I

1.8K 61 20
                                    

Me encuentro de viaje gracias a mis padres, dos famosos biólogos marítimos que por ahora ni siquiera se acuerdan de mí, miró por la ventanilla del avión, es mi primera vez aquí en Grecia, mis padres decidieron enviarme con mi tía Christine, hermana menor de mi padre Joshep.

Veo como el avión empieza a descender, me pongo el cinturón de seguridad, al estar a primera clase es algo aburrido ya que muy pocos logran tener este privilegio y además es demasiado caro. Cuando por fin aterrizamos me quité el cinturón, esperé hasta que sonó el pitido del avión avisando que podía irme de esta cosa de metal voladora.

Me dirijo hacia un compartimiento que hay arriba de los asientos, busco mi mochila café marrón, cuando por fin la alcanzó siento que golpeó a alguien.

- ¡Lo siento en verdad! - dije volteándome a ver a quien golpeó, una chica solo le faltaba casi media cabeza para alcanzarme, pelo negro azabache, unos ojos dorados, un percings en su orificio nasal, piel bronceada, unos jeans ajustados negros, unas vans blancas, una playera ajustada a su cuerpo roja, una chaqueta de cuero café oscuro. Sus ojos conectaron con los míos. Un destello violeta apareció en ellos, dejándome desconcertado.

- Mío... - dijo en un susurró apenas audible, pareciera que está luchando contra algo en su mente.

- ¿Disculpa? - dije revisando que no tuviera algún daño.

- Nada, solo fíjate antes de bajar tus cosas - dijo sosteniendo una maleta pesada, pareciera que no pesará para ella.

- Deja que te ayudó - dije tratando de alcanzar la maleta pero ella se adelantó, se acercó hacia la puerta que ya estaba abierta gracias a la azafata, me miro por última vez antes de bajar, yo sólo suspire para después también bajarme de esta cosa de metal. Bajó pero al luz del sol me deja algo aturdido, después de recuperar la vista bajo por completo las escaleras, llegó al aeropuerto y me paró en donde está la sala de espera, donde acordé con mi tía que nos veríamos aquí, saco mi celular de mis vaqueros y checo la hora. 5:30 pm, genial, veo de reojo y esta la misma chica que vi en el avión, pareciera que está esperando a alguien, suspiró cansado, nunca pensé que el viaje a Grecia fuera tan cansado, el vuelo duró 20 horas. Miró nuevamente hacia delante esperando a mi tía, repente escuchó un gritó que me hizo soltar la maleta que traía en la mano derecha. Veo como la chica pelinegra se queda algo confundida.

- ¡Christian! - escuchó el grito de mi tía, viene corriendo hacia mí, un muchacho sale atrás de ella para correr hacia donde esta la chica, llega con ella antes que mi tía a mí, ella solo se le queda mirando algo fría pero después se acerca para abrazarlo.

- Hola tía Christine - dije apenas me abrazo desprevenido, Dios está más fuerte de la última vez que la vi.

- Mírate, estás guapísimo - dijo ella mirándome cada detalle, espero que no salga con uno de sus comentarios sobre la novia.

- Gracias tía, tú también has cambiado demasiado - dije mirándola bien, está más alta de lo que le recuerdo, sus musculatura está mejor que antes, pareciera que hace ejercicio diariamente, sus facciones mejoraron demasiado, resaltando por completo, los jeans que trae son ajustados y resaltan a la perfección sus piernas, una blusa de tirantes holgada color roja que resalta su piel blanca, una chaqueta de cuero café claro, unos converse negros.

- No tanto cariño, ven vamos a que conozcas a tu primo Athan - dijo mi tía arrastrándome hacia donde esta la chica y el muchacho, pareciera que están hablando pero sus bocas no se mueven.

-¡Athan! - grito mi tía haciendo que los dos voltearan, yo solo quiero que esto se acabe ya.

- Madre, ¿pasa algo? - dijo Athan mirándola preocupado, cuando vio que su brazo derecho esta entrelazado con el mío, me dio una mirada mortal.

Soy de la AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora