Capítulo 26.

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En una celda de Impetus Lauren y Camila estaban sentadas en el suelo jugando con las manos de la otra.

En solo dos días, Lauren Jauregui había destrozado su carrera como Gobernante y su vida. Supo a lo que se atenía cuando gritó que era culpable en medio del juicio de la de ojos chocolate, pero lo que no esperaba es que Camila hiciera lo mismo y se viese perjudicada. No sabía si odiarla o amarla al igual que no sabía si llamar a lo que había hecho su amante "acto heroico y amoroso" o simplemente llamarlo "estupidez".

Cuando Lauren "confesó sus crímenes" Normani decidió hacer un juicio al día siguiente para ella. Camila ya había sido juzgada como culpable, pero la jueza quería ver si su amiga rectificaba viendo que "el amor de su vida" iba a resultar culpable sí o sí de todos los cargos. Al día siguiente, la militar se sentó en el estrado y relató todo lo que "había hecho". La jueza Kordei tuvo que declararla culpable y las dos amantes fueron de inmediato trasladadas a Impetus, a una celda especial por orden de Normani con horarios distintos de comida y recreo para evitarlas problemas con los otros presos de Tortura.

Camila Cabello todavía no reaccionaba ante lo que había pasado. Un trozo de su corazón se había roto al saber que iba a ser encerrada de por vida, pero todo su cuerpo se desarmó al saber que su amante iba a correr la misma suerte. Como toda buena heroína, Camila estaría dispuesta a ser culpable y, desde la cárcel y con ayuda de Lauren, coger a Dolus de nuevo. Pero ahora que la ojiverde le acompañaba en su castigo de por vida, su plan se había arruinado.

Hacía 24 horas que Camila y Lauren no se hablaban. Se comunicaban con caricias para hacerse saber que todo iría bien o para mostrarse afecto. Pero ninguna abría la boca, además ¿De qué hablarían? Ambas se odiaban a sí mismas y a la otra le guardaban un cariñoso rencor por hacer lo que cada una hizo.

Ahora mismo Lauren sostenía la mano derecha de la de piel tostada y dibujaba patrones con su otra mano. Tenían una conversación pendiente, y no solo de sentimientos, sino la conversación que no les había dado tiempo a tener el día del juicio de Camila. Ninguna de las dos sabía lo que sabía la otra, y eso creaba miles de dudas en la ojiverde que no se atrevía a averiguar por miedo a la verdad.

- Te quiero – soltó de sopetón la de ojos chocolate.

La ex Gobernante miró lentamente hacia aquellos ojos que no se atrevían a levantar la vista más allá de sus pies. Apretó su mano para ver si podía llamar su atención y que le mirara, pero no hubo respuesta alguna. Finalmente, la ojiverde cogió de la barbilla a su amante y giró lentamente su cara para pegar sus frentes.

- Sabes que yo también – susurró en sus labios.

De un segundo a otro, Camila, sin despegar sus frentes, se colocó a horcajadas sobre la de tez pálida y colocó sus manos a ambos lados del rostro de esta.

- Al menos, estamos juntas... ¿No? – sentenció la menor de las dos – dicen que "permanecer unidos" es lo más importante.

- Y lo es para mí – su enfado y resentimiento se debilitó con las dulces palabras que salían de aquellos labios tan carnosos y deseables – No deberías haber dicho que eras mi cómplice.

- No deberías haberte declarado culpable – gruñó.

- Lo hice por ti.

- Yo lo hice por nosotras...

Se creó un silencio. Sus respiraciones entremezclándose, sus miradas fijas en la de la otra, sus manos reclamando con ansia el cuerpo que tenían pegado a sí. Lauren no pudo evitar unir finalmente sus labios a los de Camila con un poco de rabia. Los mordiscos de las dos en el labio de la otra y los agarres demandantes y duros solo estaban haciendo que cada vez el ambiente se caldeara más.

Juicio Justo [Camren AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora