Let me kiss you.

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Capitulo1.

Me encontraba frente a mi nuevo instituto. Era un día soleado, parcialmente nublado por la parte este. Cientos de adolescentes a cual más inmaduro rondaban frente a la entrada de sus clases, o sentados en el césped, junto a las mesas del la cafetería externa. Lo podría describir como el comienzo de algo, algo nuevo, algo emocionante, algo... Mis pensamientos se pararon en seco al observar a un grupo de chicas señalándome y cuchicheando, no se podía criticar a alguien de forma más descarada.

Una voz cálida sonó a mi espalda, algo familiar diría yo.

-Buenos días, Amy, soy la directora, la Sra. Hemmings, supongo que me reconocerás de la reunión que tuvimos yo y tus padres el pasado viernes.

-Así es, señora.

-Bueno, no sé de qué manera te desenvolverás en el instituto, pero espero que bien. Como esto es algo nuevo para ti, ya que no te pudimos enseñar mucho anteayer, te voy a encargar a mi hijo, Luke, para que te vaya enseñando las instalaciones del instituto.

Le agradecí a aquella amable señora su preocupación por mi bienestar, y me senté en una de las mesas del comedor. Saqué mi teléfono. Me agradó mucho ver un mensaje en la pantalla de inició de mi iPhone 5c, de mi hermano. Él ingresó en el instituto unos meses antes que yo, y al tener un buen fondo físico, el equipo de futbol americano del instituto lo eligió para que formaran parte de ellos. Se puede decir que en la mayoría de las escuelas de secundaría de Australia solo se triunfaba si eras animadora, o pertenecías al equipo de futbol. Yo nunca fui de esas a las que les gustaba animar partidos de fútbol con unas faldas que estaban y no estaban, no sé si me entienden, entre tanto salto y su corto tamaño, actuaban de forma invisible.

En el mensaje ponía: “Yo y Luke, el hijo de la directora, vamos a enseñarte las instalaciones del instituto, espéranos en el jardín trasero. No seas borde. Hasta Luego”.  ¿Qué quería decir con “no seas borde”, yo no soy borde, puede que un poco dura con la gente nueva, no soy muy sociable, ya me costó hacer amigos en mi anterior escuela, y cuando ya los tenía, mamá soltó el famoso  “ha papá lo han trasladado, tenemos que irnos”, me he pasado la mayor parte de mi infancia, y el principio de mi adolescencia de aquí, ha allá, sin poder tener un grupo de amigos con los que salir, y sin preocuparme si dentro de dos días podía despedirme de ellos y no volver a verlos, pero este año era diferente, mamá me prometió no volver a mudarnos, quedarnos en esa casa para siempre, papá solicitaría cada mes un viaje para vernos, cada dos vacaciones, podríamos ir a verle a dónde estuviera. Fue algo que me alegró bastante, pero no quitaba el echo de despedirme otra vez, volver a ser “la nueva”, sufrir burlas y payasadas hasta encontrar un grupo de amigos a los cuales aferrarme, y dejar de recibir ese tipo de tortura miento psicológico, y a veces, físico.

Aquel día llevaba puesta una sudadera de “Oxford University”  que me regaló mi abuela antes de llegar aquí, como consolación, unos jeans vaqueros muy claros y remangados por la parte de los tobillos, como solía ponérselos aquel chico de 1 de bachiller que vi en la entrada del instituto, ¿Cómo se llamaba…? Louis, sí, Louis, era bastante mono, la verdad, y mis indispensables convers tobilleras, las cuales no me quitaba ni para dormir, JAJAJAJAJAJA.

Mi pelo estaba recogido por una cola de caballo, y mi mochila era color rosa fluorescente de “Vans”.

-¡Amy, estamos aquí! –me grito un chico. Estaba apoyado a la pared, tenía un aire a mí..., espera, era mi hermano. Agité la mano un par de veces en muestra de saludo, él me respondió un una bonita sonrisa.

Mi hermano era el tipo de chico que pertenecía a todos los grupos del instituto, bueno, menos a los menos agraciados, hay días en los que le podías ver comiendo con el equipo de fútbol, otros en cambio estaba con algunos chicos y chicas planeando una fiesta… Sí, era todo lo contrario que yo, sociable.

Let me kiss you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora