Austin y los Trolls

Capítulo 8: Tommy el Troll

-Así que son tus hermanos... -dije sorprendido.
-Por desgracia, sí.-dijo Ricky lamentándose.
-A ver, a ver que lo entienda. ¿Entonces tu madre y Axy...? ya sabes...-dijo Eva sin saber muy bien cómo explicarlo...
-Sí.
-Vaya... Y, ¿qué fue de ellos?-preguntó Miqui.
-Escaparon juntos cuando ella aún estaba embarazada, dicen que tuvieron a los hijos y un Troll aseguró haberlos visto ser atacados y asesinados por un oso. -aclaró Ricky.
-Que bonita historia, la de dos bandos enfrentados y un amor incomprendido e imposible. Me suena de algo... ¿Cómo se llamaba?-se dijo a sí misma.
-¿Romeo y Julieta? -dijo Andrea.
-No... como era... no lo recuerdo bien pero era un manga shojo super bonito...
-Ah...-suspiramos Andrea y yo mirándola con una cara extraña...
-¿Quién era ese Troll del que hablabas que aseguraba haberlos visto antes de morir?-preguntó Eva.
-Es Tommy, es uno de los Trolls más ancianos de la tribu, en su juventud trabajaba en el campo, pero ya se jubiló y ahora vive a las afueras de la aldea. Podríamos ir a visitarlo, el camino es largo y peligroso, bueno, si no salís del camino no tendría porque pasaros nada...-advirtió Ricky
-¡De acuerdo!-dijimos animados.
-¡Pues allá vamos!

A la mañana siguiente comenzamos a emprender el camino, calculamos, que sobre las 17:00 ya estaríamos en casa de Tommy. Era un camino estrecho, rocoso y con muchos altibajos. Un par de horas antes de llegar a la casa de Tommy, paramos para comer un poco. Ricky había traído una cesta con comida, cada uno cogió un bocadillo, pero... faltaba uno, Ricky tan solo había hecho cinco. Tan estúpido como siempre... Cuando miré para pedirle un trozo a alguien me di cuenta de que me iba a quedar sin comer: Andrea y Ricky ya casi se habían acabado sus bocadillos y, bueno... a Miqui y Uri aún les quedaba un buen trozo pero no quería interrumpir su "romántico" momento en el qual alternaban besos entre ellos y mordiscos al bocadillo...-'que asco'-pensé para mis adentros...
Austin, ¡Austin! ¿Perdona?¿Quieres un trozo?-escuché de repente.
-Eh, ¿cómo?-dije, era Eva, casi que no me acordaba de que iba con nosotros...- Vale, ¡muchas gracias!
-¡A ti!- me contestó sonrojada y con una sonrisa de oreja a oreja.
Continuamos con la caminata, cuando tan solo quedaban un par de quilómetros para llegar, Eva me apartó del grupo y me dijo:
-Austin, tenemos que hablar.
-Va, vale... ¿Qué pasa?- dije extrañado.
-Pues mira.. Es que... A ver, cómo decirlo...
Un grito, era Andrea, esto me recordó a aquel momento en el que desapareció en el bosque. Antes de que Eva acabase de decirme aquello salí disparado hacia donde oí el grito. Me quedé en shock, vi a Andrea y un oso gigantesco delante de ella. Fui corriendo, sin pensármelo dos veces. Me puse entre ella y el oso y Andrea salió corriendo hacia atrás. El oso levantó la pata para atacarme, cuando alguien me empujó hacia atrás y se interpusó entre mi y ese monstruo. No entendía nada, todo había pasado tan rápido, ¿porqué habría hecho eso...? Quién sabe...