Capítulo 26: IDIOTA

6.9K 503 30
                                    

Chloe:

El miércoles me lo pasé mayoritariamente en la cafetería.

No hice gran cosa. Solo pedir un vaso tras otro de agua y observar la pared mientras me engañaba a mi misma creyendo que en algún momento me pondría a corregir las tareas de mis alumnos.

Ni cuando era pequeña y los niños se metían conmigo me sentía tan vacía por dentro. Era como si literalmente alguien hubiera arrancado de mi interior toda ilusión por levantarme. Y es que en cierto modo, Gabriela era eso. Con su torpeza, sus ojos castaños y esa sonrisa de lado. De algún modo pensé que siempre tendría eso en clase. 

- Creo que por ahí no está el andén nueve y tres cuartos- dijo un susurro femenino cerca de mi oído.

Al volverme solo ví a René, sonriendo a la pared como si pudiera ver a través de ella todo lo que este mundo escondía. Esa mueca que tantas veces había conseguido levantarme el ánimo, ahora solo me recordaba lo aturdida que estaba.

- ¿Un penique por lo que piensas?- se burló sentándose enfrente de mi.

No quedaba nadie en la cafetería, por lo que ya debía haber pasado la hora del almuerzo o el censo para que los alumnos descansaran un poco sus adormilados culos. Quizás por eso la chica se veía tan relajada en esos momentos.

- No es nada- sinceramente, ni yo conseguí creerme aquellas palabras, pero eran las más fáciles de pronunciar.

- Eso es que es mucho- afirmó mirándome durante un rato.- reconozco esa mirada: Perdida, como si tuvieras la mente en otro lado. Muchos adolescentes enamoradas miran así la tabla de pedidos.

- Veo que tu trabajo te da cualidades psicológicas- la ironía salió de mi sin importarme realmente si le hacía daño. Al fin de cuentas, ella era la que teóricamente salía con Gabi.

- Ya veo- suspiró.- ¿Quieres saber como de buenas son mis cualidades psicológicas?

- Sorpréndeme.

- Te gusta Gabriela- afirmó sin pestañear- no hace falta ni que te molestes en intentar convencerme de lo contrario. Si estás así es que no vais a salir juntas.- Esa afirmación me dolió lo suficiente como para obligarme a bajar la vista a los papeles de la mesa- Conozco a esa chica bastante, así que sé que por ella no es. Lo cual nos deja con que esa decisión es tuya.

Me miró en silencio, esperando una confirmación por mi parte. Ya fue suficientemente doloroso admitir eso el lunes como para tener que recordarlo ahora, así que simplemente seguí su ejemplo y no dije nada.

- A ti no te conozco tanto. Es más, es probable que no sepa nada de ti- ahí tenía que darle la razón, nadie en aquella maldita escuela me conocía lo suficiente como para ponerse de mi parte- pero puedo afirmarte una cosa. He visto suficientes profesores en mi vida como para distinguir a los amargados de los que realmente merecen la pena, y deja que te diga una cosa "señorita Evans"- puntualizó con ironía- es muy triste que siendo tan joven, te estés obligando a ti misma a pertenecer al primer grupo.

Dicho eso se levantó y se marchó tras la barra.

Sus palabras se unieron a las de la jugadora en mi cabeza, volviendo estás más audibles aún: "estoy cansada de intentarlo y que la respuesta sea no". Un no que siempre le había dado yo.

.........................................

Gabi:

Uno de los pequeños placeres de esta vida es salir a pasear por el simple hecho de tomar el aire. Ciertamente los miércoles eran los días más duros en las clases, pero casi nunca mandaban deberes para casa, así que en cierto modo se compensaban.

Rompiendo normas en la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora