Twin Flame

Parte 7

Being there with you I am whole again.
Being there with you is all I ever need..

Me quedé pasmada en mi lugar con el corazón latiendo a mil por hora. No podía ser que después de tanto la volvía a encontrar y en el lugar donde nos conocimos. Rachel lentamente se dio la vuelta y buscó mi vista.

-Hola.-

-Hola, Rachel- contesté después de unos segundos.

-¿Cómo estás?- Fue inevitable ver que estaba igual de preciosa que cuando la conocí, sólo que con el cabello más corto. Se veía bonita, como siempre, un poco ojerosa pero no le quitaba su usual atractivo. Creo que ya dije muchas veces lo linda que se ve -¿Violeta?- Sacudí la cabeza.

-Lo siento, estoy bien, ¿y tú?-

-Tirada- sonreí. Le tendí la mano para ayudarla a ponerse de pie.

-Lo siento.-

-Un accidente que le pasa a cualquiera- me sonreía tímidamente -¿hace cuánto que estás aquí?-

-Unos meses.-

-Bien por ti- un aura extraña estaba sobre nosotras.

-Debería irme- dije encaminándome al lado contrario de donde estaba ella.

-Me alegra verte de nuevo, Mona Lisa.-

-Igualmente, Rachel- le sonreí, giré mis pies y caminé.

-Violeta- habló -¿podemos hablar un día de estos?-

-No... no creo que sea buena idea.-

-¿Por qué?- Negué.

-Estoy con alguien.-

-¿Y? No te estoy pidiendo que la dejes, sólo quiero hablar contigo.-

-Dejarlo- corregí. Negué nuevamente -ten un buen día, Rachel.-

-También tú, Mona Lisa- suspiré ante el sobre nombre y salí de ahí más rápido de lo que hubiese querido.

Cuando sentí que estaba lejos de ella me recliné sobre la pared y eché mi vista hacia arriba. No esperaba verla y menos aquí. Quizá la conversación con Michelle hizo que las cosas estuvieran más a flor de piel y por eso me siento afectada con su presencia. Sí, es sólo eso. Nada más. Pegué un brinco cuando mi celular sonó.

-Hola- ni siquiera vi el número.

-Bonita- sonreí.

-Hola, Andy- me recompuse un poco -¿qué tal todo?-

-Papá está siendo un poco... todavía no entienden que no quiero ser parte de lo que ellos tienen. Mis planes son otros, muy pero muy diferentes a los de ellos.-

-Lo siento.-

-Yo también. Creí por un momento que esto sería diferente pero no lo fue. Me siento tan idiota por venir a esconderme a la cocina para poder hablar contigo.-

-Me alegra que lo hayas hecho. Eso no te quita lo idiota- se echó a reír.

-Gracias por la innecesaria sinceridad.-

-Cuando quieras.-

-Te quiero, bonita.-

-Y yo te quiero a ti, Andy.-

-¿Te puedo ver más tarde?-

-¿Siete?-

-Paso por ti- se escuchaba emocionado –hasta entonces.-