Capítulo III.- Una simple sombra

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Los asesinatos continuaron hasta causar el miedo en políticos y empresarios corruptos, a tal grado que decidían abandonar las ciudades para no toparse con algún cazador.
Todo iba de acuerdo al plan de Cross.
Sin embargo hubo pequeñas pero graves consecuencias. Algunos lograron filtrar la información de los casos de los homicidios causados por el dragón sombra y quienes lo hacían, creaban falsos rumores y accesorios con el emblema de los cazadores. Nada bueno salió de esos actos.
Los humanos y místicos comenzaron a saquear y asesinar en nombre de los cazadores, todos ellos querían unirse a dicha organización. Sin embargo, lo único que causaban era empeorar la situación de las ciudades.
Hubieron más violaciones y maltratos tanto a humanos como entidades demoníacas y celestiales, ocasionaban incluso manifestaciones nivel estado tan salvajes que las autoridades no tuvieron más opción de castigar y matar a los rebeldes, además de agregar nuevas leyes:
-Se abrió un toque de queda a partir de las 8 de la noche.
-Todos los centros laborales, académicos y comerciales cerraban 30 minutos antes para que todos regresarán a casa para antes del toque de queda.
-Aquellos con un emblema de los cazadores en casa o portando es pena de muerte inmediata.

Las ciudades fueron silenciadas a escudo, espada y mucha, mucha sangre inocente. Pero la cosa no se detenía ahí. Era de esperar que Blade o Cross se quedaran con los brazos cruzados. Ver como le hacen burla a los cazadores o los que causan el caos en ciudades diciendo que pertenecen a dicha información. Gracias a eso tuvieron que actuar. Aunque no por la noche, sino más bien en una conferencia que el actual gobernante iba a dar.

— Charles Lightming se presentará dentro de una semana alrededor de las 3:00 de la tarde para dar un discurso en contra de nosotros. 
— ¿No es aquel que gobierna la ciudad principal? 
— Exacto, no habrá tanta seguridad como anteriores misiones pero... 
— ¿Tendría que poner en riesgo mi "vida secreta"? — Pregunta Blade interrumpiendo a Cross, despreocupado de aquella acción aún si significara volverse, literalmente, una sombra.
— Es un sacrificio necesario. De este modo, yo podría postularme como gobernador. 
— A veces se hacen sacrificios, supongo... 

Cross sabía que Blade lo haría de igual forma, puede incluso cambiar de forma para seguir con su vida normal. El hecho de usar una máscara tras otra sería algo preocupante. Haría que Blade obtuviera cada vez más información y eso hacerlo más peligroso.

— ¿No puedes usar tus sombras para cambiar tu apariencia y a la vez usarlas para acabar con los guardas y el gobernador? — Cuestiona Cross, dudando un momento sobre esa habilidad extraordinaria.
— ¿Crees que si pudiera hacer eso no lo intentaría desde el principio de los homicidios? 
— Pero, eres el dragón sombra más fuerte. — Frunció el ceño e intentó entender el porqué se le veía tan transparente como siempre.
— Tengo una resistencia y fuerza más grande que cualquier dragón existente por ahora, pero no un poder natural intenso. 
— Ugh... 

Un silencio enorme e incómodo llenó el escenario. Ambos saben que esas palabras eran una vil mentira. El dragón si era capaz de hacerlo, desde muy chico era capaz de crear alucinaciones tan reales que podían sentirse y además causar daño. Cambiar la apariencia mientras se combate sería algo pan comido para la sombra.

— ¿A-Acaso no estarás pensando en... 
— Tengo una semana para salir como soy y eso bastará. Hasta ese entonces no habrás misiones nocturnas.  
— ¡Tu no puedes darme órdenes, Dragón! 

Lleno de furia, estuvo por tomar una de las cuchillas de Blade y lanzársela. Pero, algo lo detuvo. Una sensación extraña provenía tanto de el como en la cuchilla. ¿Será culpa por hacerle perder su vida?
Cualquiera que sea el caso, la joven sombra no pensaba presentarse más por el lugar hasta el día decisivo. Que se pierda su vida social a causa de un asesinato en público o dejar que continúe la corrupción de los gobernantes.

Horas más tarde un viejo demonio se acercó a Blade, el cual estaba admirando el cielo estrellado que se encontraba esa noche; completamente iluminado de estrellas de distinta intensidad y tamaño, incluso lograba observarse la galaxia  en la que estaban al igual que la vecina. Tal parece que Blade desmanteló el sistema de luces de la ciudad para recibir tal vista. Sin embargo, aunque él esperaba una respuesta inmediata de quienes vivían en la ciudad. Resulto que todos y cada uno de ellos sólo se iluminaban con velas y linternas dentro y fuera de la misma. Quien diría que tal espectáculo uniría a masas de diferente motivo social.

Faltan 6 días para el homicidio.
Blade decidió salir solo a ver la ciudad, ver en que estado económico y social se encontraba. Resulta que habían mucho más rumores del asesino de aquellos cerdos corruptos. Aunque algunos no estaban tan equivocados del todo.

El cazador era un dragón sombra.
En este rumor se basan en la poca información que se tiene de las tácticas de infiltración que tiene el asesino en las casas de alta seguridad de las víctimas, una habilidad de traspasar todo tipo de material sería el de una sombra o energía espiritual. Este último se descarta ya que las cámaras de seguridad fácilmente lo hubieran detectado. Además, debe tener la capacidad de noquear a guardas lo suficientemente fuertes como para detener a cualquier bestia, excepto los dragones.

Son más de un cazador.
Es imposible que un solo ser sea capaz de hacer tal barbaridad sin ser al menos detectado si quiera lo más básico; qué es.

El cazador es un ser muy cruel y sin alma.
No se cree que alguien sea capaz de causar tantos asesinatos sin haber perdido el control, todas sus víctimas tenían en su corazón algo injertado, además de tener una cara de total agonía y sufrimiento.

— ¿Quién diría que los civiles pensarían algo así con tan pocos datos? Quisiera saber lo que hay en sus pequeñas cabecitas. 

Sin embargo, aún teniendo la ropa con la cual sale a cazar, aún con el mismo aura, el mismo ser sádico y sin alma estaba frente a cada uno de ellos, alimentando pequeños animales en la calle que caminaron hacia él tal cariño como lo harían con cualquier persona de buen corazón.

— Señor... — se le acerco un niño a la joven sombra. — ¿A usted no le da asco acariciar animalitos de la calle? 
— ¿Por qué me daría asco si me reciben con tanto amor? 
— ... Usted no es como los demás... 
— Heeh, sería aburrido si todos fuéramos iguales. — Dijo Blade con una breve sonrisa.

La sombra sólo se apartó de los animales y le dio una pequeña bolsa de monedas de oro al pequeño indigente y encaminó a un pequeño pasadizo oscuro.

— A-Ahh... — el pequeño, sorprendido por la cantidad otorgada de oro, sólo fue tras el corriendo aún si estuvo a punto de caerse varias veces. —  ¡Se-Señor, espere! 

— No soy un señor, soy una simple sombra. 

Tras mencionar esas palabras, lo único que hizo fue desvanecerse entre cenizas.

El Despertar de la espada maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora