Capítulo 16.

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Era un beso lento, pero no por ello falto de pasión. Sus bocas encajaban a la perfección. Los labios de Camila eran mucho más calientes y carnosos de lo que se había podido imaginar nunca Lauren. Mientras que los de esta eran más suaves y delicados de lo que se esperaba la morena.

La militar retuvo a la presa colocando su mano en su pelo para ejercer un poco más de presión y poder profundizar ese beso, pero no de una manera brusca, sino más bien necesitada. Hacía mucho que no sentían ese calor inexplicable al besar a alguien, pero era la primera vez que las dos sentían que era un beso único e irrepetible.

La Gobernante estaba gozando de ese pequeño momento en el que consiguió que la preciosa chica que tenía delante se olvidara de su regla para que ella pudiera amarla sin tener si quiera que sucumbir del todo a ella. Aunque estando ahí, agarrada a su costado, con la mano delgada de la otra en su cara acariciándola la mejilla y con sus cuerpos unidos, era muy difícil decir que no había sucumbido totalmente a ella. Pero de momento no había dicho su nombre, por lo que su mente le engañó al decirse "Hey, puedes alegar a todos si se enteran que un beso puede no significar nada" y justo cuando ese pensamiento cruzó su mente, comenzó a sentir culpa y se aferró al pelo de la de ojos chocolate con fuerza haciendo que esta sacara un gruñido sexy justo en su boca, por lo que apartó la culpa, sus pensamientos realmente horrendos y su cobardía a un lado para centrarse en el roce de la chica de piel suave y dorada que tenía justo entre sus manos, sometida a ella en su totalidad, diseñada para sus manos y preparada para acogerla en su cuerpo, al menos de momento.

La exmilitar estuvo esperando por años esta oportunidad y ahora que estaba sucediendo, sabía que sus expectativas eran muy bajas en comparación a lo que estaba viviendo. Su ansia de ser tocada por la Gobernante no era para nada sexual, era más bien una necesidad que acababa de descubrir que tenía y que, ahora que se había dado cuenta de ello, le iba a ser muy difícil seguir su regla de: Nada hasta que diga mi nombre. Ella seguía con esa idea, a pesar de que por unos minutos fuera totalmente de su amante en aquel momento, no significaba que no se sintiera mal pensando en la posibilidad de que Lauren se estuviera aprovechando en cierto modo físico y sentimental de ella.

Por eso, cuando la mano de la pelinegra se aventuró a agarrar su culo haciendo que un sonoro gemido sonara y provocando que su boca se abriera para ser el blanco perfecto para una mordida en el labio inferior, tuvo que pararlo por mucho que lo desease.

- L-Lauren... - suspiró cuando la ojiverde soltó de entre sus dientes su labio – Ya te dije que si no decías mi nombre...

- Por favor... – se trasladó a su cuello para dejar suaves mordidas – sabes que trabajamos mejor sin hablar, y nos comunicamos genialmente.

El calor de su cuerpo y de su entrepierna hablaban por ella. Y de no ser por la fuerza de voluntad de Camila, hubiera funcionado. Las manos de la morena se apoyaron en el pecho de Lauren haciendo que se tumbara en la cama y en un rápido movimiento para inmovilizarla posicionándose encima dejó sin palabras a la Gobernante.

La pequeña encima de la ojiverde, sus caderas pegadas, las manos de la de piel dorada cogiendo fuertemente las muñecas de la otra, sus miradas unidas y llenas de fuerza.

- Quiero que te quede claro Lauren. Vamos a hablar en serio. Me gustas, lo sabes, y tú estás acojonada, cosa que no se si comprendo o pretendo comprender para mi tranquilidad. Pero por mucho que sienta por ti, soy un ser humano que sabe cómo deben tratarlo. No soy una persona débil que se va a dejar hacer lo que la Gobernante quiera. ¿Lo has entendido? – la que se encontraba abajo asintió lentamente – Este beso ha significado algo, lo sé, pero no puedo seguir si no sé de verdad que pretendes conmigo.

- Gracias... - musitó

- ¿Un simple gracias?

- Cabello yo... - instintivamente ambas cerraron los ojos.

Juicio Justo [Camren AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora