Se estaría en la ciudad unos días más. Tenía la ilusión de que Dionisio resolviera sus asuntos y así poder regresar juntos al pueblo pero a lo que él le había contado, parecía que las cosas no saldrían como esperaba. Desde que su marido salió rumbo a la oficina, Cristina había emprendido camino a casa de Alejandra, conducida por Andrés. La relación de ambas mujeres se había fortalecido y no era sorprendente pues Ale desde el primer día se había ganado el cariño de Cristina. Compartían momentos juntas cada que podían, la joven siempre agradecida del amor maternal que Cristina le emitía.
-Hable con él hace unas horas. Con la diferencia de horario es casi imposible comunicarnos a diario.- explico la joven, ambas mujeres disfrutando de un helado en un local dentro del enorme centro comercial.
-Lo bueno es que la exposición está por concluir.- comento Cristina, sonriendo tiernamente.- Ya pronto Germán estará de regreso a tú lado.
-Así es.- acordó la joven, sonriendo con evidente entusiasmo.- Solo un par de días más. La verdad es que lo extraño demasiado.
-Te entiendo, hija. A mí me pasa lo mismo cada que tú padre tiene que salir a atender sus negocios.- dijo Cristina.- Y veme aquí ahora.- agrego, ambas mujeres estallando en risas.
-Si no fuera porque estoy en clases, también habría acompañado a Germán a Italia.- aseguro Alejandra.
-Ya habrá tiempo después. Unas vacaciones les vendrían muy bien a los dos.
-Quizá más delante.- respondió la joven.- Al recibirme de la universidad quisiera dedicarme por completo a aprender bien el manejo del negocio de papá.
-Me alegra mucho, hija.- dijo Cristina, realmente conmovida por las palabras de Alejandra.- Él está muy orgulloso de ti, ¿sabes? Y yo también.
-Gracias, Cristina.- respondió Alejandra, sonriendo al igual que la esposa de su padre.
-Solo prométeme que no descuidaras tu relación con Germán. Tú padre tiene bastante empleados y no será necesario que te esclavices al trabajo por completo.
-Lo sé, pero...
Alejandra callo de inmediato. Su intención no era alarmar a Cristina pero juzgando por la expresión de su rostro ya era bastante tarde para evitarlo.
-¿Pero qué?
-No estoy muy segura...- dijo Alejandra después de dudar un instante entre hablar o no.- Pero creo que alguien le ha estado robando a papá.
-¿Qué dices?- pregunto Cristina.- Dionisio es un hombre con mucha experiencia, hija no creo que algo así se le saliera de las manos.
-Lo sé, Cristina pero papá pasa mucho tiempo fuera y me temo que está confiando en la persona equivocada.
-¿De quién sospechas?
-De Campusano...
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La llamada de Dionisio tomó al Juez, Alberto Montiel, por sorpresa. Más aun, al enterarse que el motivo por el cual lo contactaba no tenía nada que ver con los asuntos que solían tratar. Dionisio estaba decidido a ser esa fuente de ayuda económica que el Señor Montiel buscaba para la nueva casa hogar de su amigo. Era lo menos que podía hacer después de haber crecido en un orfanato él mismo.
-¿Habla en serio señor Ferrer?- pregunto el hombre un tanto dudoso pero con evidente entusiasmo en su tono de voz.
-Totalmente. No jugaría con algo tan importante como esto señor Montiel.- aseguro Dionisio.- Tengo mis razones para hacer lo que hago y solo quería pedirle que se contactara con la persona encargada de la casa hogar o si tiene sus datos podría hacerlo yo mismo.
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La Mujer Que Yo Robé: Nuestra Vida en Unión
RomanceDionisio y Cristina Ferrer regresan en esta segunda etapa de "La Mujer Que Yo Robé". Enfrentando nuevos retos al reencontrarse con personajes de su pasado, tanto Dionisio como Cristina se verán luchando por mantenerse unidos pese a los conflictos qu...