Invitado inoportuno

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¡Hola! Este capítulo no va a ser tan~ serio en realidad ¡pero leanlo! 

...

Bueno, no tengo nada más que decir así que voy directo con el capítulo.

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Los vampiros de la facción de Ferid Bathory habían sido asignados a una misión al exterior, pero desafortunadamente, no todos estaban en codiciones de asistir...

-¡Eh~!¡Mika~!¡Mika~!¡Hey!¡MIKA~!-gritaba Lacus con sus manos alrededor de su boca para intensificar el sonido, pero no servía, Mika ni siquiera parpadeaba-¿Se habrá muerto?-preguntó a su compañero René.

-Probablemente esté en shock, mírale sus ojos-respondió.

Lacus chasqueó sus dedos frente al rubio en vano, los ojos de Mika estaban vacios y miraban un punto en la nada, probó con gritar un poco más, pero excepto por uno que le arrojó una botella no sirvió de nada.

-¿Qué hacemos, René? No nos sirve en nuestras misiones en este estado.

-Déjemoslo aquí, será su culpa si no hace su trabajo.

-Tienes razón-miró al rubio por última vez antes de darle la espalda-¡Bye-bye Mika!

Ni siquiera respondió al saludo y se quedó así por un buen tiempo, mientras los demás se ocupaban de su trabajo él perdía el tiempo sentado en un banco mirándo la nada. De pronto, le pareció escuchar un mensaje de la asistente personal de Krul, pero hasta que no escuchó el nombre de la Tercera Progenitora no salió de su trance. No había prestado atención al comunicado, pero si había escuchado aquel nombre, seguramente debía ir a verla. Se paró y recién cuando las rodillas le empezaron a flaquear notó lo nervioso que estaba ¡¿cómo iba a verle a la cara?! ¡Ella lo había besado! Probablemente había sido un juego de esta pero él no podía ignorar aquel hecho por más que lo intentase; se sentía increíblemente inseguro ¿qué debía decir ahora? ¿Qué hacía si ella sacaba el tema?¿Hablaría o correría tirándo todo a su paso? La escena se le aparecía todo el tiempo en su cabeza y por más que la sacudiese, incluso si la golpeaba con su cama o su mesa, no podía borrarla. Pero no podía pasar por alto a la reina, así que tomándo coraje, se encaminó hacia la Cámara de Audiencia Real.

Cuando llegó, le tomó bastante tiempo decidir abrir la puerta, pero no tenía opción, así que ignorándo esa voz en su cabeza que le decía "¡corre!", la abrió. Encontró a Krul sentada en su trono, revisándo unos papeles que a juzgar por la cara de ella, no parecían muy interesantes; se obligó a si mismo a mirarla,pero cuando esta clavó sus ojos en él, la poca fuerza de voluntad que tenía desapareció y bajó la vista. Con la cabeza ligeramente gacha, para que no se notasen sus ganas de huir, se acercó hasta el trono de ella.

-Buenos días Krul. ¿Necesitas algo?L-Lo siento, es que no escuché bien el mensaje...

-Estás de suerte, no pedí nada en particular, solamente quería verte ahora porque en la tarde y probablemente por unos días no tendré tiempo.

En otro momento, tal vez Mika se hubiese desilusionado con aquella idea (algo que no reconocería ni loco), pero ahora, podía sentir el alivio invadir su cuerpo, tendría más tiempo para acomodar su cabeza.Sin embargo, tenía curiosidad por saber el motivo.

-¿Es por algo en especial?-preguntó.

-Viene a visitarme Ewal Hein.

El alivio de hace unos instantes se transformó en un baldazo de agua fría. Ewal Hein...el progenitor "amigo" de Krul que había visto en la fiesta.

-Ah...

-¿Te acuerdas de él?

-No mucho...aparentaba mi edad, debe medir 1.75, tiene el cabello castaño oscuro pero a los costados un poco más desordenado, viste con el mismo estilo de Lest Karr y-

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora