarlo dos veces me acerqué a él. Por lo que quedamos nosotros dos contra los otros tres chicos.
Entre el calor y el esfuerzo que hacía ya que los chicos nos estaban dando una monumental paliza pedí tiempo fuera. Cuando me encaminaba a la casa de nuevo me encontré a Michelle reclinada sobre la puerta con una enorme sonrisa en el rostro.
-Hola- dije alegremente.
-Hola, chica- respondió de igual manera. –Se te dan los niños- me encogí de hombros.
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Twin Flame
RomanceNunca creí en el amor a primera vista. Mi mente no podía concebir el quedar cautivado por alguien simplemente al verlo, era ridículo. No creía en ver a alguien y querer pasar el resto de mis días con ese alguien con sólo ver profundamente a sus ojos...