Mis manos batallaban con las agujas e hilos pero mi mente estaba por otro lado. El sabor de los labios de Adrien aún estaba sobre los míos. Esa noche tampoco pude dormir, estaba tan feliz, tan llena de vida que en esa misma alba terminé mi vestido.
Las telas rosadas y tul negro estaba esparcido por mi habitación, y yo abrazaba la chaqueta de Adrien de aquella vez cuando tuvimos una cita... no lo había notado, me quedé dormida al terminar mi vestido. Abrí los ojos y miré el reloj, ¡me había despertado temprano! ¿Será que al fin la vida me sonreía? Tikki dormía tranquilamente en mi cama y preferí no despertarla así que me metí a la ducha. El agua me escurría por el rostro y me abrazaba pensando en Chat Noir, en su sonrisa resplandeciente, sus cabellos perfectamente despeinados, y sus labios danzando con los míos en una melodía, tenía tantas ganas de otro beso.
Terminé de bañarme y me arropé con algo cómodo, una blusa rosada y unos shorts rosados oscuros con mayas blancas y mis zapatos bajos favoritos. Tenía tiempo de desayunar con calma y hacer otros deberes más. Le tomé foto al vestido de Alya con mi celular y me dispuse a crear algunos accesorios con la tela que me había sobrado.
Creé un adorno para mi cabello, le daría un toque diferente y fashion y me agrada la idea, y para Alya una pequeña cinta que podría utilizar si es que así lo prefería. Miré el reloj. ¡Faltaban diez minutos!
Mari: ¡Tikki! ¡Corre, se hace tarde! -Grité mientras acomodaba mi mochila y tomaba mi bolsa para colocármela de lado dejando que se escondiera. Me colgué la mochila y bajé las escaleras corriendo.
Mi rostro esbozaba una sonrisa inexplicable, y pensando en Adrien salí de mi hogar. Crucé el peatón y atravecé las puertas de la escuela, sería un hermoso día para mí. Empecé a sentir mis manos sudar, vería Adrien muy pronto. Humedecí mis labios mientras lo pensaba y subí las escaleras, mañana sería el gran día, y tenía una corazonada, mi mente iba ideando cada paso, cada sonrisa, cada pausa en las oraciones que saldrían de mi boca, hoy más que nunca era valiente.
Llegué al salón de clases, Adrien estaba ahí. Platicaba con Nino y se golpeaba los hombros con él. Fue poco el contacto que le hice pero era suficiente como para ser feliz en el día. Miré al frente para caminar a mi lugar él volteó a verme y pude escuchar lo cálido de su voz, incluso el calor que me causaba. Oh Adrien, tenía tantas ganas de abrazarte, de plantarte otro beso en los labios, pero tenía que esperar, al menos hasta mañana, te tenía preparado algo.
Adrien: Marinette...buenos días. -Me saludó suavemente y se acercó apartanto a Nino, tomó mi mano con delicadeza para besar mis nudillos. El humo se me subió a la cabeza y podía sentir vapor salir de mis mejillas, ¿de verdad lo estaba haciendo? - ¿Cómo estuvo tu noche?
Estupenda, estuvo estupenda. Pero no podía hacerlo notar, él no sabe que yo sé lo que él aún no sabe, así que para hacerlo interesante retiré mi mano con delicadeza de la suya y caminé a mi lugar, tranquila-. Fue una noche buena, Adrien. ¿Y la tuya?
Él sólo sonrió y asintió, las miradas estaban sobre nosotros, era simplemente impactante, tomé mi asiento y empecé a sacar mis cosas, podía escuchar la sonrisa de Alya picarona y que sólo negaba sacando su libro de historia después. La maestra aún no llegaba así que tenía algo de tiempo.
Mari: Necesito que cheques algo... -Le susurré a Alya mostrándole una foto de mi galería del celular. No puedo describir su sonrisa dibujada sobre sus labios y lo asfixiante que fue con un abrazo, pero me daba alegría así que se lo correspondí.
Alya: ¡Marinette! ¡Es precioso! -Dijo gritando sobre mi tímpano y me aguanté la risa, a veces ella era muy expresiva, pero la amaba de esa manera.
Nos separamos del abrazo y ella seguía observando mi celular con corazones sobre sus ojos, estaba satisfecha con mi trabajo. Por otra parte, miré de reojo a Adrien, parecía mirar fijamente el pizarrón pero su oído estaba ligeramente inclinado hacia nosotras. ¿Será que nos escuchaba? Sonreí por ello y mi mente comenzó a divagar, ¿cómo iría él vestido? Podía imaginármelo con un elegante suit con adornos verdes, o algo simplemente hermoso que sólo Gabriel's hacía.
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Debajo de ese fuerte disfraz.
FanfictionMarinette y Adrien son dos chicos de secundaria normales con el mejor secreto del mundo: dobles identidades. Al tener un corazón noble y la mente abierta se les fue asignado una gran comisión: poseer un miraculous para ser súper héroes y rescatar a...