8. Sus ocurrencias.

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Solo él tiene unas ideas que lo hacen un completo bastardo. A quien en su sano juicio se le ocurre secuestrarme, porque si fue un secuestro aunque muchos digan lo contrario, para tener un fin de semana de vacaciones en Ibiza.

Me iba a devolver pero el lugar era bonito, había comida y una buena cama donde dormir; así que me quede no podía dejar pasar la oportunidad. El estúpido de Veneciano siempre me decía que me quejaba mucho, que España era todo lo que yo pedía alguien que me alimente, me deje flojear y me quiera. Estúpido fratello de seguro el macho papatas ya le pego la estupidez, bueno más de la que ya tenia; no entiende que España es un bastardo que a la primera se deshacía de mi.

Bueno no puedo negar que Ibiza es un buen lugar y Dios despertar entre las sábanas blancas del hotel a las 10 de la mañana para salir a la playa fue lo mejor. No puedo negar que en la casa del bastardo hay buenos lugares. Todo bonito y bello, hasta que llego el bastardo de lo más normal como si fuera su casa (que si lo es, pero esos son detalles que no importan) entre a la habitación se tira al lado de mi y me abraza, obvio que lo tire de la cama; Pero, de nuevo fui secuestrado, me cargo entre sus brazos y me llevo a la playa sin importarle que yo estaba en pijama.

Lo ignore por completo y me senté en una silla bajo de una sombrilla hacer lo que mejor hacia en la vida aparte de ser bello, dormir

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Lo ignore por completo y me senté en una silla bajo de una sombrilla hacer lo que mejor hacia en la vida aparte de ser bello, dormir. Yo ya estaba agarrando el sueño cuando escucho su voz molesta y abro los ojos.

— Romano... No vas estrar al agua — si el bastardo otra vez mostrando su cuerpo y comiendo una sandia que no se ni donde la saco.

"Señor, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?", grite internamente y cualquiera que les diga que me quede con la boca abierta les miente

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"Señor, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?", grite internamente y cualquiera que les diga que me quede con la boca abierta les miente.

— Yo quiero sandia — murmuré sin mirarlo directamente.

Juro que un día lo voy a demandar, creo que es contra la ley que vaya sin camisa siempre es molesto y me ponia la cara roja.

— Ten la mía, esta me la regalaron un grupo de chicas que están por allá — señaló a un par de sombrillas de la nuestra donde estaban un grupo de 5 chicas riendo y saludaron todas entre risas penosas.

"Estúpidas, ¿para que le regalan cosas a ese bastardo? Y ¿por qué el las acepta" fruncí el ceño y me volte en la silla para no verlo.

— Es tú regalo, cómetelo — sone un poco molesto.

Sentí que se sentó a mi lado y paso sus manos por mi cabello, lo conocía tan bien que se que tenia una sonrisa. Ese bastardo siempre burlándose de mi.

— No estés celosos, Romano. Yo solo te quiero a ti — su voz era suave y como siempre cálida como una brisa del Mediterráneo.

No debía caer en sus palabras.

— Shuuu~ vete a nadar o yo que sé — le quite la mano de mi cabello.

— Eres tan lindo cuando estas molesto, vamos a nadar los dos juntos —sentía su mirada sobre mi.

— Estoy en pijama, no puedo — busque una excusa.

— Nadamos en ropa interior, no importa — me levante rápido y lo mire avergonzado, definitivamente ese bastardo estaba loco.

— ¿Estas loco? — le dije enseguida.

"No mires su abdomen, No mires su abdomen" me repetía mientras miraba a la arena y evitaba alzar la mirada.

— La ropa interior cubre igual que un traje de baño, a menos que no estés usando.... ¿Solo estas usando pijama? — me miro de arriba abajo y veía como se puso algo rojo.

— Bastardo — no evite darle una cachetada, cuando les dije que estaba usando pijama, bueno en realidad solo estaba usando pijama. Un pantalón olgado de seda y una camisa igual que con los colores de la bandera Italiana, fue un regalo de mi hermano.

— Lo siento, lo siento —  se sobo mejilla y evito mirarme mucho.

Volvimos al hotel y lo que paso después tengo que contárselos otro día.

Razones Para Decirle Bastardo A España.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora