Capítulo 8:

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Lo primero de todo: siento haber tardado tanto tiempo en colgar el capítulo, pero tuve un montón de problemas, mi pc no se encendía y para colmo estuve días sin internet. Pero bueno, estoy de vuelta. Se que este capítulo es un poco corto pero os prometo que lo compensaré.

Ya os dejo para que leais... Chao!

Hace dos días recibí la llamada de mi amiga Lexi, y desde que me avisó de que volvería justo mañana, estoy de los nervios. Tengo muchas ganas de contarle todo y que me cuente que ha sido de ella. La he echado mucho de menos, al fin y al cabo no me he separado de ella en años. Tengo ganas de presentarle a Yon formalmente como mi pareja y que se conozcan ya que ambos son las personas más importantes de mi vida.

Lo único que me destroza un poco el buen ánimo es que tengo un examen la próxima semana y tengo que estudiar como una loca. Pero bueno, es lo que hay.

En este momento estoy en el salón, sentada en el suelo frente a la mesa repleta de hojas y con subrayadores fluorescentes de todos los colores. Ya llevo así casi 5 horas y creo que mi cabeza va estallar porque no he tomado ni un solo descanso. Mis ojos están cansados. Me levanto del suelo y muevo las piernas hacia los lados ya que las tengo dormidas.

Ahora mismo estoy sola en la casa, Yon había salido a comprar cosas que nos hacían falta. Doy un paseo por las habitaciones. Ha comenzado a hacer calor más pronto de lo que me esperaba. Entro en el cuarto de baño y me siento en el suelo de azulejos que está frío. Adoro este baño, es grande y tiene una bañera de ensueño. Me quedo mirando la bañera. Tengo ganas de darme un baño, de esos relajantes con espuma y música de fondo. ¿Por qué no?

Me levanto del suelo para prepararlo todo. Abro el agua y echo sales aromáticas, dejo que se vaya llenando y formándose la espuma, mientras tanto voy a por una bata y a por el altavoz del móvil. Pongo a Jesse & Joy con Pablo Alborán cantando La de la mala suerte. Me quito la ropa y me meto dentro. Siento todos los músculos de mi cuerpo destensarse. Recojo mi cabello en un moño alto para que no se me moje.

Y aquí va mi parte favorita de la canción:

''Y no... No, no pasa nada si el amor no es perfecto siempre y cuando sea honesto...''

No escucho cuando la puerta del baño se abre. Yon me ha pillado cantando y me mira sonriendo, le miro y me sonrojo.

-Ya he vuelto, he comprado algunas cosas... ¿Puedo entrar contigo?

Me quedo mirándolo sin saber a qué se refiere. -En la bañera. -Aclara. Le digo que sí con la cabeza y me giro cuando empieza a desvestirse. Todavía no hemos hecho nada, ni si quiera lo he visto desnudo. Siento como se desliza detrás de mí de modo que estoy sentada dándole la espalda y entre sus piernas. Me echo hacia atrás, apoyando mi cabeza sobre su pecho. Da una suave caricia con su mano en la zona de mi ombligo. Giro mi cuerpo para darle un beso en los labios mientras Yon me acaricia, paseando sus manos sobre mi cuerpo.

Entre beso y beso, entre caricia y caricia, salimos de la bañera. Yon me envuelve delicadamente con el albornoz y me coge como una princesa. Ambos acabamos en la cama, él está sobre mí, mirándome con unos ojos que me harían arder en el mismísimo infierno. El corazón podría salirse de mi pecho cada vez que me mira y me toca, siento que me deshago entre sus brazos. Se acerca a mi oído y susurra ''te quiero''...

Un sonido me hace despertar y me levanto de golpe. Todavía sentada en la cama me miro, estoy desnuda. A mi lado no hay nadie, supongo que Yon ya se habrá ido. Me enredo la sabana alrededor de mi cuerpo y voy al baño. Me miro al espejo sonriendo totalmente feliz. Como no quite bien el maquillaje ahora tengo dos manchas negras bajo los ojos, mis mejillas están sonrosadas. Anoche fue el momento más bonito de mi vida. Fue romántico y especial... Fue increíble.

Me aseo y me visto con lo primero que cojo: unos pantalones bombachos grises y un top de tirantas blanco que llega por encima del ombligo. Cuando bajo al salón veo que encima de la mesa están aún todos mis apuntes y libros, pero recogidos y ordenados. Justo al lado encuentro una nota que es de Yon, ha ido a trabajar y me ha dejado el desayuno hecho. Es un amor...

Desde que me he levantado me siento distinta, me siento con la energía cargada al 100%. Tengo ganas de correr, de saltar y de bailar, pero lo que más quiero es que llegue el momento de ver a Yon. Y así, más feliz que una perdiz, me puse a estudiar mientras comía el delicioso desayuno. Miro el reloj y recuerdo que hoy volvería a ver a Lexi después de muchísimo tiempo, lo que me puso aún más feliz.

Prácticamente sin darme cuenta llega la hora que estaba esperando. Voy a ir a recoger al aeropuerto a Lexi. Me levanto corriendo y subo a la habitación para vestirme. Me pongo unas sandalias negras y un vestido verde cómodo y bonito. Sujeto con una pinza parte de mi cabello. Agarro rápido el bolso y las llaves, y salgo corriendo para ver a mi mejor amiga.

Acabo de llegar al aeropuerto, pero no he entrado por la puerta cuando veo a Lexi salir con una gran maleta. Justo me ve y nos sonreímos mutuamente, ambas salimos corriendo para abrazarnos. Entre mis brazos siento que ha cogido un poco de peso y que está genial, su piel sigue igual de pálida que siempre, y su cabello está un poco más largo de lo que recordaba.

Tomo su rostro entre mis manos y la miro a los ojos, examinándola. -No sabes cuánto te he echado de menos, Lex...

-Y yo a ti, amiga...

La chica del cabello de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora