Capítulo 6.

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Claire se quedó callada y no pudo evitar sonrojarse un poco, nunca pensó en algo como ella y Harry besándose, y aunque se haya sonrojado sintió… Asco.

 ¿Cómo se le ocurría preguntar eso? ¿Qué maldita respuesta le puede dar? Claire comenzó a desesperarse, no se le ocurría ninguna respuesta que no recurriera a insultos.

—Mmm… Ya es tarde, no he terminado mi tarea, lo siento, Patch, me tengo que ir.

—De acuerdo, te llevo.

—Gracias.

Harry se impresionó que Claire no lo haya insultado ante su última pregunta, aunque le hubiera gustado saber que diría en vez de escuchar una excusa para no contestar.

Se subieron ambos al coche y de nuevo no se molestaron en hablar, Harry se enfocaba en ver el camino y Claire en ver la ventana. Llegó a casa de Liam y Claire salió del carro. Se quedó embobada viendo como el auto de Harry se alejaba y por fin entró.

Lo primero que vio fue a Liam tirado en el sofá, jugando con su celular.

—¿Qué tal te fue en tu cita? —preguntó Liam cuando se dio cuenta de la presencia de Claire.

—No fue una cita y el final, terrible.

Liam apagó su celular y dirigió su atención a Claire. —¿Qué paso?

—Mmm, pues, Harry me preguntó una pregunta, fue muy, estuvo muy, la preguntó porque… —no terminó ninguna de las frases que empezó.

—Empecemos con una pregunta fácil, ¿Cuál es tu nombre? —dijo Liam. Claire soltó una risita, ¿Qué haría sin Liam en su vida?

—Mmm, ¿Y la pregunta fue…?

—Si te beso, ¿Qué harías? —dijo Claire intentando hacer voz grave.

Liam se quedó por casi 30 segundos viendo fijamente a Claire sin parpadear para luego echarse a reír.

—¡No pensé que Styles fuera tan cómico! —Claire veía confundida a Liam, ¿Por qué le causaba tanta risa?

—Em, sí, él tan tonto. —Le acompañó las risas a Liam, pero había algo que no cuadraba para ella.

Eran las seis de la mañana y la estúpida alarma de Claire comenzó a sonar, ella odiaba tanto esa alarma, pero, ¿Quién no odia la alarma que te anuncia cada mañana que es hora de levantarse y mover tu trasero a la escuela?

La apagó de mala gana y se fue a encerrar al baño. Se dio una ducha, casi se queda dormida ahí dentro. Pero logró llegar hasta la puerta sin caer rendida. Había mucho sol así que puso unos lentes oscuros.

Caminaba pesadamente hacia la escuela cuando llegó Liam a su lado.

—Oye, he estado pensando en nuevos apodos para Harry, ¿Qué te parece “estropajo”?

Claire comenzó a reír, lo único que necesita en las mañanas es a su mejor amigo, que siempre le alegra el día con sus estupideces.

—Claro, estropajo me agrada —opinó Claire rodeando su brazo alrededor del cuello de Liam. Comenzó a sonar un claxon, Styles.

—Oigan, perdedores. Los llevo a la escuela —dijo Harry cuando bajo la ventana.

—No, gracias —dijo Liam amablemente.

—No, idiota —dijo Claire.

—Y ahí vemos a dos tipos de personas —dijo Harry con su estúpida sonrisa burlona.

—No, pero muchísimas gracias por la oferta, señor —le dijo bruscamente Claire.

—Paso de Patch a señor, qué genial —bufó Harry—. ¿No subirán?

—Claro que no —dijeron los dos al mismo tiempo.

Harry aceleró su coche y… Se fue.

—Nos deshicimos de él.

—Gracias a Dios.

Siguieron su camino. Llegaron a la escuela, el paseo por todo el pasillo lleno de gente idiota y Liam directo a Química y Claire a Historia.

Claire aventó la mochila en su lugar y se sentó. Ésta no era una materia tan mala para ella, es más, le agrada un poco. Aunque le resulta aburrida.

Harry se sienta todo el tiempo detrás de Claire y habla y habla y habla con Louis. Y nunca se calla. Cuando Claire se desespera, alcanza un rizo del pelo de Harry y se lo jala, esa es una de las muchas razones por las que se odian.

La profesora llegó y silenció al salón, comenzó a escribir en el pizarrón, Segunda Guerra Mundial.

Claire se puso feliz, sabía muy bien el tema de Segunda Guerra Mundial, tal vez no tendría que poner mucha atención después de todo.

Recordó películas que había visto, la que la hizo llorar fue El niño del pijama de rayas. Qué triste final.

Claire oyó las estúpidas risas de Harry y Louis, le interrumpen sus pensamientos y al parecer también interrumpen a la profesora, ya que dejó de escribir en el pizarrón y volteó a ver al par.

—Louis, ¿También rayas las mesas de tu casa? —preguntó la maestra al ver como éste hacía pequeñas marcas en la esquina de su banca.

—¿Y en su casa sus hijos le piden permiso para ir al baño? ¿O le explica a su esposo la tercera guerra mundial?

—Esa no existe —le susurró Harry volteando para otro lado.

—¿La segunda guerra mundial? —se corrigió —¿O le pone calificación a la conducta de las personas en su casa? —terminó de hablar Louis.

La maestra estaba furiosa, tenía las mejillas rojas y veía con una mirada asesina increíble a Louis.

—Es un maleducado, no sé para qué viene al colegio.

—¿No es obvio? Vengo a platicar con Harry —dijo y abrazó a Harry, él puso los ojos como búho —. Pero con usted hablando de La Segunda Guerra Mundial es muy difícil.

—¡Lárguense los dos de mi clase! —exclamó la maestra, era obvio que su paciencia se acabó.

—¡¿Y yo por qué?! —protestó Harry —. ¡No me moveré de aquí! —gritó cruzándose de brazos.

—¿Ah, no? Pues, te vas o el director viene.

Harry salió a regañadientes y azotó la puerta.

—Usted también —dijo la maestra al ver que Louis no se movía.

Louis suspiró y se largó también pero sin azotar la puerta.

Después de un rato, Claire se dio cuenta de que las risas de Louis y Harry la mantenían despierta ya que sus ojos se comenzaban a cerrar hasta que se quedó dormida.

Alguien despertó a Claire y ella se enderezó para gritarle a quién fuera pero… Oops.

Las Reglas De Mi Juego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora