Mi Reina

Sangre tentadora

¡Hola~!¡He vuelto~!¿Me extrañaron~? Sé que tardo en actualizar pero son dos fics de los que me tengo que ocupar y siempre reviso muy bien mis ideas antes de escribirlas, por más que sean algo bizarras. Además, entre el colegio,el grupo en facebook, mi ajustado horario semanal y la poderosa flojera...es difícil.

¡Más abajo diré otras cosas, así que leanlo, por favor! ¡Que empiece el capítulo!

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-Krul...¿Qué dijiste?-preguntó algo nervioso Mika.

La reina le había pedido que la ayudase a cambiarse ya que su débil estado no le permitía moverse mucho, pero aún así, Mika no estaba seguro de poder cumpir bien aquella tarea.

-No...me hagas..repetírtelo, Mi...ka-intentó levantarse con un brazo pero falló y cayó nuevamente sobre el colchón de su cama.-Ayú...dame.

-B-Bien, pero ¿qué se supone que haga?

Un poco somnolienta levantó un brazo para señalar brevemente el armario que estaba al lado de ella.

-Ahí...busca bien y...encontrarás...un...un...pijama rosa(1)...vísteme...con él.

La mirada algo incómoda de Mika fue de ella al armario y del armario a ella, finalmente preguntó:

-¿Segura? Que...quieres que te cambie.

-No te...pediría esto...si...no...estuviese así-le contestó algo enojada.

-D-De acuerdo.

Con pasos inseguros, Mikaela se dirigió al armario y lo abrió, dentro y a la vista, encontró el pijama, era lindo y si tenía que confesarlo, algo adorable. Lo sacó y lo dejó a los pies de la cama.

-Para sacarme...el...vestido...tienes que bajar el cierre...de mi...espalda. Luego...me...lo quitas-le dió las instrucciones una semi-consciente Krul.

La posición en la que se encontraba la Tercera Progenitora sobre la cama facilitaba el trabajo con el cierre del rubio, aún así, bajar el cierre se le hizo eterno. Levantó a Krul y la hizo sentarse al lado de él, para levantarle el vestido; ella intentaba ayudar pero estaba más dormida que despierta y por alguna extraña razón su cuerpo se sentía inusualmente caliente.

-M-Miraré hacia otro lado-dijo Mikaela, desviándo la mirada algo sonrojado mientras sus manos agarraban los costados del vestido de Krul y comenzaban a tirar hacia arriba.

Cuando llegó a la cintura, le pidió a Krul que se moviera un poco para que él pudiese pasar el vestido por su cabeza. Sileciosamente, ella acató la órden, aunque le era difícil mantenerse derecha y fue muy incómodo sacar el vestido para Mika, algunas veces había tenido que mirar para guiarse pero a los pocos segundos que lo hacía cerraba los ojos. Sacarle las botas y los accesorios de los brazos y el cabello fue una tarea más fácil de hacer aún sin mirar. Ahora venía la parte de ponerle el pijama. Manteniéndola sentada, le pidió que levantase los brazos, ella lo hizo lo mejor que pudo, pero inmediatamente su cuerpo cayó hacia el costado y Mika tuvo que dejar de mirar un punto en la pared para agarrarla por los hombros, ya que ella había caído sobre su pecho. El incómodo contacto de la piel desnuda de ella sobre él, lo hizo sonrojarse y apartarla bruscamente, con los ojos cerrados y aún tomándola por los hombros. Krul estaba en tan mal estado que ni siquiera reaccionó ante todo aquello, sólo seguía con una mirada perdida y cansada ¿qué le había pasado en aquella fiesta? Haciéndo de nuevo el intento, Mika logró ponerle la musculosa con volantes rosa, ahora seguía el pantalón corto: siempre observando un punto fijo en la pared y levemente sonrojado, el vampiro rodeó la cintura de ella con un brazo y la levantó un poco para subirle el pantalón. Fue incómodo cuando su mano libre rozó los muslos de ella pero lo consiguió, sólo faltaba ponerle el saco bordo con capucha de orejas de gato y ella estaría lista, considerando que lo peor ya había pasado, eso fue mucho más fácil y relajado.