[Yon]
Hace unos meses nadie se imaginaría que alguien como yo estaría metido en problemas, y menos que estos problemas estarían relacionados con una chica de tan solo 19 años.
Todos me consideraban un hombre serio, con metas claras y que se andaba con tonterías. Mi trabajo me lo tomaba seriamente y gracias a eso había llegado a ser un psicólogo muy importante. Me habían invitados a presentaciones y galas de todo tipo, incluso había ganado un premio. Era admirado por otros doctores, y muchas mujeres estaban interesadas en estar conmigo.
Sin embargo, yo nunca mostré demasiado interés en ellas. Siempre he estado concentrado en mi trabajo y no tenía preocupación ninguna. Al menos así era... Pero mi pacífica y aburrida vida fue trastornada con la llegada de una paciente que, desde el momento en que leí su expediente, sabía que me traería problemas.
Amaral había hecho que mi vida diese un vuelco. Me decidí a ayudarla porque eso es lo que yo hago, ayudar a personas que tienen problemas como ella. Y porque, a pesar de ser tan joven, guardaba en su interior muchas cosas, y había vivido muchas situaciones que volverían loco a cualquiera.
Ella era una chica bastante perdida, agresiva, solo quería fiestas y alcohol, bastante impulsiva. Después de su accidente intentó cambiar, hizo un gran esfuerzo, pero en un momento todo se le fue de las manos. Nunca había visto una mirada tan desesperada y triste como la que vi, como si ya no hubiera más esperanzas para ella. Algo se movió dentro de mí al verla. Esta chica se sentía perdida, sola.
Así que le dije que viviese conmigo, así podría ayudarla, para que tuviese una vida normal. Y bueno... Ha sido un éxito. Al principio Amaral se encontraba un poco incómoda por tener que vivir conmigo, y más cuando casi no nos conocemos. Pero ahora, después de unos meses, es como si hubiéramos vivido juntos toda la vida. Nos hemos vuelto bastante cercanos, y ella parece muchísimo mejor.
Ya no está tan pálida y delgada, su piel está más bronceada y sus mejillas por fin tienen color, ha ganado un poco de peso y esta estupenda. Y con el tiempo he ido descubriendo a una Amaral diferente. Los días que he pasado con ella cuando empezó a mejorar fueron entretenidos y conseguí conocerla mucho más.
He descubierto a la Amaral melómana: una chica que se la pasa escuchando música, de cualquier tipo, y que realmente le encanta y disfruta de este arte. También, y para mi sorpresa, le gusta leer y se inclina por los clásicos como Romeo y Julieta o Cumbres Borrascosas. También he conseguido averiguar que odia el color marrón y que su comida favorita es la pasta.
Y yo, increíblemente, pedí unas vacaciones en el trabajo. Sí, ni yo me lo creo todavía, pero lo hice. Bueno, en realidad Amaral me convenció para que lo hiciera, me dijo que me veía tenso y como un viejo, me tomé en serio esto último y decidí tomarme unos días libres. Para mí esto ya es soltarse el pelo, que conste.
Volviendo al presente... Lo cierto es que con el calor que comenzaba a hacer y con la libertad de la que disponía ahora me apetecía ir a algún lugar de viaje, quizá a alguna playa o algo así. No es una mala idea.
Voy a la habitación de Amaral y toco a la puerta. Ella ha comenzado la universidad y está muy centrada, estudiando y demás, se decidió por la carrera de turismo. Tampoco sale mucho y sé que a ella también le alegrará salir un poco de esta ciudad. Además, su amiga Lexi no volvió, se llaman todos los días pero es obvio que no es lo mismo que verla en persona.
Como veo que no contesta abro un poco la puerta y me asomo. Está sentada en la cama con un montón de libro, hojas de apuntes y subrayadores a su alrededor, no se entera porque tiene los auriculares puestos. Me acerco a ella para quitárselos. Cuando me ve sonríe.
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La chica del cabello de fuego
RomanceElla era una mala influencia, una chica mala. Con el tiempo Amaral se había ganado esa fama. Todos huían al verla, la miraban con temor o ni siquiera la miraban a los ojos. Corrían todo tipo de rumores sobre ella. Le gustaba aquella fama, así pensab...