El sol comenzó a desvelarme. Eran las 7:00, y el despertado no dejaba aún de sonar. Cold Coffé-Ed Sheeran, mi canción favorita definitivamente. ¿Cómo alguien podía crear tales melodías? Eran realmente preciosas. Era una mañana un tanto desorganizada, ni me había duchado, ni había preparado la ropa aun, y era las 7:05 ya, y la verdad es que… ¡me importaba bien poco! Hoy estaba feliz, era una de esos días en lo que dices, “¡Joder, hoy voy a ser feliz!” y le sonríes a la gente, que puede que no conozcas de nada, pero aun así lo haces, le recuerdas a todas esas personas que quieres, que les quieres. Era un día de abrazos, y no tenía por qué ser señalado por otros también. ¿Entienden lo que quiero decir? Osea, no tenía por qué ser navidad, año nuevo, día de acción de gracias… ¡no! Era un día normal. Un viernes normal, con sus cosas normales de días normales, sus comidas normales, con tu familia normal, algo NORMAL.
Después de estar aproximadamente 5 minutos mirando ropa en el armario, me decanté por un jersey de lana blanca, unos pitillos negros, y unas botas negras también. Tardé muy poco en vestirme, como 10 minutos o así, el pelo me lo recogí con una trenza de espiga de raíz, cubrí mi cuello con un fular negro, me eche unas gotas de “Lady million, Paco Rabanne” y me fui hacia la cocina. Supuestamente mamá ya tendría que estar despierta, pero no era así, había una nota en la península del centro de la habitación, concretamente, sobre la encimera. Ponía: “Yo y papá estaremos fuera 1 semana. El bufete ha tenido que hacer un viaje a última hora a NY y tiene que asistir toda la plantilla. Portaos bien. Por favor, cuida de Jake. Un beso xx” Lo peor de que tu madre fuera abogada sería exactamente esto, lo de los viajes inesperados. Cada año podían llegar a hacer como 10 o tal vez 15, no es que los contara… jajaja. Terminé de desayunar, cogí mis cosas y me fui. Aquel día tenía que hacer algo, pedir perdón a Luke. Sí, le había dejado en ridículo delante de todos sus amigos, de los demás chicos y bueno, ni hay que hablar de las chica… Concluí en mandarle un mensaje, sí, eso sería lo mejor.
“Luke, siento de lo ayer. Jake me contó que se trataba de una absurda broma. Siento haberte dejado en ridículo delante de todos aquellos chicos. Si estás en tu casa, avísame, vivimos cerca, y bueno, me gustaría decirte todo esto en persona antes de las clases, si te parece bien. Un beso, Amy.”
«Madre mía que empalagosa eres, Amy»
*Tilín* El móvil. Una manada de elefantes se asentó en mis estomago. ¿Por qué sentía esto? «Porque te gusta» no.
“Hey. No pasa nada nena, fue tan solo una confusión. Te espero en frente de mi casa. Un beso enorme, Lukey”
Lo releí como unas 500 veces, aun no sé el porqué. «Quizás porque te gusta, obvio» NO, bueno, era mono, pero no. Eso no era así. Somos amigos, tan solo amigos. Volví a releer el mensaje una última vez más, sin darme cuenta de que ya estaba junto a la casa de Luke. Pase de largo a causa del despiste por lo que él me silbó para llamar mi atención. Al levantar la cabeza, le vi allí. Llevaba una camiseta de all time low, uno pantalones vaqueros caídos y unas air force en blancas. Amaba esas zapatillas, eran realmente preciosas. «Como él»
-¡QUE NO! –dije gritando. ¿Enserio había pensado en voz alta? No podía ser.
-¿qué no qué? –se rio.
-No nada, nada, pensaba en voz alta.
-Ah.
Sonreí y agaché la cabeza hacia el móvil.
-Bueno, ¿nos vamos yendo? –soltó de repente.
-Oh sí, ¡Claro! –cerré Whatssap y le seguí el camino. –bueno, perdón. –casi susurré.
-No es nada, boba.
Sonreí mientras me sonrojaba. EL trayecto al instituto fue algo simple, no hubo tema de conversación, además, fue algo rápido, ya que se encontraba cerca. Derrepente sonó el móvil de Luke.