Capítulo 5

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Los problemas son cosas de todos los días que la mayoría de nosotros queremos evitar ¿No es así? Bueno pues aquel día quería evitar a toda costa cualquier problema. Nunca había sido chica de conflictos con medio mundo así que me agradaba estar en paz con todos o al menos la mayoría.
Eduardo había estado algo distante, en pocas palabras casi ni hablábamos. Habían veces en las que él estaba con sus amigas y yo con las mías. La hora de salida ocurría lo mismo, muy rara la ocasión estábamos juntos así que opté por estar con alguien más (como mis amigas). Todo ya era una rutina: Seguir siendo novia de alguien que no me hacía caso mientras otro chico me decía que a su parecer era linda. Sí, acepto que existieron personas que me dijeron que ya debía dejar a Eduardo y estar con alguien más, alguien que en verdad me hiciera caso, lo malo es que no tenía alguien con quien estar en esos momentos.
Ya había pasado un mes desde que había conocido a Grey y él se había convertido casi en mi mejor amigo, pues él sabía mucho de mí y yo sabía mucho de él. Sin embargo el saber que le gustaba se me hizo algo incómodo al principio pero después lo "dominé" (aunque en cierto modo, empezaba a dudar de mi misma pues tal vez Grey me gustaría).
La primera semana de diciembre siempre es igual: maestros intentando pasar a alumnos reprobados, haciendo preparativos para el último convivio del año, en fin. Los alumnos estábamos algunos más tranquilos pues nosotros sólo cooperamos en pequeñas cosas.

Llegue a la escuela como casi cualquier día y encontré a Grey con ropa civil, lo cual se me hizo algo extraño. Lo saludé y me dijo que tenía que ir al doctor, era algo en lo que no podía intervenir así que lo acepté y entre a clases. Sólo llegue a dejar mi mochila y salir del salón para encontrarme con mis mejores amigas cuando Fatima de su grupo llego preguntando por mi, la verdad es que no tenía idea alguna de porqué así que fui hacia ella.
Ten, te lo manda Grey–. Dijo dándome una rosa y una pequeña carta.
–¿Grey?
–Si, me dijo que te lo entregara y que te dijera que lo leyeras.
–Wow, gracias.
Sin dudarlo abrí la carta donde en letras grandes se podía observar un " ¿Quieres ser mi novia?" Y debajo un pequeño escrito que a mi parecer era uno de los mejores que me había dicho. Días antes él y yo habíamos estado escribiendo un pequeño escrito que era algo más o menos así:

Aquellos chicos se habían enamorado perdidamente uno del otro, sin control y sin pensarlo. Se dieron cuenta de ello hasta que uno dijo lo que sentía.
Y su amor fue creciendo más y más exponencialmente.

A decir verdad las palabras que dije dentro las dije sin pensar. La carta no tenía este escrito que habíamos hecho, pero vaya que esas palabras escritas en papel me encantaron. La primera clase estaba por comenzar y yo, no quería dejar de leer aquella carta. Todos preguntaban por la rosa mientras yo solo decía que era de "Un chico que tal vez me guste" Así que todos asentían con una cara de curiosidad por saber quién había sido.
El día pasó con algo de aburrimiento pero nada malo al final de cuentas. Me la pasaba super con mis mejores amigas, pues ellas habían estado siempre para mi.
Ansiosa de llegar a casa terminé el último ejercicio del día para entregárselo a la maestra y así poder irme para descansar o hablar con Grey, o las dos. Nunca me imaginé que Eduardo se enterará de que me habían dado una rosa.
–¿Quién fue?
–No estés así, ahora.
–¿Por qué?
–Porque siempre estás con tus amigas y ¿Yo? Que me parta un rayo ¿O no? Tú siempre estás con ellas hablando y últimamente más con la chica nueva. No me andes reclamando por una simple rosa que acepté.
–Pues es que tu eres mi novia.
–¿Lo soy en serio? Porque no lo parezco.
–Esta bien, ya no diré nada.
–Me tengo que ir.
–¿Un beso?
Me paré un poco de puntitas para besarle una mejilla, ese era el único beso que podíamos tener en los últimos días. Me apresuré a llegar a mi casa, pues ya tenía que decirle a mi mamá que había pronto junta de firma de  boletas, por lo cual tenía que ir al día citado.
La noche llegó y con ello mis ganas de dormir. Termine mi tarea y termine de hablar con Grey:
–Gracias por la rosa.
–No es nada, espero que te haya gustado en serio.
–Claro que si, me encantó.
–Eso me agrada princesa. Y acerca de la carta...
–Aún no lo sé Grey. Sabes de mi relación con Eduardo.
–Mmmm si, pero sabes que él no te trata como debería 😒
–Lo sé, pero siento que el terminarlo no sé :/
–Esta bien, no te presiono por una simple respuesta ;)
–O sea que
–O sea que te dejo pensar. Al final de cuentas no te puedo obligar a ser mi novia ¿Cierto?
–Jajajajaja de que puedes puedes, el problema es que no debes XD
–Jaja bueno, te dejo ya es algo tarde descansa
–Igualmente
Cerré sesión y me fui directo a mi cama. Era obvio que estaba algo confundida porque tenía a Grey que era alguien súper atento conmigo y tenía a Eduardo, ambos demasiado opuestos.
Tal vez, tal vez era momento de terminar con Eduardo. Tal vez era momento de descansar un poco de las relaciones. Pero era obvio que era hora de descansar de todo.

Un Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora