Capítulo X.- Las gemelas Bernkastel.

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Una celestial se presentó al dragón sombra con el motivo de reclutarlo a los cazadores blancos de una manera agresiva, sería un buen material para ellos por el poder que tiene. Además de que, si la mayoría de ellos son celestiales, podrían dominarlo a su merced.

Blade ya había decidido, pero tenía que pensar en cómo negarse sin que llegara a sospechar que él era de los líderes de los cazadores negros. Siendo una celestial, tiene más ventaja en combate por la energía sagrada, siendo la única capaz de herirlo.

Lo que más le causaba desconfianza era que conociera su verdadero nombre, Ryuutaro. Los archivos oficiales fueron incinerados por los grupos especiales de Cross y Ohm, inclusive sus padres se encargaba de hacerlo y sellar dichos recuerdos para no dar con él.

— ¿Podrías darme un tiempo para pensarlo, pequeña? Esto es muy repentino para mi pequeño cerebro. — Responde rascando su nuca, desviando un poco la mirada intentando mostrar que está nervioso. — Si me vieran trabajando para los cazadores quizá los tomen como los malos, y los cazadores negros quedarían como los buenos en este caso.

— ¿Y si te digo que te enseñaremos a usar el sigilo y además limpiar tu nombre? — Baja su guadaña confiada.

— Eh, no gracias. Prefiero mantenerme oculto unos años más...

Desenfundó su espada y le lanzó una onda de choque débil para tirarla y poder escapar volando, pero sólo tuvo unos segundos para intentarlo pues la pequeña celestial era rápida. Aunque, ella no fue quien intervino ante el escape de la sombra.

Alguien logró dispararle al pecho a unos metros arriba del techo con una pistola humana de un calibre bajo.

No es algo que pudiera detenerlo, es un dragón después de todo, pero luego de esa comenzaron a llegar más a cada una de sus extremidades, pero ninguna llegando a acertar pues el dragón comenzó a desviarlas.

Frente a ella se encontraba una joven celestial muy parecida a la pequeña que se encontraba en la azotea, pero con ropajes parecidos a los de Stella, pero con tonos carmesí en vez del celeste.

— Aunque su ropa se parece a los de los cazadores negros, no siento que tengan la intención de matarme, además de que lo que están haciendo es en un lugar público, ignorando que no son sus horas de ataque, sin dejar pasar que...

— Parece que sabes mucho de ellos, dragón sombra... — Interrumpe su "compañera de vuelo", apuntando a su pecho nuevamente.

— Eh... ¿No te dijeron que interrumpir es de mala educación, enana?

— ¡¿A quién le dices enana?! — Responde enfadada, disparando al dragón en su pecho y brazos, sin llegar a darle.

— ¡N-Nozomi, no pierdas la paciencia! — Responde la chica de la azotea, sujetando su guadaña firme, mientras es rodeada por la misma aura blanca.

— ¡N-No digas mi nombre, el dragón puede buscarnos!

— Bien, al menos ahora tú y yo estamos a la par...

Blade se lanzó hacia Nozomi intentando darle un golpe al pecho con la empuñadura de su espada, siendo esquivado por ella. Nozomi se mantuvo a una distancia de 3 metros mientras lo apuntaba con su arma y desenfundaba su sable, disparaba a sus brazos cuando intentaba acercarse y desviaba sus estocadas como podía, pero el dragón atacaba siempre a los anti cubitales para impedir que le disparara.

Nozomi era veloz, intentaba desviar sus ataques con su escudo de antebrazo, pero varias estocadas rozaban parte de su abdomen y sus piernas, lo cual lograba saca su orgullo y volverse más predecible.

El Despertar de la espada maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora