13. Las peleas ridículas que hago con él.

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Si tenía que ponerlo, el muy bastardo hace eso perfecto y por eso es un puto bastardo. Es que no puede dar de ser bastardo ni cuando cojemos y eso me desespera.

Una vez dije que estar con España debería ser infierno, con el pasar de los años y aprendiendo nuevas cosas que no deberíamos ya que nuestra relación se tenia que mantener s un limite ya que somos países, bueno yo lo era. Bueno un día vi al estúpido de mi hermano como siempre dándome amor con el bastardo patatas, Austria y Hungría siempre parecen una maldita pareja de viejos no importa cuando años pasen él todavía le da flores y ella hace bonitos detalles a mano para él, Inglaterra querie negar a todo el mundo que Estados Unidos se lo coje y Rusia y China siempre aliandose usando la excusa el comunismo cuando al final hasta Veneciano que es más lento que yo sabe que también se dan amor. Entonces me dije "Todos lo hacen y no pasado nada, que podía salir mal". Claro que ahora veo las consecuencias de mis actos cuando veo a España sufrir por lo que no debería y interfiere en su trabajo.

Claro que en aquel tiempo no vi las consecuencias ya que pensé que nunca seria solo una sola Italia, además Aunque esto será un secreto y si alguna de ustedes se atreve esparcirlo por ahí serán unas bastardas todas y no las visitará el tomatito Pérez.

Admito que tal vez, digo que a lo mejor, pude haber ayudado al hecho que formar algo entre España y yo. Acostar en ropa interior y sin una sabana que me tape, hacerle algo de buena comida italiana de noche (la mejor manera de capturar a otra personas es por el estómago), dejar de golpearlo todo el día y solo algunas veces, no maldecirlo tanto, entra a baño cuando el se estaba duchando con el escusa de que el planeta se estaba yendo a la mierda y tenemos que ahorrar agua. Si me pongo a pensar en eso me esforcé mucho y eso que yo no hago nada de eso para nadie.

Claro un día el no aguanto como lo hizo hoy y eso me costo mucho, tuve que usar la técnica sucia de sentarme en sus piernas cuando fuimos a comer. Me odie y también al bastardo por obligarme hacer eso, pero como dicen por ahí "en tiempos desesperados, medidas desesperadas". Trato de quitarme y solo consiguió gruñidos de molestia mientras comía pizza.

— Vamos, romano no te pongas así ahorita — dijo cansado y tenia sus manos en mi cadera tratando de quitarme encima de él. — Tu estado de salud es muy delicado ahorita y lo que tienes que hacer es descansar.

Dios perdóname por lo que voy hacer, este no soy. Juro que hago esto por una razón justa y por el bien de España. Se que empezar a mover mis caderas encima de este cerdo pervertido será suficiente, ha funcionado en los últimos días.

— Roma... Romano, por favor para — balbuceo y sentía perfectamente como se empezaba a levantar algo en sus pantalones de pijama de tela fina. — Por favor, sabes que no soy de hierro.

Deje la pizza aun lado, igual no tenía tanta hambre y eso no es común en mi; pero no le preste atención. Solo pegue mi espalda a su pecho y pude sentir como pasaba su labios por mi cuello, un simple roce que hacia que me estremeciera. Agarre sus manos y siempre me molestaba que fueran más grandes que las mias, pero hablare de eso otro día. Lleve sus manos a mis muslos que acaricio con cariño por encima del Short de pijama que estaba utilizando.

— Normalmente respiro y se te para asqueroso bastardo pervertido. Hoy tengo yo que tomar tus manos para que me toques — murmure ronco por mi garganta con los ojos cerrados al sentir como dejaba besos en mi piel, antes dejaba una que otra mordida que hacia que lo golpeara.

— No quiero — detuvo sus caricias y me levanto de sus piernas para pararse el de la silla.  — No puedo, tienes que descansar, Romano — Ni siquiera me veía y menos mal que no lo hacia por que seguro lo mato con la mirada.

Por primera vez en mi vida insisto tanto para el Sexo y el me rechaza. ¿Qué rayos pasa con el mundo?. Él es que suplica, yo no.

— Mira maldito bastardo, por primera vez en mi vida te suplico tanto para tener sexo y me rechazas — estaba totalmente indignado — Te jodes o más bien dicho me jodes.

Estaba totalmente molesto, osea como se atreve a rechazarme y en la cama, ven es un bastardo de primera, nunca vuelvo hacer esto.

— Tranquilo, Roma. — tenia una de sus sonrisas estúpidas tratando de calmarme — Estoy preocupado por ti...

— Tranquilo nada. — alce la voz y lleve mi mano a la garganta por me lastime haciendolo. Claro que el se preocupo más y se acercó a ver como estaba. — Debe ser que tienes otro y por eso ya no quieres nada conmigo.

Tenía que usar la última carta bajo mi manga, acusarlo de infidelidad siempre funciona. Dicen que funciona más si lo haces todo dolido y con lágrimas así bien marica; pero yo nunca voy hacer eso, todos sabemos que si yo pensara que España me fuera infiel se la corto y luego me voy a mi casa molesto.

— ¿Que dices? Cómo yo podría engañarte si te amo — casi se arrastra hacia mi pero lo ignore, esta táctica funciona si te haces el enojado y ni lo miran

— Si, claro. — dije con sarcasmo y me fui a su cuarto — Hoy duermes en el sofá.

— ¡Ay Dios! Nunca te entiendo Romano, cuando quiero hacerte el amor me mandas al sofá y me dices asqueroso. Hoy que no quiero yo me voy al sofá — solto una pequeña risa, mientras negaba. Hasta el sabia que esta pelea era ridícula — Debería pensar soy yo que tu eres el que me engaña ya que siempre me corres de Mi cuarto.

Suerte que esquivo el florero que le tire, pero no la pantufla que digo justo en su rostro.

— Ahora me dices infiel... Pues si te engaño con tu cama, al menos ella si quiere dormir conmigo hoy y le gusta envolverme en sus sábanas — Le cerré la puerta en la cara y trate de aguantar la risa de lo estúpido que dije.

— Dejame pasar que ya tengo sueño — el podía estar del otro lado de la puerta pero sabía que estaba sonriendo.

— ¿Recogiste la mesa? — Pregunte calmado y espere su respuesta.

— No vas a salir hacer tu parte ¿Verdad? — solté una risa y era obvia la respuesta.

— Recoge le mesa y puedes entrar al cuarto. — me separe de la puerta y fue al armario a buscar una manera de seguir con lo que estabamos en la cocina.

Al rato llego y casi se le cae la mandíbula al verme acostado en su cama solo con una de sus camisas blancas que ni siquiera tuve el animo de abotonar. Solo soltó aire fingiendo estar molesto y se quito su camisa para acercarse a la cama.

— Espero que no sea que te atrape engañándome con mi cama — a penas se acostó en la cama me abrazo y empezo a dejar besos en mi cuello.

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Espero terminar este fic antes del 31.

Razones Para Decirle Bastardo A España.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora