Capítulo 8

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18 de diciembre.

Finalmente el día del convivio decembrino había llegado. Era interesante como todos y cada uno de los profesores y alumnos se preparaban con entusiasmo para el gran espectáculo. Ese día nos habíamos puesto de acuerdo para llevar tostadas de tinga y compartir junto con los compañeros de otros salones.

Nosotros también teníamos un espectáculo: Villancicos. No éramos el único grupo, así que los maestros encargados nos juntaron a varios salones y por lo tanto pudimos cantar en un grupo más grande. Eran dos números, pues uno era en español y otro en inglés (aunque a decir verdad nos salió mejor el de español, porque en inglés no lo practicamos demasiado).

Llegaron padres de familia y con eso dimos por empezado el gran convivio: Empezamos dando la bienvenida a todos y entregando algunas despensas para las secretarias de la institución y a continuación empezamos los villancicos. Todos nos divertimos cantando, y eso era lo importante, porque finalmente estábamos ahí para convivir entre todos nosotros.

Una obra de teatro había sido preparada y en dicha obra, mejor dicho pastorela, estaba participando Eduardo, por lo que trate de ponerle atención, pero muchas cosas me lo impidieron. Las sillas estaban acomodadas por los alumnos de las aulas de la planta baja (por lo que era sencillo recogerlas) pero los alumnos también teníamos que sentarnos para mantener el orden y al final de las primeras columnas habían varias sillas vacías por lo que Diana, Belén y yo fuimos directamente hacia ellas y en el camino me encontré a Grey. Me senté en una silla, Diana en la paleta de la misma y Belén a un lado mio con Grey platicando entre nosotras tres. Me cansé e hicimos varios cambios para estar cómodas finalmente otra vez pero Diana tuvo una pequeña necesidad por lo que fue al baño y Belén la acompañó. Me quedé sola con Grey y una pastorela por presenciar, pero me entretuve mejor con él, por lo que mientras mi atención estaba completamente dirigida hacia él, platicábamos sobre lo que nos pasaba últimamente en nuestras vidas, pero de alguna manera él terminó diciéndome cumplidos mientras yo solo bajaba la mirada halagada. No creo que haga falta resaltar lo bien que me sentía con él en ese preciso momento.

La salida llegó todo había terminado y Eduardo se retiró casi lo más pronto posible despidiéndose muy rápido de mí. Mi hermana (adoptiva) me había ido a recoger a la escuela, y Grey había ido conmigo a acompañarme hasta mi transporte. Cuando nos despedimos nos dimos un pequeño abrazo y le dije Feliz navidad, me alejé con mi hermana para llegar a casa, y me quedé viendo la escuela mientras todos se despedían. 

Las vacaciones decembrinas nunca me han gustado, a veces no hago nada en mi casa por la causa de que todos están ocupados y la única manera de tapar esto es hablando con mis amigos que estén conectados y ahora lo podía hacer mucho mejor porque tenía teléfono celular.

Llegué a casa y terminando de cenar fui por mi con la esperanza de que él pudiera estar conectado. Y  vaya que pensé que esas vacaciones serían de lo mejor, y si lo fueron en una parte porque por fin había dado inicio a algo. 

Un Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora