«-A cada paso que des, sentirás que caminas sobre cristales rotos. Te conviene saber además, que si tu príncipe de enamora de alguien más te disolverás de repente, convirtiéndote en la espuma de las olas del mar... ¿Aceptas aún así?»
«-Sí. Porque am...
"Un día cualquiera. Nada tenía de especial. Pero aun así no esperaba que esa tarde fuera a cambiar para siempre mi vida."
——————————
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
——————————
Su nombre era Sakura Kinomoto. Una joven sirena de un mundo acuático, princesa e hija menor de ambos reyes de dicho lugar. Con tan solo 15 años de edad. Era la pequeña y consentida hija de los reyes. Nadeshiko y Fujitaka Kinomoto, hermana pequeña de Touya.
Siempre había sido su deseo conocer el mundo humano. No diría que odiaba su mundo o que no le gustaba, porque claramente mentiría. Ella lo amaba. Le gustaba nadar contra la corriente e ir a los bellos arrecifes de coral junto con sus amigas... pero era muy curiosa.
Le apasionaba todo lo que fuese nuevo y llamativo. Le gustaba aventurarse de vez en cuando. Amaba descubrir cosas.
En especial sobre el mundo terrestre.
Aun cuando todo quién le rodeaba advirtiera que era un sitio horrible. Ella quería conocer a algún humano, a esos extraños seres de dos "piernas".
Quería salir y conocer todo lo que pudiese sobre la apariencia de aquellos llamados humanos. Su manera de pensar, de ser, de vivir. Su modo de existir.
"Ellos no tienen sentimientos, pequeña."
Era alguna de las tantas cosas que le decían. Algunos comentarios de amigas.
"Son avaros, codiciosos, asesinos a sangre fría, a los que no les importa dañar a nadie para cometer su objetivo."
Le repetían sin cesar, pero por alguna razón... no creía que fuesen así. Pensaba constantemente: 'Nadie puede ser tan cruel'.
Cada día esperaba por salir, conocer, ver el mundo y sus maravillas con sus propios ojos.
-Ay, Sakura... No entiendo la urgencia que tienes de irte, te he dicho que no hay nada interesante allá afuera -decía una chica de cabellos marrón mientras sentada, se encargaba de abrirle los ojos a su prima.
-Es que no lo entiendes, quiero conocer qué y cómo son y todas las maravillas que crean... Quiero conocer su mundo, saber la verdad y no dejarme llevar por los comentarios de las demás personas -argumentaba alegre y con un brillo en su mirar. Ese tipo de brillo que demostraba admiración-. No quiero dejarme llevar por lo que digan otros.
-Nunca te comprenderé Sakura -decía rendida la chica a su lado, mirando con una sonrisa graciosa a la oji-verde-... Pero si tanto quieres salir, espera un poco. Al cumplir los dieciséis años podrás ver el mundo con tus propios ojos, como tanto deseas.
Es cierto que faltaba muy poco, pero su ansiedad le hacía pensar y sentir que el tiempo para que ese día llegara se hacía tremendamente largo.
