IV

778 41 1
                                    

£Tabatha£

Miraba de nuevo las paredes de cristal, las enfermeras al pendiente de que el monitor diera que me estoy muriendo, suspiro cansada de no poder salir, mis piernas han tenido que estar forzadas ha estar en terapia, también mis pulmones, haciendo ejercicios de respiración para poder hacer que vuelvan a ser los mismos pero teniendo un sesenta por ciento de que no pueda respirar como antes, veo mis manos, las venas se notan negras, sabiendo que mi segunda parte esta presente, la cual ni siquiera fue afectada por la plata, ahora mismo agradecía un poco pero en realidad hubiera querido que no existiera para nada esa parte, siento el aroma de Adán, es el único que ha venido a petición mía, no quiero que Koda y Kenai me vean de nuevo en está situación y Christian, bueno no quiero que esté cerca.

- Al parecer estás teniendo un buen avance - me dice Adán apenas entra, suspiró, es el mismo comentario cada vez que viene, tengo una semana en una habitación especial, aislada de los demás, ya que mi sistema inmunológico es débil, no quieren que por cualquier bacteria me enferme, aprieto mis manos en las sábanas, harta de esta situación.

- Adán, ya dime cuando me darán el alta - quería irme, el olor del hospital me hacia recordar el pasado, sobre todo esa noche, no he podido dormir gracias al olor.

- Se necesitan hacer más estudios además de la terapia que estás teniendo, estiman que en unos meses más podrás salir - gruñó enojada, miro al techo enojada, el techo de color blanco, son cuatro focos los que alumbran por completo la habitación.

- A este paso seré un experimento que un paciente - de nuevo regresó la mirada a mis manos, las venas negras ahora resaltan más, cierro los ojos tranquilizándome, no quiero hacer un alboroto.

- Tal vez, pero los estudios revelan que tus mejoras son cada vez mejor, los doctores dicen que completamente eres un milagro - gruño por esa palabra, "milagro", desde esa noche se ha escuchado por todo el consejo que soy un milagro.

- Sino fuera por esa maldita parte que llevó lo más seguro que ahora mismo estarían en la ceremonia de Kenai como nuevo Alpha - Adán bufa molesto, es al menos algo que me distrae, molestarlo cada vez que viene a visitarme, sonrío un poco, trato de relajarme pero mi mente de nuevo me traiciona, escuchó sus gritos claramente, huelo el humo que nos evitaba ver y oler más allá de nuestra cara, abro los ojos rezando no ver esa escena.

- Él pregunta por ti - lo observó, le debo explicaciones pero no me siento en tiempo para decirlas y sobre todo por lo que está pasando ahora.

- No tienes que recordármelo cada vez, sé que lo hace; los vigías, ¿Qué reportan? - cambie rápidamente la conversación, veo cómo saca algo de su chaqueta de cuero marrón con detalles negros, me lo acerca y veo una tela que oculta algo.

- Hace dos días en una de las rondas encontraron eso en la frontera, es vieja pero aún sigue siendo letal - no entendía, la tela cubría algo largo y delgado, con mi mano izquierda la tomó, mi fuerza no es mucha y mi mano tiembla, lo dejo en mi regazo, abro la tela y observó lo que lleva dentro, una flecha de plata, tiene sangre ya seca, la observó con enojo.

- ¿Había algo más? - preguntó ocultando mi enojo, Adán se acerca y me quita la tela con la flecha.

- Sólo esto, no había más, ni siquiera había un rastro, huellas de botas y la flecha clavada en unos de los árboles, hace tiempo que no veía una de esas - dice mientras envuelve de nuevo la flecha y la guarda en el interior de la chaqueta.

- Bien, no se lo reportes a Kenai o Koda, esto se queda entre nosotros - le observe, Adán hace una reverencia.

- Como ordene Alpha - no me había escuchado, utilicé el tono de Alpha sin querer, una de las enfermeras entra con una bandeja y un protector arriba, llegó la hora de la comida.

Soy de la AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora