Prólogo: Algún día

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Mi cama es mi único refugio, el sueño, casi eterno, mi salvación y el fuerte cerrojo lleva meses siendo mi esperanza, pero comienza a flaquear.

La puerta comenzó a sacudirse sin parar, los gritos de mi padrastro se escuchaban distorsionados, estuvo bebiendo.

Otra vez.

Los gritos persisten, el fétido olor comienza a invadir mi habitación, mi refugio.

Mi esperanza se resquebraja, mi salvación se va, me abandona, y mi refugio es invadido por grandes montañas de maldad y perversión, arrastrándome, desnudándome a pesar de mis intentos de huida.

La maldad se apodera poco a poco de mí, me hace daño y sangro, pero es prueba de mi lucha. El dolor invade la parte baja de mi cuerpo, mis gritos son sofocados de maneras indescriptibles, mis lágrimas apartadas por fuertes golpes.

La ayuda no llegará, nunca lo hace, y no la culpo. Tiene miedo al igual que yo. Ya nada puedo hacer.

Su olor se pega a mí, lloro y me quedo quieto para ya no sentir las fuertes punzadas de dolor por todo mi cuerpo. Poco a poco una gran grieta se abre dentro de mí, mi alma muere, mis sueños mueren. Yo muero.

El vacío me llama, la calma, el sueño.

Me pierdo en lo que pudo y no fue, me pierdo en sueños vanos de una familia feliz, en un hogar cálido y seguro, en amigos incondicionales que me apoyan y me acompañan. Soy feliz, sonrío y evito la horrenda verdad, miro al techo y olvido que soy yo, me convierto en otro.

Puedo hacerlo, puedo soportarlo. Debo salvarlas, debo cuidarlas a costa mía. No importo, ellas lo son todo, ellas tienen que ser felices.

*********

Soy libre y estoy roto, hecho añicos, la maldad a muerto, y aunque debería ser feliz no lo soy.

Ha muerto mi maldito padrastro, pero he quedado solo. Me las arrebató,hasta el  último momento él se encargó de joderme la vida. Se las llevó, a mi madre y a mi hermana que nada de culpa tuvieron que la casa se incendiase.

La desesperación me recorre, la ansiedad aumenta mis ganas de arañarme y golpearme contra todo. ¿Por qué ellas? ¡Por qué maldita sea!

Ya sin esperanzas, camino hasta el vehículo policial. El agente me habla, pero no lo escucho, mi mirada está fija en el pavimento. Me niego a creer que sucedió.

Veo como el policía estira la mano, ¿qué es lo que quiere que haga?

Como por impulso estiro la mano para corresponder el gesto, suavemente me arrastra dentro de la patrulla, me envuelve en una manta gris a causa del frío de la noche. Lo veo mover los labios diciendo algo que no llego a entender. Antes de irse me acaricia delicadamente el cabello, cierra los ojos y mueve nuevamente sus labios en un "lo siento niño".

La puerta se cierra y el policía se aparta de la ventana dando paso al horrible escenario.

Escombros de mi infierno y mi cielo, escombros de una familia que como a las cenizas el viento se llevó, escombros de una vida llena de abusos, insultos y terror.

-Ellas están allí - llego a susurrar pues las veo, allí están. Sus lágrimas se desvanecen tal y como ellas -Mamá. Mami no me dejes, Sara, por favor has que se quede. Quédense!!....no me dejen...

La desesperación no me deja pensar, la ansiedad por alcanzarlas me lleva a salir del automóvil. Corro, lo hago lo más rápido que mis débiles piernas me dejan. Escucho como alguien me llama pero lo ignoro, sigo corriendo al lado de la casa, ellas siguen allí, me esperan.

Ryan #YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora