Capítulo V.- El gran invento.

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7:30 AM, el Barrio Anegado.
Blade y Stella pasaron la noche en una pequeña habitación ordenada y en buen estado, como si fuera una habitación común de una familia común en alguna de las ciudades de Argaria, a comparación de las demás que se mantenía en ruinas, inundadas y con un mal olor. Alice mantuvo en buen estado una pequeña casa en toda su estadía en aquel barrio olvidado de la ciudad. Según lo que le contó al dragón, su madre le pegó el hábito de mantener todo limpio y ordenado, esté de visita y en su propia casa a muy corta edad.
Como era de esperar del cazador, salió sin avisarle a Stella, aunque era claro a donde iría. Quedo con su amigo amante de la biotecnología a idear y construir un dispositivo que tanto ha querido crear.

Base de los cazadores.
Oculto en el centro de un bosque inexplorado y siniestro, donde cualquiera sin la suficiente experiencia de exploración termina machacado, triturado y devorado por bestias casi inmortales de distintos tamaños, algunas incluso no tenían algún dato importante en la base de datos de Argaria, o algún libro sobre la fauna y flora. Los árboles del lugar eran enormes y frondosos, cubiertos de diversos hongos y plantas trepadoras tan resistentes como una cadena de bronce. A simple vista eran inofensivas, pero el problema con ellas es, si les hacían un ligero corte o lo intentaban, éstas reaccionarían en grupo y tratarían de acabar con el agresor lo más pronto posible ya sea por aire o por tierra, sus ramificaciones llegarían a alcanzar un rango de 10 a 20 metros. Llegar a entrar o localizar la base era bastante complicado y peligroso como para perder tantas excelentes unidades que serían mejor aprovechadas en un combate contra los rebeldes que resguardaban en el lugar.
La base se encontraba en el subterráneo, para no tener problemas con las bestias y los árboles a la hora de entrar y salir.
En fin, Blade tenía que bajar 5 pisos para encontrarse con Ohm (Lo cual le daba flojera de hacer) por lo que su día empezó de la peor forma, al menos para él.

— Por lo menos hay un ascensor. Si no lo hubiera créeme que tu tendrías que venir por mi. — El dragón se comunicaba con Ohm a través de un auricular integrado a su oreja. Aunque no parecía contento por eso, ya que terminaba por despertarlo de golpe a la hora de hacer una misión, o de escuchar a Stella cantar mientras tomaba un baño. Esto último por supuesto no le incomodaba tanto.

Esperando frente una gran puerta automática cristalina, se encontraba un joven Oni de cuernos enroscados y cabello negro. Se le suele llamar Ohm ya que se desconoce su verdadero nombre. Un chico bastante energético y con una imaginación bastante fantasiosa, aunque algo lógicas. Fue de los pocos que hablaron con Blade al momento de llegar, teniendo algo en común: la ciencia y la tecnología. Irónico siendo ambos seres místicos.

— ¿Te parece intentar crear una energía alternativa a todas las que hay?
— ¿Y de qué será, energía libre? — Cuestiona el dragón, con una sonrisa burlona.

No es como si Ohm haya olvidado esa idea o más bien, descartándola, pero el hecho de que Blade la mencionara como una broma le hizo volver a interesarse en ella. Algo imposible y difícil de lograr, puesto que costaría muchos años intentar descubrir un nuevo modo de producir energía por una nueva fuente. Energía libre o quizá energía espiritual rondando por la atmósfera buscando una salida, sería la mejor alternativa puesto que está de produce en cualquier momento y todos los días. Pero ya tenían como comenzar. Las sombras del dragón negro se producen a través de la energía oscura que hay libre en la atmósfera. Claro, ¿por qué no lo habrán pensado antes? Eran tantas tareas las que los cazadores oscuros tenían que efectuar en muy poco tiempo, sobretodo Ohm y Blade. Uno se encargaría de preparar y mejorar la maquinaria que el otro usaría para las misiones delicadas o de alto riesgo.

— Bro, ¿Puedes mostrarme la forma en la cual produces tus sombras?
— ... Me tenía que lo descubrieras tan pronto.
— Uh... ¡¿Lo sabías y no me dijiste nada?! — Ohm frunció el ceño y sujeto de la camisa a Blade, parece que el no decirle lastimó algo dentro de él. Después de todo, el Oni siempre le contaba todo.

El Despertar de la espada maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora